A veces ganarse el nombre de gurú no sólo consiste en crear los mejores videojuegos, sino también en saber salvar proyectos justo a tiempo. Hideo Kojima se ha anotado un nuevo tanto en este sentido al rescatar Metal Gear Rising de una muerte anunciada. Ahora los creadores de Bayonetta, los también nipones de Platinum Games, preparan el regreso más atípico que se podría esperar, un "spin-off" cargado de adrenalina pero también de interesantes posibilidades.
Metal Gear Rising: Revengeance podría haberse convertido en uno de los fracasos más estrepitosos para Kojima Productions, pero el gurú supo salvar el nombre de su laureada franquicia justo a tiempo. Cuando se dio cuenta de que el encargo que realizó a sus compañeros no iba por el buen camino, decidió cambiarlo de manos. Si los expertos del sigilo no podían lograrlo, tal vez los reyes de la acción sí que podrían hacerlo.
Platinum Games se le apareció a Hideo Kojima como si de una visión angelical se tratase. El peligro ya había pasado, y ahora más que hemos constatado la excelente calidad del título. No os esperéis, sin embargo, un nuevo Metal Gear en la definición más pura del término. Revengeance no es precisamente sinónimo de infiltración, sino de pura adrenalina con el sable de Raiden como protagonista.
De hecho, este "spin-off" nos sitúa varios años después de MGS4: Guns of the Patriots, con el personaje de cabello rubio (ahora un poco más apagado) luchando como agente especial en la tarea de reconstrucción de un país desconocido. Lejos quedaron sus tiempos mozos en los que no pocos usuarios le repudiaban. Ahora parece un "hombre" hecho y derecho, entrenando ejércitos y protegiendo altos cargos como un héroe oscuro que, encima, busca venganza.
El corte oriental
Cambio de planteamiento interesante, pues, el que se está llevando a cabo en Metal Gear Rising: Revengeance, título de acción que propone un verdadero soplo de aire fresco a la franquicia. ¿Por qué decimos esto? Básicamente porque controlamos a Raiden, un ninja-cyborg inmerso en una mecánica centrada en el uso de la espada y en un sistema de corte muy sotisficado, con un nivel de detalle nunca antes visto en la industria.
Si te imaginas un arma capaz de hacer pedazos a tus enemigos, entonces estarás muy cerca de intuir lo que es esta obra. Una que apuesta por la perspectiva en tercera persona para avanzar en una aventura donde podremos trocear cualquier objeto, enemigo e incluso vehículo. Por supuesto, la esencia machabotones tradicional de Platinum Games no se desvanece, pero lo que más destaca es el conocido como "blade mode", el cual activamos con el gatillo (L2 o LT), dando lugar a secuencias "slow motion" en las que se nos permite cortar en cualquier ángulo mediante el stick analógico derecho.
Partir cuerpos en dos, amputar miembros y practicar decapitaciones -o todo a la vez- es posible en una obra brutalmente visceral, donde para deleite del personal se incluye hasta un contador de troceo. Eso sí, la técnica no es ilimitada, consume energía, pero podremos reabastecernos mediante la propia mecánica de corte, recogiendo células de cuerpos enemigos que alimenten este macabro, pero infinitamente divertido, círculo vicioso.
Es una alegría conocer que Revengeance ha encontrado su esencia, mediante una dinámica de cortes que no sólo sirve para remarcar el tono "gore" del videojuego, sino también para acabar estratégicamente con algunos rivales, desviar los proyectiles de sus armas, hacer caer muros sobre ellos o, mejor aún, destrozar las coberturas en que se ocultan. Puede que hasta recibamos algo de sigilo, manifestado en emboscadas y ataques por la espalda.
En cualquier caso, insistimos, no os engañéis, el título no quiere ocultar lo que es: un "hack 'n slash" original, con pantallas de puntuación al final de cada nivel y claras influencias del genial Bayonetta. Es decir, un juego donde hay que pensar rápido y apretar los botones sin miedo, pero que goza de la particularidad de estar inspirado en el universo Metal Gear.
Metal Gear Rising: Revengeance precisamente está enfocado a que podamos enfrentarnos a grupos de enemigos sin problemas, con una fluidez de ataques y combinaciones exquisita. Eso sin olvidarnos de los típicos jefes finales, por supuesto, que en este caso podrían ir desde los "gekkos" que hacen aparición en MGS4 hasta helicópteros que podremos partir por la mitad como si se tratase de mantequilla.
Una renovada experiencia, en conclusión, que ya se ha confirmado que no gozará de multijugador (tal vez sí de algún DLC que nos aporte nuevas misiones o controlar personajes alternativos), pero que sí presentará un apartado audiovisual competente. No estará a la vanguardia, eso también es cierto, pero sí que se contagia del buen hacer de Platinum Games a la hora de regalarnos un "frame rate" muy convincente, como sólo podría aceptarse en un lanzamiento de estas características.
Uno que llegará por cierto a comienzos del 2013 para PlayStation 3 y Xbox 360, no sin la polémica suscitada por su accidentado desarrollo y las ciertas y lógicas dudas que aflorarán a los seguidores de la saga. Pero creednos si os decimos que merece la pena esperar, al menos, para ver los resultados. A Platinum Games le cuesta muchísimo crear un videojuego mediocre.