Hace unos años, el nuevo proyecto de Kojima Productions parecía abocado al fracaso. Ahora, tras conocer que Platinum Games se encuentra tras él, la muerte se ha convertido en resurrección. Tras muchos meses sin detalles, por fin el visceral ninja de Hideo Kojima da la cara, una muy robótica y marcada por la guerra que nos hará ver Metal Gear desde un nuevo ángulo, mucho más visceral y frenético.
Todo comenzó cuando se acabó el desarrollo de Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots. Corría el año 2008, y el estudio Kojima Productions buscaba idear una nueva experiencia al margen de su líder (Hideo Kojima), ya que éste se encontraba inmerso en la creación de Peace Walker para PSP. La solución llegó en forma de “spin-off”, una especie de juego de acción que tendría como protagonista a Raiden, lo cual serviría -de paso- como excelente preámbulo para Metal Gear Solid 5, ya que su presencia en dicho título se preveía intensa.
Todo parecía perfecto, pero los problemas no tardaron en llegar. La idea de conjugar sigilo con acción ninja, al mismo tiempo que se creaba una trama verosímil, no traía pocos problemas, y el estudio estuvo durante meses buscando la fórmula mágica... aunque nunca llegaba. Los meses pasaban y hasta los integrantes del equipo se mostraban perdidos. No sabían cómo conjugar los interesantes ingredientes que habían creado (entre ellos, la posibilidad de cortar cualquier cosa del escenario con la katana de Raiden), e Hideo, cuando regresó a las oficinas para supervisar el estado del proyecto, tuvo que tomar una dura decisión: su cancelación.
Debido a los fuertes retrasos y a la poca viabilidad de la obra, todos llegaron a una de las conclusiones más amargas que puede vivir un estudio de videojuegos: no sabían cómo terminar lo que habían empezado. Pero a grandes problemas, inteligentes soluciones. Lejos de dejar la obra en el olvido, el creador de Metal Gear decidió poner a buen recaudo el trabajo realizado, confiando en que una compañía externa -más experta en el género de la acción- tuviera la destreza suficiente como para acabar el juego. Sin pensarlo demasiado, a Kojima le llegaron dos palabras a la mente: Platinum Games.
Muerte y resurrección de un proyecto
Puede que a Tatsuya Minami (CEO de Platinum Games) le extrañara sobremanera que un gurú de tal envergadura fuera a pedirle ayuda: “Sinceramente, creía que estaba bromeando cuando me dijo que quería que rescatáramos un proyecto de su compañía”. Sin duda, fue un paso decidido y valiente, pero seguro. Atsushi Inaba, el famoso creador de experiencias como Okami o Viewtiful Joe, y que ahora forma parte de la dirección de este nuevo Metal Gear, es uno de los mejores baluartes de esta seguridad.
Pero todo implica un sacrificio y, en esta ocasión, casi todo el trabajo previo (el llevado a cabo por Kojima Productions) tuvo que desecharse. Era esta una rotunda declaración de intenciones para la subsidiaria de Konami: si querían trabajar con ellos, tendrían que ceder terreno. Así que no esperéis que Revengeance sea un sucesor espiritual de la saga. Será un título con identidad propia, eso no lo dudéis, pero no bajo el prisma de la acción sigilosa que se planeaba en un principio.
Más bien, este “spin-off” es pura acción, marca de la casa de los creadores de Vanquish, aderezada con mucha visceralidad y un guión que se desmarca completamente del trabajo previo. Si en el E3 del 2009 se afirmaba que la obra iba a estar situada entre los eventos de la segunda y la cuarta entrega numerada de la serie, hoy ya se conoce que la trama estará enfocada después de MGS4, aunque siempre teniendo a Raiden como protagonista indiscutible, un guerrero solitario que lucha contra varias organizaciones militares privadas, y siempre bajo el código del samurái (bushido).
Conocer cómo se va a resolver el argumento es toda una incógnita en este punto, pero no hay motivos para preocuparse. Uno de los grandes atributos de la colaboración entre Kojima Productions y Platinum Games es que si unos -los primeros- seguirán dedicándose a conseguir una fascinante historia (con los responsables de cinemáticas y guionistas expertos de la franquicia), los otros se centrarán más en la creación de dinámicas de juego adecuadas para llevar a buen puerto Metal Gear Rising: Revengeance. En otras palabras, lo mejor de este acuerdo es que tendremos un juego donde cada parte aportará lo que mejor saber hacer.
Así, en favor de los artífices de títulos como Bayonetta podemos decir que la acción será desmesurada, desde una perspectiva en tercera persona que nos permitirá ver saltar sangre y miembros amputados a nuestro paso. No podemos ocultarlo: Revengeance será un juego muy violento, capaz de hacer estallar sistemas de calificación por edades. Todo gracias a un sistema de corte muy avanzado, el cual nos va a permitir trocear enemigos y objetos con un grado de espectacularidad inédito.
Sin embargo, la visceralidad no será el único efecto de nuestras acciones con katana. Aparte, podremos interactuar con elementos del escenario, como por ejemplo haciendo caer las columnas que sostienen una estructura. Pero sobre todo nos auxiliarán a la hora de enfrentarnos a nuestros rivales, ya que gracias al conocido como “modo de corte libre” (que nos faculta para realizar cortes en las direcciones deseadas), tendremos la oportunidad de hallar debilidades, desviar el fuego enemigo o hacer desaparecer coberturas. Uno de los aspectos más interesantes del programa será, sin duda, comprobar hasta dónde llega la imaginación de Platinum Games en este sentido.
Y es que todavía quedan muchos aspectos en el aire, como saber si finalmente estamos más cerca de un “hack ‘n slash” o de un “hunting stealth” (como inicialmente fue bautizado el proyecto), pero por lo que hemos vislumbrado todo parece indicar que será improbable avanzar sin tener que acabar antes con alguien.
Ese detalle no debería, en cualquier caso, desanimar a los fieles seguidores de la saga. Revengeance, de hecho, nunca ha pretendido ser una secuela, sino un “spin-off”, uno de esos productos que aparecen en el mercado para, manteniendo el espíritu de la serie, marcar una nueva dirección. Creemos que, sin duda, lo hace y por lo visto con mucha calidad. Una de las principales razones están en que ya se ha confirmado que el título correrá a la friolera de 60 “frames” por segundo, un límite que la propia Kojima Productions ha marcado como imperativo a los desarrolladores de Platinum Games.
El frenetismo de la acción con espada debe estar acompañada de una tasa de imágenes adecuada, capaz de seguir la coreografía de movimientos de Raiden. Verle promete ser puro espectáculo, con una orgía visual de efectos especiales (la expresión que acompaña a la obra, “Lightning Bolt Action”, da buena cuenta ello), además de un mimo por el detalle que se ve materializado en el hecho de que PS3 será la plataforma de desarrollo principal. Así que no hay motivos para temer. Estamos seguros de que la resurrección de Raiden merecerá la pena.