Con solo cinco vehículos y tres circuitos, la popular saga de conducción Ridge Racer se mantiene fiel a su tradición de acompañar a una nueva plataforma de videojuegos en su estreno. Un título de velocidad que apuesta claramente por el online, aunque a costa de sacrificar sus contenidos. ¿Merecerá la pena? Arrancamos.
Después de tantos años estrenando una videoconsola con una nueva entrega de la mítica saga de conducción arcade Ridge Racer, Namco Bandai ha querido mantenerse fiel a esta idea a pesar de lo forzado del lanzamiento de su nuevo juego de velocidad para PS Vita. Título que ha estado en desarrollo durante apenas ocho meses y que, de primeras, acusa una notable falta de contenidos que puede echar para atrás a más de un veterano en la saga. Eso sí, para contrarrestar este aspecto negativo el juego apostará por un fuerte componente social en línea, ¿pero será suficiente?
El rey de la pista
Jugablemente muy similar a lo visto en las últimas entregas de Ridge Racer para consolas portátiles, incluida la opción de usar el nitro para pegar acelerones, este primer juego de velocidad de Namco Bandai para PSVita, como decíamos, echa muy para atrás si nos centramos únicamente en los números. No en vano, que de primeras te digan que vas a comprar un juego de conducción con tan solo cinco coches, todos con las mismas especificaciones técnicas, y tres circuitos en los que ponerlos a prueba –con su versión Inversa incluida- resulta, cuanto menos, sorprendentemente negativo. Tal vez por ello, el equipo de desarrollo ha buscado una vía de escape a través de la vertiente multijugador online de este nuevo Ridge Racer, aunque también en este punto, la cosa parece que no mejorará mucho el resultado final.
La idea, a grandes rasgos, consiste en ganar carreras en el modo de juego en solitario para conseguir el dinero necesario con el que adquirir mejoras para nuestros vehículos (algunas simplemente son mensajes de texto con consejos para competir), que podrán especializarse en determinados parámetros siguiendo un árbol de especificaciones técnicas que habrá que seguir de forma lineal. Con un coche medio equipado podremos entonces dar el salto a la vertiente multijugador, aunque antes deberemos escoger entre uno de los cuatro equipos al que representaremos durante las partidas online.
En estas, como apuntábamos, destacará sobre todo el componente social con el que Namco Bandai ha impregnado al juego, ya que aparte de contar con una completa ficha de corredor, frase de cabecera para nuestro piloto incluida, tendremos oportunidad de participar en una serie de eventos mundiales en los que junto a los miembros de nuestro equipo –jugadores de todo el mundo- habrá que superar pruebas de velocidad, tiempo y demás con sencillas variaciones contra otros usuarios.
En el juego, tendremos oportunidad de unirnos a partidas online ya en activo o crear nosotros mismos una sala para establecer las condiciones de la carrera –nivel de habilidad de los vehículos contrarios, etc.-. El problema es que al reducido número de vehículos y circuitos debemos añadir una considerable falta de opciones multijugador, con las pruebas contra otros rivales virtuales o las carreras contrarreloj como únicas alternativas.
Y esta misma parquedad en detalles y opciones se puede trasladar al apartado técnico de este nuevo Ridge Racer, que aparte de perder la habitual tasa de 60 imágenes por segundo –la acción corre a 30 fps-, tampoco destacará especialmente ni por el modelado de los vehículos ni por la espectacularidad de sus circuitos. Una serie de aspectos que se contrarrestan con el precio reducido al que se estrenará el título según las últimas palabras de Namco Bandai. Habrá que esperar, sin embargo, a tener el juego en nuestras manos para valorar si de verdad merece la pena estrenar PS Vita con este nuevo Ridge Racer, o lo mejor es esperar a otro juego de velocidad. Deseamos que sea la primera opción.