Lo sacaron del colegio en secundaria para ganar un pastón jugando a Fortnite pero... ¿Qué ha sido de este prodigio del battle-royale cinco años después?

La historia fue polémica porque una mala decisión podía convertir en tragedia lo que parecía una biografía prometedora. Hace cinco años que se empezó a hablar de Benjy Fish (Reino Unido, 2004) y, aunque podría haberse debido a que era uno de los mejores jugadores de Fortnite de todos los tiempos, no fue por eso. Lo que verdaderamente le hizo célebre fue que, con solo 15 años, su madre le dio permiso para dejar el colegio y perseguir el sueño de ser jugador profesional. Hubo mucha discusión con respecto a una decisión que, en muchos casos, no se terminó de comprender. Después de todo este tiempo, durante el cual el battle royale de Epic Games ha pasado por una crisis y su posterior segunda juventud, hay una pregunta evidente. ¿Qué ha pasado con este chico?

Éxito, declive y adiós a Fortnite tras dejar el colegio

Esta es una historia que invita a sacar conclusiones precipitadas, pero que requiere de un poco de contexto. Cabeza de una familia monoparental tras el fallecimiento de su esposo, la madre de Benjy Fish tomó la decisión de permitir que su hijo abandonase la escuela después de que este hubiese ganado ya miles de dólares en premios de torneos. Para el chico era difícil compaginar su carrera como jugador profesional –que habitualmente implica jugar torneos en horario nocturno– con la habitual práctica formativa. Se quedaba dormido durante algunas clases y, al final de todo, llegaron a la conclusión de que no era capaz de sacar su máximo potencial en ninguna de las dos áreas.

La situación era difícil porque nadie quiere que su hijo pierda una oportunidad que podría ser única y tampoco permitirle abandonar el colegio a los 15 años. En este sentido, ambos encontraron un término medio: pasaría a estudiar con un profesor particular en lugar de ir a la escuela. Así iría a un ritmo algo más lento (aprobando dos cursos en tres años) y tendría tiempo para seguir compitiendo en el battle royale de Epic Games. Esto no evitó la polémica porque, al final, no soluciona problemas relacionados con la socialización u otros aspectos educativos que no se estudian en las materias que forman parte del currículo.

Benjy Fish en uno de sus primeros torneos de Fortnite.

Más allá de valoraciones personales, lo cierto es que no se puede decir que a Benjy Fish le fuese mal tras este cambio en su formación. Su primer año fue espectacular y fue capaz de ingresar 418.000 dólares en premios de torneos gracias a sus buenas actuaciones en las copas "FNCS" y su clasificación al mundial de Fortnite. El problema es que a partir de este momento llegó una época de declive. El número de torneos organizados por Epic Games y los premios que entregaban se redujo debido tanto a la pandemia como al bajón de popularidad del título. Puede que ahora el juego haya vuelto a estar en la cresta de la ola, pero en los últimos años rindió algo por debajo de lo habitual y eso se notó, sobre todo, en su faceta competitiva.

Los ingresos totales obtenidos por Benjy Fish durante su periodo como jugador de Fornite son incalculables. Hay que tener en cuenta que no todos los ingresos de los profesionales vienen de los premios en los torneos, ya que también perciben un salario del club al que representan. El británico trabajó para NRG Esports entre 2018 y 2022, siendo esta una de las organizaciones de esports más importantes del mundo. Adicionalmente, habría que sumar todo lo que ha conseguido recaudar a través de las retransmisiones en directo. En cualquier caso, hay una conclusión clara: ha ganado mucho dinero, pero la cantidad ha descendido cada año.

La nueva etapa de un "ya no tan niño" prodigio

Viendo solo los datos, uno podría pensar que la historia de Benjy Fish tiene un final triste. Sin embargo, nada está más lejos de la realidad. Si el jugador ha dejado de ingresar dinero en premios de torneos y ha perdido espectadores como streamer es porque se ha alejado de Fortnite. Se cansó del juego y del poco cariño que, durante un tiempo, Epic Games mostró por la comunidad competitiva. Pese a ello, no abandonó su carrera como profesional de los videojuegos. En su lugar, comenzó a centrarse en Valorant. En el shooter de Riot Games las cosas le fueron bien desde el principio, llegando al rango clasificatorio más alto del juego (Radiante) y luciéndose en competitivo desde comienzos del pasado año 2023.

A comienzos de 2023 se incorporó a Enterprise Esports en calidad de 'stand-in' (algo así como un suplente a medio plazo) para disputar competir en el segundo nivel del Valorant europeo. No llegó a renovar por motivos de rendimiento, aunque no precisamente por hacerlo mal. Fue elegido como el mejor debutante de la competición y llamó la atención de los equipos de primera línea. En julio del pasado año fichó por Team Heretics, equipo español con plaza permanente en la máxima competición continental del shooter táctico de Riot Games. Aunque llegó cuando los grandes torneos ya habían acabado, ha tenido buenas actuaciones individuales y el equipo decidió renovarlo: tiene contrato hasta finales de 2025.

Así se anunció la renovación del jugador hasta 2025.

Dentro de apenas un mes, el jugador debutará en la máxima competición europea de Valorant, luchando por clasificarse a los torneos mundiales. Lo cierto es que su ascenso ha sido meteórico y él mismo confirma que desde que dejó Fortnite su sueño era triunfar en el shooter táctico. En este sentido, la historia tiene un final feliz que todavía puede mejorar en el futuro. El camino no es ni mucho menos seguro, aunque ahora juega a su favor el hecho de haber elegido un videojuego de Riot Games. Con sus puntos positivos y sus puntos negativos, no se puede negar que es una desarrolladora tremendamente comprometida con los esports que ha convertido la escena competitiva en uno de sus grandes pilares, lo que da a los jugadores una mayor estabilidad.

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No ha sido nada fácil para Anne, la madre de Benjy. Más allá de opiniones, lo que tengo claro es que no me gustaría haber estado en su situación. Ella eligió comprometerse con la carrera de su hijo pensando que era lo mejor para su futuro y trató de entender cuáles eran sus intereses, llegando ella misma a participar en algunos torneos pese a sus 59 años. No es fácil criar a un niño en solitario y menos cuando resulta que el chaval es un verdadero prodigio en unas nuevas tecnologías que muchos padres ni siquiera entienden o se esfuerzan en comprender. Había que tomar una decisión, las dos podían salir mal y lo importante de todo esto es que la historia ha tenido un buen desenlace.

**Esta es la versión revisada de un artículo publicado en diciembre de 2022

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