Wii Party: Impresiones

Wii Party: Impresiones
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Wii es la máquina ideal para alegrar una renión de amigos. Ya hay videojuegos en su catálogo ideales para ello, pero todavía queda por llegar el rey de la fiesta. Wii Party promete convertirse en un imprescindible para tardes de competición, diversión, adicción y muchos wiimotes.

Si hay una consola que haya puesto de moda los títulos "party" durante los últimos años, esa ha sido Wii. El concepto de la máquina, amparado en la diversión multijugador, ha facilitado sobremanera el éxito de videojuegos como Mario Party 8 (siete millones de copias), la serie Raving Rabbids (cinco millones en total) e incluso obras más modestas -aparentemente desapercibidas- como Carnival Games (con la friolera de más de tres millones de juegos).

Con tales números, no era de extrañar que a Nintendo se le ocurriera la idea de crear un título ideal para compartir con familia y amigos bajo la marca Wii Party. Así es como nace un videojuego que en su primera semana en Japón ya logró vender 230.000 copias.

Y la verdad es que no nos extraña, sobre todo después de haber comprobado sus primeros minutos de juego. Lo nuevo de los nipones se nota estar diseñado por expertos en experiencias "party", donde sólo se requieren cuatro mandos a fin de sacar partido a un DVD que contiene más de 80 minijuegos, y todo sin Wii Motion Plus, nunchuks o sucedáneos. La máxima accesibilidad, diversión y satisfacción en un producto más que completo. Todos sabemos que tras un par de horas, la mayor parte de juegos "party" pierden su encanto y capacidad de sorpresa, pero os aseguramos que Wii Party va a ser un videojuego difícil de guardar en el cajón.

He aquí uno de los minijuegos más rápidos y sencillos de todo el paquete. Corta cebollas en el menor tiempo posible desplazando el wiimote de arriba hacia abajo. ¡Date prisa o te ganarán!
He aquí uno de los minijuegos más rápidos y sencillos de todo el paquete. Corta cebollas en el menor tiempo posible desplazando el wiimote de arriba hacia abajo. ¡Date prisa o te ganarán!

El rey de la fiesta
Una de las mayores peculiaridades del videojuego es que nos permite jugar con nuestro propio Mii en cualquiera del casi centenar de pruebas presentado. Y todo con diferentes expresiones (enfado, perplejidad, alegría, sorpresa...) para que las sonrisas y carcajadas se dupliquen en una obra que dispone de varias modalidades, la mayoría aptas para un total de cuatro jugadores simultáneos (a pantalla completa o dividida según el caso).

La competición está muy presente en la mayor parte de retos: saltos de esquí, remates a portería, carreras de caballos, puntería con el revólver e incluso alguna que otra prueba en la que hacer una foto a un OVNI que pasa fugazmente por la pantalla. Los minijuegos no son especialmente largos -algunos duran sólo unos segundos-, pero tienen mucho ingenio y realizan un uso conveniente y eficaz del wiimote. A estos efectos, podremos simular el manejo de un hacha para cortar un tronco, imaginar que manejamos un cuchillo de cortar cebolla o simular el juego de la "patata caliente" (pasando el wiimote de mano en mano con cuidado de no moverlo demasiado).

Las posibilidades planteadas son infinitas, y muy atractivas si tenemos en cuenta que Nintendo no sólo nos da un tablero con dados (al estilo del clásico "Juego de la Oca") para organizar los minijuegos, sino también un bingo y una ruleta de la suerte, entre otros.

Wii Party ofrece varias maneras de disfrutar de sus minijuegos. Tal vez la más clásica sea la del tablero, donde lanzaremos dados entre prueba y prueba hasta llegar al final... pero en primer lugar, ¿eh?
Wii Party ofrece varias maneras de disfrutar de sus minijuegos. Tal vez la más clásica sea la del tablero, donde lanzaremos dados entre prueba y prueba hasta llegar al final... pero en primer lugar, ¿eh?

Cooperar también es divertido
No obstante, Wii Party no es sólo un videojuego competitivo. También hay lugar para la cooperación (en este caso, para sólo dos jugadores) que experimentarán situaciones simples como descender en una barca que gira dependiendo de cuál de los dos reme con su wiimote, o más complejas, como recorrer un laberinto de interruptores en el que deberemos coordinarnos para avanzar dentro de un tiempo límite.

En definitiva, variedad de experiencias de juego para un producto que carece de características online, y la verdad es que ni falta que le hace... Los de Kyoto confían una vez más en la diversión grupal, pero local, y los resultados obtenidos no podían estar siendo mejores: diversión inmediata, cercana, familiar y muy adictiva.

Igualmente sorprende que Nintendo no haya optado en esta ocasión ni por el nunchuk, ni tampoco por el Wii Motion Plus. No hace falta ninguno de los accesorios para disfrutar al cien por cien de Wii Party, y aún así tendremos grandes posibilidades de juego que se traducen en acciones como mover una linterna para acabar con fantasmas, en girar el mando para manejar un vehículo o en levantar el wiimote rápidamente a fin de saltar en algún que otro minijuego.

La prueba de la "patata caliente" demuestra el empeño puesto por Nintendo en conseguir aprovechar al máximo el wiimote. Un movimiento en falso con el mando y la bomba estallará en nuestras mismas narices.
La prueba de la "patata caliente" demuestra el empeño puesto por Nintendo en conseguir aprovechar al máximo el wiimote. Un movimiento en falso con el mando y la bomba estallará en nuestras mismas narices.

Originalidad multijugador
Existe un alto número de retos en los que incluso basta con sujetar el wiimote en horizontal, usando la cruceta y los botones para desempeñar decenas de acciones. Sin embargo, esto no quiere decir que los diseñadores de juego no se hayan tenido que estrujar el cerebro en más de una ocasión...

A estos efectos, no podemos concluir nuestro comentario sobre Wii Party sin hablaros de un par de pruebas que nos han llamado la atención. En primer lugar, un minijuego donde cuatro wiimotes suenan, pero sólo uno con el sonido del animal en pantalla. El primero en coger el mando cuyo altavoz está emitiendo el maullido, el ladrido, el mugido, el rugido o el aullido correcto gana la partida. En segundo término, tenemos una variación del clásico juego del escondite donde, en lugar de ocultarnos nosotros, debemos ocultar los mandos, que emitirán sonidos durante 60 segundos hasta que el resto de usuarios logren encontrarlos en la habitación en que nos encontremos jugando.

Es decir, ideas muy originales, todas ellas concentradas en un videojuego que, en esta primera toma de contacto, nos ha resultado realmente completo, y más aún si sabemos que en Japón (por unos 15 euros más) lleva incluido un wiimote adicional, que seguramente a más de uno le haga falta a finales de año, cuando Wii Party aparezca en el mercado.

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