La unión hace la fuerza. ¿Cuántas veces habremos escuchado esto? Es hora de proponer otro caso práctico para comprobar si el dicho se cumple. A un lado, la licencia Zelda. Al otro, el incombustible Dynasty Warriors. Os contamos lo que ocurre al usar una espada maestra para contener a cientos de enemigos en combates masivos.
Hay pocas cosas que gusten más a un japonés aficionado a los videojuegos que un "crossover" bien hecho. Eso de juntar dos licencias en un mismo título es como reunir a dos grandes directores para que hagan una película. Resulta algo tan utópico que en ocasiones es una idea que hasta da miedo. Unas veces sale bien, otras mal, y en medio tenemos una escala de grises que es donde precisamente encontramos a Hyrule Warriors, obra colaborativa entre Nintendo y Koei Tecmo.
Se dice que aunque en un principio el juego iba a defender una jugabilidad más zeldera, al final Miyamoto desenvainó la espada para exigir que fuese todo lo contrario. Y así se hizo. El resultado es una creación con jugabilidad Dynasty Warriors que se ha vestido con toda la parafernalia fantástica que supone la licencia Zelda. Una combinación que sus propios creadores han considerado como una especie de "fiesta", una que por cierto parte con la idea de vender al menos un millón de copias.
El resultado es un producto que sin embargo se olvida de conseguir lo más importante, que la unión haga la fuerza. Es obvio si nos atenemos a que los japoneses no suelen adoptar nunca el término medio: o las mecánicas eran Zelda o eran Dynasty Warriors. No comprendían más posibilidades. Y se optó por la última opción, una en la que prima la acción con mamporros a diestro y siniestro dentro del esquema jugable que los fans de los "musou" conocerán de sobra.
Zelda se apunta al estilo Musou
Pero como aquí nadie nace aprendido, lo explicaremos. Imagínate un campo de combate con aliados y enemigos contados por cientos, bases que aniquilar y un mapeado en el que se nos precisa en todo momento la siguiente misión a cumplir (normalmente relacionada con aporrear a todo bicho con patas, o sin ellas). Un espectáculo al más puro estilo "soy Bruce Lee y puedo con todo" que cuenta con combos demoledores y también un avance que habitualmente ha destacado por resultar bastante repetitivo.
Teniendo en cuenta esto, Hyrule Warriors es todo lo que podíamos esperar en el sentido de que traslada los puntos fuertes y débiles de aquella serie, sin apenas cambios, salvo que ahora manejamos a Link, Zelda, Midna o hasta Ganondorf. Como telón de fondo se han escogido los escenarios de tres grandes de la saga: Ocarina of Time, Twilight Princess y Skyward Sword, contando con materiales originales que se nota que han sido suministrados por la Gran N. La fidelidad en este sentido es simplemente absoluta, desde los modelados a las animaciones.
Por supuesto, no esperéis aquí exploración en mundo abierto o puzles que resolver. Lo importante es propinar golpes a diestro y siniestro, valiéndonos para la ocasión de los "gadgets" característicos de la franquicia Zelda. Contamos con el boomerang, el arco y las bombas, por citar algunos. Además se ha integrado el sistema de fijación clásico (el Z-Targeting), y antes de cada refriega se nos suele dar la oportunidad de escoger personaje, cada uno con sus particularidades y ataques especiales, desde el polifacético Link hasta el lento pero demoledor Ganondorf.
Otro aspecto positivo lo tenemos en la extraordinaria duración del producto, que puede irse fácilmente por encima de las 20 horas, siendo difícil establecer una cifra aproximada. Luego disponemos de una progresión específica por cada personaje (a modo de niveles), la oportunidad de adquirir nuevas armas, de acumular rupias y un sencillo árbol de habilidades que nos permite aprender nuevas técnicas ofensivas y defensivas -principalmente combos- para que exista la sensación de que estamos evolucionando con cada partida.
Pero ahora viene lo negativo. La principal alternativa de juego, el modo leyenda, nos presenta una historia tan poco interesante que en más de una ocasión estaremos tentados a pulsar la opción de "saltar intro". No os preocupéis en cualquier caso, porque todo se resume al clásico: "Zelda está en apuros, hay que salvar al reino y sólo Link tiene la clave para hacerlo". Después de completarlo, no sentiréis la epicidad de otros lanzamientos. Es una trama mal contada. Lo cierto es que no esperábamos mucho de ella, pero al menos podría no haber repetido decorados, situaciones y hasta enfrentamientos finales con tanta asiduidad.
La campaña es duradera, o tal vez la repetitividad aviva esa sensación, pero desgraciadamente la calidad jugable no acompaña. Habitualmente, todo se limita a apretar el botón de ataque. Rara vez se hace necesario esquivar o -todavía menos común- hacer uso del escudo. Debido a esto, la obra crea una sensación de inmersión bastante pobre, favoreciendo el fenómeno comúnmente conocido como "piloto automático", que nos llevará a seguir jugando sin pensar realmente en lo que estamos haciendo.
Por suerte, aún hay aspectos que merecen la pena en Hyrule Warriors. Uno de ellos es su modo aventura, que nos plantea un mapa (al más puro estilo The Legend of Zelda para NES) donde cada casilla de la cuadrícula es una interesante "quest" a completar. Aquí la variedad es más pronunciada, y se agradece. Sin embargo, lo que más nos ha gustado -y con diferencia- es el modo cooperativo, la posibilidad de jugar junto a un amigo, uno en la pantalla del televisor y otro en el GamePad. No hay online, pero nosotros no lo hemos echado en falta.
Lo mejor del cooperativo es que todas las modalidades lo soportan (incluidos los desafíos que han aparecido a raíz de la última actualización). Lo peor reside en que la calidad de imagen y el frame-rate se reducen por cuestiones de hardware. Es un sacrificio que no obstante merece la pena. Aparte, entendemos que mostrar tantos elementos en pantalla (llegan a contarse por cientos) sea un quebradero de cabeza. El aspecto al final se ha resuelto bastante bien, sin esas congelaciones de imagen que al principio mostraba la versión japonesa del juego.
Y no es que Hyrule Warriors sea un portento gráfico en el catálogo de Wii U, pero dentro del estilo "musou" hace bien su trabajo. Hay popping y ciertos aspectos se podrían haber cuidado más. Pero a nivel general todo cumple, incluida la música, que aporta un toque rockero muy peculiar a composiciones que los fans de Zelda reconocerán enseguida. No se libran de resultar repetitivas en ocasiones, pero al menos Nintendo ha pensado en nosotros incluyendo un selector musical antes de comenzar cada misión, para que seleccionemos la que nos apetece en cada momento. Así puede que la tarea de convertirnos en guerreros de Hyrule se haga algo más llevadera.
Interesante
En los "cross-over" la unión suele hacer la fuerza, pero no ha sido el caso de Hyrule Warriors, que plasma la magia del universo Zelda sobre los errores de siempre de la saga "musou". El resultado es un videojuego muy completo, con incluso cooperativo, pero que adolece de un importante problema de repetición en su desarrollo. Gustará a los fans de Dynasty Warriors, a los seguidores de la Trifuerza y, en particular, encantará a los afortunados que amen ambas licencias. Para los demás, la colaboración entre Nintendo y Koei Tecmo no pasará de la mera curiosidad.
Comprar Hyrule Warriors- Elevada duración, con una buena cantidad de opciones de juego
- El cooperativo local para dos jugadores con el uso de televisor y GamePad
- Gran respeto y fidelidad por el universo Zelda, incluyendo modelados y animaciones
- Elevada repetición en dinámicas y situaciones
- Modo principal de juego (leyenda) poco elaborado, con una trama poco interesante
