Los shooters son sin duda uno de los géneros más importantes y populares en la actualidad. Son muchos los que se lanzan al mercado todos los años, pero pocos los que logran destacar. Precisamente esto último es el gran objetivo de Bodycount.
Aunque al menos en nuestras fronteras pasó casi sin pena ni gloria, lo cierto es que Black fue uno de los mejores shooters que nos dejó la pasada generación de consolas. Publicado por EA Games para PS2 y Xbox, el título consiguió cosechar buenas críticas por su intensa acción, impacto gráfico y espectacularidad. ¿Y qué tiene que ver Black con el juego que nos ocupa? Pues mucho, dado que ambos títulos comparten “sello” creativo, Stuart Black. Y eso se deja notar, al menos eso es lo que hemos notado en los tres niveles del modo Campaña individual que hemos tenido oportunidad de probar. Lástima que no incluyera también el multijugador competitivo y el cooperativo…
Masacres y recompensas
El argumento de Bodycount será de los de “andar por casa”. Nosotros formaremos parte de una organización llamada La Red y tendremos que recorrer múltiples partes del globo para localizar y eliminar a Objetivos. El número de misiones será bastante elevado (más de una docena) y en ellas casi siempre habrá que hacer lo mismo: acabar con un tipo determinado junto al resto de sus secuaces.
Como veis originalidad no le sobrará precisamente a Bodycount en cuanto a planteamiento se refiere, si bien su punto y aparte vendrá dado por su ejecución: tendremos que intentar encadenar el mayor número de muertes consecutivas para conseguir habilitar funciones especiales.
Puede que esto de las muertes-combo” ya os suene, puesto que Epic lo puso en práctica recientemente con su Bulletstorm. La gran diferencia entre ambos títulos vendrá dada por la naturaleza de las bajas que causemos, ya que mientras en Bulletstorm era posible eliminar a los rivales de las formas más raras y curiosas posibles, en Bodycount todo será mucho más simple y directo. Es decir, que en este trabajo de Codemasters lo más importante será acabar con los rivales sea como sea, ya sea de un disparo a quemarropa con una recortada o mediante la detonación de un barril explosivo.
Y como os comentábamos líneas más arriba, estas masacres indiscriminadas tendrán su recompensa en forma de la obtención de funciones especiales. Dichas acciones quedarán localizadas en las distintas direcciones de la cruceta de control y, una vez desbloqueadas, nos permitirán desde inyectarnos fluidos especiales para convertirnos en seres invulnerables durante espacios de tiempo limitados a la posibilidad de pedir ayuda aérea.
Destrucción ilimitada
Otro de los distintivos claros de este título será la destrucción permanente y bestial de los decorados. Salvo el suelo, el cielo y poco más, el resto de los objetos, construcciones, edificios y demás elementos que formarán parte de los escenarios podrán ser destruidos. De esta forma siempre tendremos que cambiar de una cobertura a otra cada cierto tiempo dado que la misma no tardará demasiado en ser demolida.
Este énfasis por la muerte y la destrucción quedará bien respaldada por un amplio surtido de armas que será posible utilizar (rifles, granadas, recortadas, explosivos, etc.) y por la numerosa munición que podremos ir recogiendo durante los numerosos y constantes enfrentamientos. En Bodycount no habrá tregua.
Dichas localizaciones estarán bien recreadas, con cientos de elementos destruibles y texturas bastante cuidadas. Su variedad será bastante alta y tan pronto nos encontraremos en el interior de instalaciones de avanzada tecnología como en una zona portuaria china. Para dar vida a cada área de juego el título hará uso del motor gráfico EGO de Codemasters, el mismo que ya se utilizó en otros títulos de la casa como el reciente Operation Flashpoint: Red River con notables resultados. Destacarán especialmente las físicas de los objetos, bastante realistas y conseguidas.
La premisa de Bodycount es muy clara y pretende marcar las diferencias con un sistema de combos interesante y una intensidad en los tiroteos muy elevada. Que consiga o no abrirse un hueco en el copioso terreno de los shooters subjetivos… sólo el tiempo lo dirá.