Just Cause 2: Impresiones jugables

Adrenalina con un espectáculo de grandes proporciones es lo que ofrece la segunda entrega de Just Cause. Un videojuego mucho más exagerado e impactante que su antecesor, donde la libertad del jugador ha crecido paralelamente a la calidad de su escenarios y las misiones. Sumérgete en la isla de Panau en una completa fiesta de pirotecnia.

Un personaje carismático, pura acción como santo y seña, y un espectáculo visual de marcado sabor hollywodiense, ese es Just Cause. Ya lo vimos en su primera parte, un videojuego muy interesante al que sólo le faltó un plus de vida en los escenarios y una fórmula jugable menos repetitiva para haber tenido mucho más éxito.

Avalanche Studios ha podido hacer realidad sus verdaderos sueños en Just Cause 2, un videojuego que desde sus primeros pasos ha dejado correr grandes tintas de expectación a su paso destructivo. El motor Avalanche 2.0 junto al de físicas Havok han conseguido hilvanar una experiencia que anda sobrada de acción y espectáculo, que encima recoge e intensifica el testigo de la diversión del original. Hace pocos días y con una versión del juego bastante avanzada, pudimos ver y disfrutar un poco más de la experiencia demoledora de un videojuego que pretende llevar al jugador al límite, pero sin dejar de lado nuestra imaginación.

Las misiones sobre vehículos estan repletas de espectáculo y velocidad. Es muy sencillo pasar de un coche a otro, y una vez arriba podremos disparar a otros vehículos para explotarlos o provocar accidentes si disparamos a las ruedas.

Una paradisíaca isla llena de peligro
Just Cause 2 se desarrolla en la isla del sudeste asiático llamada Panau, donde coexiste la violencia bajo el dictador régimen de Baby Panay. Además el lugar se encuentra envuelto en guerras entre distintas facciones que dominan a la población, y se aprovechan vilmente de los abundantes recursos del territorio. Por si fuera poco nosotros tenemos que entrar de pleno en esta espiral de violencia y corrupción para encontrar a un amigo, pero traidor, llamado Tom Sheldon, que posee información que podría poner en peligro a nuestro país mientras negociamos o lidiamos a disparo puro con los traficantes.

La isla de Panau podría considerarse la verdadera protagonista. Su enorme extensión de 1.000 km cuadrados está dividida en varias áreas que dotan de cierta delimitación al conjunto y que se encuentran controladas por una facción en particular, que veremos reflejada por distintos colores y líneas vistas desde el mapa general. Los programadores han querido reunir en la isla todo tipo de ecosistemas para dotar de mayor variedad a los escenarios. Por lo tanto, tendremos parajes desérticos, profundas selvas, tropicales playas, inalcanzables montañas o urbes de ensueño, y todo siendo interactivo y destructible (con un cierto límite) para el jugador.

La segunda entrega de Just Cause está llena de detalles, y de una naturaleza sublime. A veces será igual de espectacular mirar el bello paisaje desde lo alto de una montaña que estar en pleno éxtasis de acción durante una misión. El escenario tiene muchas zonas destructibles, a gusto del jugador.

La variedad del caos
A lo largo de nuestro contacto con el juego pudimos experimentar en varias zonas. Una fábrica que estaba a punto de saltar por los aires y que debíamos escalar por sus laberínticas estructuras para salir; la destrucción de un complejo químico; la escalada de las Torres Petronas en Kuala Lumpur para rescatar a un personaje y lanzarlo por la ventana; destrozar un pequeño poblado tirando abajo un campanario mientras lanzábamos granadas a diestro y siniestro; y por último una intensa persecución por las carreteras de la isla.

Las misiones del juego superan las 50, y hay tanto principales como secundarias. Para resolverlas debemos ejercer una cantidad de caos determinada para así desbloquear otras zonas que desbloqueen el hilo conductor de la trama. Pero el juego esconde muchos secretos y no es lineal. De hecho si nos cansamos de seguir la historia principal podremos explorar la isla a nuestro antojo e incluso desbloquear misiones secundarias que no aparecerían nunca si seguimos sólo el hilo principal.

Los Quick Time Events están muy presentes en todo el título, sea para pasar secuencias espectaculares, abordar vehículos o desactivar terminales. Son sencillas de realizar y no exigen grandes reflejos para superarlas.

Destruyendo por tierra, mar y aire
Los vehículos son otra gran baza del título, con más de 100 disponibles para el disfrute del jugador. Desde una simple moto hasta un caza, pasando por deportivos, lanchas, barcos, tractores e incluso un gigantesco avión comercial. Todos los vehículos son destruibles y cuando estén a punto de explotar debemos abandonarlos si queremos seguir con vida. Podemos saltar de uno a otro e incluso subirnos en ellos para disparar mientras otro personaje conduce.

El gancho multiusos que vimos en la primera entrega viene mucho más completo que nunca. De entrada ya no ocupa una ranura del arma y está plenamente integrada en el mismo brazo de Rico, el protagonista. En cuanto a utilización, este gancho nos servirá para escalar, desplazarnos rápidamente entre 2 puntos, acabar con enemigos e incluso para caer desde el cielo y no estrellarnos. Pero también para poner en práctica originales formas de destruir los escenarios o eliminar enemigos. Por ejemplo, podemos enlazar una bombona de gas a un enemigo o a un vehículo y lanzarlo por el cielo.

Papel importante tiene en Just Cause 2 el traficante, a quién podremos llamar cuando queramos para adquirir cualquier tipo de vehículo, gadgets, armas (el arsenal es tremendo), o bien para solicitar una operación de apoyo que nos saque del peligro si las cosas se han puesto muy feas. Lógicamente todo a cambio de una pequeña cantidad de dinero que podremos encontrar a poco que exploremos las zonas. Las reglas del mercado negro, ya sabéis.

Tendremos muchos tipos de medios de transporte que utilizar, y nunca pagaremos billete. Bien podemos usarlos para ir de una zona a otra del extenso mapeado o para provocar aún más caos y locuras entre la población civil y militar.

Libertad y espectáculo a ritmo de destrucción
Pero lo que demandan los jugadores son buenas dosis de acción en un gran entorno libre, y de eso Just Cause 2 va sobrado. En cualquier momento podemos dejar de lado la historia principal e irnos a divertir por la paradisíaca isla, aunque lo más seguro es que acabemos siendo un peligro. Así, cualquier tipo de civil puede ser eliminado de múltiples formas, podemos destruir buena parte del escenario natural, el mobiliario urbano, casas, coches, lanchas, pueblos y, esto por obligación, las diversas estatuas que vayamos encontrando del dictador para allanar el camino a futuras visitas. ¿Más ejemplos? Saltar por los aires subido a una lancha, pilotar un caza y pasar por debajo de los puentes como si fuese un pequeño pájaro, ponernos a los mandos de un avión comercial, etc., los ejemplos son variados.

El gancho nos sirve no sólo para atacar o escalar, sino también para alcanzar vehículos en tierra o en pleno vuelo. Igualmente si no nos gusta usar el paracaídas podemos usar el gancho un segundo antes de tocar suelo para no morir en el intento.

Detalles de altura. Edición limitada
En términos visuales los escenarios presentan mucho más detalle que su antecesor, incluso con ciclos de día–noche, cambios meteorológicos y, en general y posiblemente lo que más se achacaba al original, sin ofrecer en absoluto ninguna sensación de estancias vacías.

Por otra parte Just Cause 2 llegará totalmente traducido al castellano, y en esta ocasión el protagonista Rico Rodríguez ha dejado de lado el acento latino para contar con uno más neutro.

Hablando del protagonista, hay que dejar claro que su control es sencillo y que el uso del paracaídas ha mejorado notablemente. Manejar el gancho recuerda bastante a la experiencia de Bionic Comando, requiriendo de unos minutos previos de ensayo para lograr hacernos con él, especialmente cuando lo usamos para “labores secundarias”. Una vez experimentado y comprobado su suavidad y posibilidades, el resultado que se obtiene es muy convincente, encajando a la perfección con el sistema de cámaras implementado.

Los vehículos pueden ser abordados desde distintos frentes y las situaciones a resolver también. Existen numerosas formas de acabar una misión y para ello el jugador podrá hacer uso de su imaginación para instaurar un caos muy personal.

Asimismo, los que hagan la reserva del videojuego contarán con una edición limitada repleta de extras al mismo precio que la versión normal. Esta edición especial, además de llevar un embalaje distinto, se completa con el llamado Pack del Mercado Negro del Caos que incluye cinco gadgets exclusivos: el aerodeslizador de la agencia, la pistola personalizada de Rico, un rifle de asalto de precisión, un Chevalier clásico, el paracaídas del Caos y un mapa desplegable de toda la isla de Panau con información relevante y pistas para descubrir nuevas localizaciones.

Just Cause 2 llegará a PC, Xbox 360 y PlayStation 3, el próximo 26 de marzo.

Portada de 3DJuegos

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