No hay nada como la hermandad motera y es que cuando vas sobre dos ruedas parece que el mundo cambia completamente, incluida Liberty City. La urbe de Niko Bellic recibe una gran cilindrada multijugador con chupas de cuero, motocicletas y rock del duro, así que si no quieres perdértelo, súbete a la moto, que nosotros te llevamos. ¡Tiembla, Nueva York!
Ya queda muy poco para que el espíritu motero llegue a Liberty City. Ruedas quemándose en el asfalto, denso humo saliendo de los tubos de escape y el ruido de las potentes máquinas del club motorista The Lost anuncian un capítulo muy esperado por los usuarios de Xbox 360. Como ya comentamos en nuestras recientes impresiones, Rockstar va a descubrirnos con este capítulo un mundo paralelo pero interconectado con el de Niko Bellic. Eso sí, con un estilo propio, adornado con chupas de cuero, imponentes escopetas y mucha música "heavy metal".
Armas inéditas, nuevos vehículos y puntuales mejoras en el aspecto gráfico, amén de una estética basada en el uso de un filtro de granulado, son las características más destacadas de un producto que por unos 20 euros nos va a ofrecer más horas de juego en la ciudad de la libertad pero desde una nueva perspectiva. Seguimos estando en la Nueva York de Rockstar, pero con un enfoque tan diferente que casi olvidaremos que hace apenas unos meses el europeo del Este era su principal protagonista.
Dicha sensación es compartida por el multijugador, última faceta de la que nos queda hablar antes de que el primero de los dos contenidos descargables de GTA IV (exclusivos para Xbox 360) aparezca en el mercado. Visitamos Rockstar London y nos dimos un paseo en moto con otros amigos de la prensa internacional. ¿El resultado? Tres horas de diversión en un total de nueve modos de juego que, aunque se sustentan en los principios multijugador de GTA IV, parecen tener ya su propia "jerga" motera.
Un multijugador sobre dos ruedas
El vestíbulo (más conocido como "lobby") no ha cambiado nada con respecto al videojuego original, así como la posibilidad de comunicarnos a viva voz con el resto de participantes. En este sentido, GTA IV: The Lost and Damned se beneficia del buen trabajo realizado por Rockstar North, ampliándolo esta vez con la temática motera del episodio, donde la estética más "chunga" (con nuevos modelos de personajes más corpulentos pero menos ágiles) es protagonista incluso en las más clásicas variantes multijugador: Deathmatch, Team Deathmatch y Free Mode.
Aquí no hay apenas novedades con respecto a lo visto en el multijugador de GTA IV, salvo un nuevo repertorio de moteros y de armas como la pistola automática de 9 milímetros, un auténtico portento de potencia presente también en otras opciones más innovadoras. Es el caso de Witness Protection, una variante del policías VS ladrones que nos coloca del lado de NOOSE (fuerza policial) o en el papel de un miembro de la banda The Lost.
El objetivo depende del grupo en que nos situemos, custodiando un autobús de rehenes si somos un policía o asaltándolo si es que llevamos moto y chupa de cuero. Simple pero verdaderamente divertido y, sobre todo, muy adictivo. Tanto si llevamos el autobús como si lo custodiamos o lo atacamos la experiencia se convierte en altamente gratificante y socializadora, puesto que no será poco importante cooperar con nuestros compañeros para que el asalto o la defensa salga lo mejor posible.
Hermandad motera
La cooperación es importante en Witness Protection. No obstante, la unión de fuerzas cobra aún más importancia en Own the City, otro modo multijugador por equipos que nos propone enfrentar a The Lost y a The Angels of Death para demostrar qué bando es capaz de conseguir el control de los distintos barrios de Liberty City. Cada zona a ocupar aparece designada en el mapa con un número, lo cual facilita ponernos de acuerdo con nuestros amigos moteros para repartirnos el trabajo y así ocupar el mayor número de emplazamientos en el menor tiempo posible.
Sin embargo, hay un problema, y es que una vez que el equipo rival capture una zona, será más difícil recuperarla. La razón está en que las áreas ocupadas se nutren de personajes NPC que pueden aumentar su inteligencia artificial si somos lo suficientemente habilidosos como para proveerlos de armas y mejoras gracias a la furgoneta de suministros con la que empezaremos cada partida.
Por tanto, no se trata de una modalidad en la que correr y disparar. Hay mucho más. La habilidad es importante, por supuesto, pero también la coordinación con el resto del equipo. Hacerse el "matón" no conduce aquí a ninguna parte, aunque puede que sí nos lleve a la victoria en Lone Wolf Biker, otra de las grandes incorporaciones del multijugador de The Lost and Damned. Y no lo decimos por su complejidad, sino más bien por todo lo contrario.
Tiembla, Liberty City
Lone Wolf Biker se basa principalmente en la clásica concepción del "corre todo lo que puedas", ya que el resto de usuarios -en este caso, quince- intentarán derribarnos para convertirse en los nuevos fugitivos de la muerte. Dicen que a veces lo más simple puede ser lo más divertido y aquí esa regla se cumple a rajatabla. La cantidad de anécdotas jugables que es capaz de generar dice mucho a favor de su valor como modalidad de juego.
En esta demostración del poder multijugador de los moteros de Rockstar tampoco faltó el que ya casi podemos considerar como otro clásico: Races. Corre con tu moto para llegar el primero dentro de trazados donde se puede apreciar el excelente grado de calibración y sensibilidad con el que los desarrolladores ingleses han dotado a los nuevos manillares de GTA IV. Efectivamente, ante nosotros tenemos todo un nuevo repertorio de motos de todos los estilos, cilindradas y épocas, aunque también una acción que nos gustó especialmente: pulsar los botones X y B del controlador de la Xbox 360 para sacar el bate y empezar a bajar de las motos a nuestros adversarios.
Pero si hubo algo que realmente nos sorprendió fue Chopper VS Chopper, una épica persecución para dos jugadores donde uno hacía las veces de motero y el otro se ponía desde detrás de los mandos de un helicóptero para intentar fusilarlo a balazos. El escenario de tal epopeya moderna es, por supuesto, la totalidad de Liberty City, un lugar que seguro no volverá a parecer el mismo después del próximo 17 de febrero. Hasta esa fecha, os pediríamos mantener la paz, pero creemos que ya es imposible. Así que ir arrancando motores. ¡Qué tiemble Liberty City!