Aventurero, clásico, épico, inconfundible, combativo, artístico, emocionante, rolero, exclusivo y online. Diez calificativos para un Dragon Quest X que pretende revolucionar la saga en Wii y Wii U. Los nipones de Square Enix toman las riendas de una de sus franquicias más rentables para convertir la locura oriental por esta saga en un fenómeno también occidental.
Con escrupuloso cuidado ha mantenido Square Enix el proyecto Dragon Quest X en secreto. Pero en 2008 los nipones no pudieron resistir más. La décima entrega numerada dentro de la famosa serie se hacía realidad, dándonos la sorpresa de que iba a ser un título exclusivo para Wii (y también Wii U). Todos los usuarios de la consola desbordaron de alegría -sobre todo en el País del Sol Naciente, donde la marca es un auténtico furor-, aunque todavía tendrían que esperar hasta conocer algún detalle real acerca del nuevo RPG.
Y tardó en llegar. Hasta bien entrado el 2011 no conocimos la segunda gran sorpresa del nuevo Dragon Quest: se iba a convertir en el primer juego online de la saga. Un dato muy esclarecedor sobre los planes de los japoneses con una obra que esta vez no está desarrollada por Level 5 (autores del capítulo anterior, Dragon Quest VIII), sino por la propia Square Enix, a través de un desarrollo “in-house” que quiere seguir un objetivo muy definido: procurar convencer al público occidental.
Por tanto, importantes decisiones que, de una manera u otra, han conseguido que las acciones de la empresa hayan estado cayendo durante los últimos meses. Un dato curioso, pero que a nosotros, como jugadores, no debería importarnos. El motivo principal está en que nombres tan importantes como Yuji Horii (diseñador), Akira Toriyama (ilustrador) o Koichi Sugiyama (compositor) siguen involucrados en este Dragon Quest, y eso sin contar con la tranquilizadora presencia que supone Jin Fujisawa (uno de los máximos responsables de Dragon Quest VIII y Dragon Quest IX), lo cual asegura la conservación de la esencia original.
Además, el videojuego se dice que lleva más de seis años de desarrollo, con lo que podemos esperar de todo menos algo poco cuidado. Eso sí, es importante dejar claro que no nos encontramos ante un MMORPG, sino ante un concepto online que quedaría más cercano a títulos como Phantasy Star Online. ¿Qué quiere decir esto? Que aunque podamos jugar a parte del juego de forma “offline”, para obtener una experiencia completa deberemos estar conectados a Internet.
A este respecto, puede que todavía podamos estar tranquilos. Es cierto que en Japón se ha confirmado que habrá una cuota mensual, pero en Europa y EEUU la estrategia podría ser diferente (como ocurrió con Monster Hunter Tri, que fue sin suscripción). Deberemos esperar para conocer más detalles, pero al menos ya se sabe algo muy importante: los jugadores de Wii y Wii U podrán jugar juntos, sin ninguna limitación.
Todo dentro de un producto del que poco se ha dicho sobre su argumento, más allá de que podemos esperar todo un universo de regiones, razas y personajes. Así, la historia se desarrrollará sobre el mundo de Astoldia (formado por cinco continentes), y tendremos hastas seis facciones entre las que escoger: los humanos, los ogros, los elfos, los enanos, los puklipos y los weddies. No hay información sobre quién o qué será la fuerza que se oponga a nuestra aventura, pero todo parece indicar que tendremos una zona central -muy misteriosa- en Astoldia, donde están sucediendo cosas extrañas.
En definitiva, un enfoque MMO pero con un planteamiento jugable no tan complejo. A este respecto, Yuji Horii ha afirmado que “se está tomando en consideración seguir los sistemas establecidos con Dragon Quest VIII”, algo que tranquilizará a muchos, porque esto quiere decir -entre otros aspectos- que regresa la fórmula tradicional: exploración más batallas. Interesante es apreciar que el mundo a descubrir promete ser enorme, caminando junto a amigos -o personajes controlados por IA en caso de que juguemos “offline”- por los entornos del juego, ya sea esquivando o forzando enfrentamientos contra los variados monstruos que nos encontremos durante la aventura.
La aventura del dragón
Y es que, en efecto, una de las mejores características que regresan en Dragon Quest X es que no tenemos enfrentamientos aleatorios. Podemos vislumbrar a los rivales en el mapa, y esquivarlos si lo deseamos. Evidentemente, esto puede resultar útil en contadas ocasiones, pero lo más interesante residirá en participar en los combates que se nos planteen. Unas luchas donde regresa el sistema de batalla tradicional de la serie, con sus clásicos comandos de menú: atacar, defender, usar item, emplear una habilidad...
Volveremos también a tener que respetar los turnos de combate, aunque con una importantísima incorporación: en esta ocasión podremos movernos libremente alrededor de los adversarios, de forma que sea fácil rodear a un enemigo entre varios compañeros. Suponemos que esto será de especial utilidad frente a jefes finales, amén de hipotéticas oportunidades como podría ser la de atacar determinados puntos débiles.
Será otro de los aspectos que tengamos que confirmar en el futuro, pero al menos ya conocemos que el sistema de trabajos forma parte de los planes de Square Enix, y tendrá muchas posibilidades. Por ejemplo, la alquimia nos permitirá crear nuevos items, mientras que la costurería nos facilitará crear equipamiento a partir de determinados materiales que vayamos encontrando en nuestro periplo. Las posibilidades, en este sentido, prometen exceder las expectativas que depositamos generalmente en un RPG, con aún algún par de novedades a comentar...
En primer lugar, que vamos a tener soporte tanto para el binomio wiimote-nunchuk, como para el controlador clásico y un teclado USB compatible (siendo esto último realmente útil para comunicarnos con otros usuarios). En segundo término, que habrá conectividad con Nintendo 3DS, en el sentido de que será posible descargar personajes de otras consolas mediante la funcionalidad Street Pass, para así conocer a usuarios del mundo real.
Pero sin duda lo más curioso y llamativo que hemos encontrado es que, aunque nos desconectemos de la partida, nuestro personaje podría seguir luchando, incluso yendo a aventuras con otros jugadores. La información es todavía difusa y no hay extremos confirmados, pero esto ayudaría, si fuera finalmente implementado, a incrementar nuestro nivel de experiencia de una forma más rápida y sencilla.
Interesantes características en conjunto a las que se une un apartado visual muy reminiscente del apreciado en Dragon Quest VIII (lanzado en PlayStation 2). Muchos lo consideran un movimiento para disimular las carencias gráficas de Wii, pero más bien es algo que tiene más que ver con la intención de Square Enix por mantener la esencia de aquel juego, que tantos fans logró crear -por primera vez- en todo el mundo dentro de la serie. Evidentemente, podemos esperar que la versión para Wii U posea una mayor resolución, apreciándose la diferencia en cuestión de modelados y calidad de texturas.
Esto no quiere decir que la versión de Wii vaya a resultar muy inferior, sobre todo considerando todas las características que tendremos: cambios dinámicos día-noche, representación lejana del horizonte, escenarios plagados de elementos, variedad de escenarios (paisajes nevados, praderas primaverales, frondosos bosques, vastos desiertos...), pero ante todo unos cambios dinámicos de vestimenta -en nuestros personajes- que nos van a permitir disfrutar del, tal vez, Dragon Quest con mayor poder de personalización visto hasta la fecha.
Pero no sólo eso. Probablemente, nos encontremos también ante uno de los títulos de la saga sonoramente más completos. La épica de las melodías clásicas no va a faltar, así como los típicos sonidos “retro” de la franquicia, esos que tanto gustan a los japoneses. Una combinación que no es nueva, pero que gracias al talento de Koichi Sugiyama siempre nos sorprende, seguramente tanto como un título que ya está prácticamente terminado, que llegará a Wii a lo largo del 2012 (la fecha de Wii U está sin concretar) para dar a los fieles seguidores de esta máquina una, esperemos, inmejorable despedida.