Final Fantasy XIV: Impresiones Gamescom 2010

Final Fantasy XIV: Impresiones Gamescom 2010
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Los cristales más masivos de la serie Final Fantasy ya están muy cerca, y para calibrar su brillo nos dirigimos directamente al "stand" de Square Enix durante la Gamescom de Colonia (Alemania). Allí, junto a otros guerreros online, pudimos comprobar lo bien que le sienta el número XIV a lo último de la serie.

Los cristales de Final Fantasy siguen brillando, y esta vez en multijugador online. La serie hace un alto en el camino (como ya ocurrió con FFXI) para convertirse en un MMORPG de los que nunca se han visto en Occidente. Y es que esta sea tal vez la mayor particularidad del videojuego después de haberlo probado durante más de media hora en el "stand" dedicado durante la Gamescom que se está celebrando en Colonia (Alemania).

Lo reconocemos, hemos tenido problemas para reconocer algunas palabras en alemán (la beta mostrada estaba en el idioma de Beethoven), pero aún así nos ha quedado claro que FFXIV no pretende para nada copiar a los MMO occidentales, sino intentar buscar su propio espíritu a base de una poderosa trama, secuencias de introducción frecuentes y batallas por turnos al más puro estilo J-RPG.

Incluso el carácter personalizable de nuestro héroe se nota en cierta parte influenciado por el carácter de los videojuegos orientales, y es que, a pesar de ser una personalización profunda, tampoco ofrece libertad completa.

En Final Fantasy XIV tenemos la posibilidad de escoger entre cinco razas distintas, además de otras tantas especialidades que determinarán nuestra forma de combatir; y eso sin contar que podremos seleccionar un dios protector.
En Final Fantasy XIV tenemos la posibilidad de escoger entre cinco razas distintas, además de otras tantas especialidades que determinarán nuestra forma de combatir; y eso sin contar que podremos seleccionar un dios protector.

Tu héroe como tu quieras
Nada más empezar la demostración jugable lo primero que se nos pidió fue crear un personaje propio. Lo primero es seleccionar un determinado modelo entre unas cuantas opciones para después modificarle ciertos parámetros como el color de ojos, de pelo, de piel, la forma de la cara o incluso añadir alguna que otra cicatriz. Todo en virtud a parámetros (muchos predefinidos) que, no obstante, logran un cierto grado de profundidad a la hora de lograr un héroe parecido al que tenemos en nuestra mente.

Además, también influye la raza escogida (existen cinco), y no sólo en la ropa, sino también en nuestras características de combate. No será lo mismo escoger un gladiador experto en los ataques cuerpo a cuerpo que un mago más orientado hacia las batallas mediante conjuros a distancia.

Y nosotros optamos por el gladiador justo antes de seleccionar uno de los tres puntos en los que comenzar la partida. Presumiblemente, el mundo es el mismo para todos, pero como en otros títulos (dígase World of Warcraft) nuestra experiencia de juego variará dependiendo del punto de inserción que escojamos.

Estamos ante un MMORPG con espíritu japonés, algo que se puede apreciar fácilmente en el sistema de combate (batallas por turnos), aunque no tendremos por qué estar fijos. Habrá libertad para moverse.
Estamos ante un MMORPG con espíritu japonés, algo que se puede apreciar fácilmente en el sistema de combate (batallas por turnos), aunque no tendremos por qué estar fijos. Habrá libertad para moverse.

MMORPG a la oriental
Así, mientras que algunos compañeros veíamos que estaban en bellas praderas repletas de fauna y flores, nosotros debíamos soportar un ataque de pseudo-medusas asesinas sobre nuestro navío, de camino "a-no-se-sabe-donde" en alta mar. Aquí aprendimos justo antes de la ofensiva los controles básicos, muy similares a los de cualquier otro MMO.

Pero lo más relevante llegó después, cuando saltamos a popa y una bella introducción (con "slow motion" acompañado de una sutil melodía) nos daba la bienvenida a nuestra primera toma de contacto con el sistema de combate.

Es importante aclarar que en Final Fantasy XIV no estamos obligados a luchar. Las batallas no son aleatorias, puesto que en todo momento vemos a nuestros rivales sobre el escenario. Así, podremos apuntarles con el ratón y entablar combate, aunque desconocemos si pueden iniciar ellos la contienda (se dio la coincidencia de que nos enfrentábamos a pseudo-medusas con poca movilidad).

El videojuego se maneja perfectamente con teclado y el ratón, aunque en el "stand" de Square Enix pudimos probar el juego mediante un controlador especial (similar al Dual Shock) que hacía el manejo más sencillo.
El videojuego se maneja perfectamente con teclado y el ratón, aunque en el "stand" de Square Enix pudimos probar el juego mediante un controlador especial (similar al Dual Shock) que hacía el manejo más sencillo.

Fantasía online
Y nuestra partida terminó justo poco después de habernos familiarizado con un sistema de combate, a priori, sencillo tanto desde el punto de vista jugable como visual, y es que nuestro personaje apenas se movía para atacar... Vamos, que no sería sensato esperar una sensación de batalla tan espectacular como la vista en FFXIII ni mucho menos.

No obstante, y aún así, Final Fantasy XIV se erige como un MMO oriental con identidad propia. Su carácter masivo se logra fusionar con multitud de "intros", un argumento profundo -marca de la casa Square Enix- y un apartado artístico sensacional, que logra transportarnos a un encantador mundo de fantasía.

Un entorno al que los usuarios de PC llegarán a finales del próximo mes (marzo de 2011 para los poseedores de una PS3), momento en que comprobaremos si los nipones han logrado mejorar los resultados del primer experimento online en la franquicia: FFXI. Por el momento, las sensaciones extraídas de la beta mostrada en la Gamescom son netamente satisfactorias.

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