Driver se apunta a lo sobrenatural con San Francisco, su nuevo episodio. Lo probamos a fondo en la redacción, y descubrimos que tras su sorprendente cambio de propuesta se encuentra en realidad un juego que busca recuperar la esencia del Driver original con mayor ahínco que las continuaciones precedentes.
Cierto que con el anuncio de Driver: San Francisco compartimos con los aficionados las sospechas sobre lo que podría deparar el videojuego y la desconfianza sobre lo que acabaría trayendo consigo el modo Shift. La idea de un John Tanner de carácter espiritual que podía ocupar los cuerpos de los personajes que pilotaban los vehículos que lo rodeaban no caló de forma idéntica entre todos los fans de la saga.
No obstante el desarrollo de esta nueva entrega de la saga de velocidad de Reflections ha continuado desde entonces, y con cada nuevo acercamiento al juego hemos comprobado que en realidad hay un fuerte componente de personalidad que se esconde tras esta decisión. San Francisco no se parece a ningún otro videojuego de velocidad, eso es cierto, y el añadido Shift le da un dinamismo como pocos títulos de este género atesoran.
Cuestión de Velocidad
Driver empieza trepidante. Como si de una película de acción se tratara rápidamente se nos pone en antecedentes antes de ponernos a los mandos de nuestro protagonista: El siempre malévolo Jericho trama un sofisticado plan de huída de la cárcel que incluye una aparatosa persecución a bordo de vehículos, y en un momento determinado de ésta nuestro protagonista sufre un accidente junto a su compañero en el coche que montan y cae en coma.
A partir de ese mismo instante el videojuego adopta un más que logrado efecto cuasi onírico que nos hace dudar sobre si lo que vivimos es realidad o ficción, y comienza a presentarnos de una forma muy cuidada todo lo que pasa por la cabeza de Tanner. Las secuencias cinemáticas son prácticamente constantes, y se alternan de manera brillante con la acción. Las CGIs presentan un aspecto maravilloso, con unos renderizados para vehículos y personajes que, lógicamente, contrastan con las secuencias in-game. El juego sufre algo de esta decisión conceptual, puesto que puede hacer parecer peor al juego gráficamente de lo que en realidad es si efectuamos la siempre traicionera comparativa, pero el efecto a nivel narrativo es formidable.
Driver: San Francisco es muy insistente en este sentido, y es que da la sensación de que Ubisoft no quiere que ningún aficionado se pierda con este brusco viraje de la saga hacia algo que roza la ciencia ficción. Como ya hemos adelantado en avances precedentes el videojuego es muy abierto en su planteamiento, con la posibilidad de llevar a cabo misiones de diferentes tipos en los momentos que deseemos o de facilitarnos la opción de movernos a nuestro libre albedrío por la ciudad sin más metas que la de quemar rueda sobre el ardiente asfalto californiano.
Por lo que hemos podido comprobar en esta nueva beta, el modo Shift funciona de una forma fantástica, sumando el mencionado dinamismo que ya hemos citado con anterioridad a una propuesta que de lo contrario quizá resultaría algo formulaica. En el momento en el que lo deseemos podemos cambiar de coche con sólo pulsar el botón asignado, momento en el que la vista se situará en posición cenital sobre la carretera permitiéndonos con un par de giros de stick posicionarnos sobre el coche que deseemos para controlarlo. Hay pocas limitaciones en este sentido, y hemos podido pilotar todos y cada uno de los vehículos que hemos sobrevolado por las calles de San Francisco de una forma cómoda e intuitiva: Y es que algunos de los modelos más concretos desbloquean determinadas actividades o son necesarios para superar algunas misiones.
El manejo de los vehículos es muy arcade, pero también es muy respetuoso con lo que la saga Driver ha venido ofreciendo hasta la fecha en términos de conducción. El pilotaje es muy sencillo y cómodo, pero ofrece las suficientes características de cierta veracidad como para satisfacer a un estrato de público algo más amplio. Lógicamente no es un simulador ni mucho menos, pero tampoco es el bólido de autos de choque que tanto irrita ver últimamente.
Driver: San Francisco se pondrá a la venta el día 2 de septiembre para PC, Xbox 360 y PlayStation 3. Momento en el que este prometedor arcade de acción y velocidad llegará a las tiendas para satisfacer en el aficionado el ansia de títulos de estas características que últimamente tanto están escaseando. El videojuego nos transmite buenas sensaciones desde esta beta jugable, que parece muy cercana al máster final, pero no será hasta tener entre manos la versión que el aficionado se encontrará en las tiendas cuando emitiremos los juicios de valor con la review. La suerte de Tanner está echada.