Únete a Sam & Max, la policía independiente de Nueva York, en Sam & Max: Más allá del tiempo y el espacio, la segunda temporada de sus aventuras que incluye cinco nuevos episodios donde te encontrarás con bebés bailando, mariachis cantando, un vampiro europeo muy fashion y hasta con Belcebú.
Después de Sam & Max: Salvan el mundo, el dúo de ‘policías independientes’ compuesto por Sam y Max regresan a la actualidad con Sam & Max: Más allá del tiempo y el espacio, un juego lleno de humor y enredos con el sabor de las clásicas aventuras gráficas de LucasArts de la década de los noventa, a un precio de 1.600 Microsoft Points.
Prepárate para viajar más allá del tiempo y el espacio a través de cinco nuevos episodios que desafían todas las leyes de la física. Ver para creer, amigo.
La Curvatura Espacio-Tiempo Y Las Ecuaciones De Einstein
Sam & Max: Más allá del tiempo y el espacio es un título de corte idéntico a Sam & Max: Salvan el mundo. Esto se traduce en una aventura episódica que esta ocasión se compone de cinco capítulos independientes y entrelazados de algún modo a la vez, consiguiendo un argumento más o menos sólido en conjunto.
Cada uno de estos cinco capítulos tiene más o menos la misma duración que los capítulos de la primera temporada, es decir, de dos a tres horas según la habilidad del jugador a la hora de resolver los – muchas veces surrealistas – puzzles, por lo que la duración total del juego alcanza algo más de diez horas, una duración considerable que justifica de algún modo el precio a pagar por el juego. Igual que ya ocurriese con el primer título, Telltale Games ha permitido muy acertadamente poder grabar y cargar independientemente partidas diferentes para cada capítulo.
El juego comienza en el despacho de nuestro dúo de polícias en la ciudad de Nueva York, inmediatamente después de las aventuras de Sam & Max: Salvan el mundo. El barrio ha cambiado un poco, añadiendo nuevas localizaciones y personajes. Algunos de los personajes de la primera temporada vuelven a hacer acto de presencia durante el juego, Bosco, que ha cerrado su tienda para centrarse en E-L-L-O-S, el último objeto de sus obsesiones paranoicas, la cabeza parlante de Abraham Lincoln; Sybill, que ha cambiado su consulta de terapia psicológica por un restaurante; los odiosos Soda Poppers, que tantos quebraderos de cabeza nos produjeron en Sam & Max: Salvan el mundo; o Flint Paper, el investigador privado que comparte despacho, o pared, con nuestros protagonistas, que ha vuelto a la ciudad tras un año de duro trabajo y que tiene alguna que otra pequeña aparición durante el juego.
Rápidamente son sorprendidos por un robot gigante fan de las canciones más “cutres” del pop español, y al que consiguen derrotar con su particulares métodos para descubrir quien está detrás de este ataque: un pequeño anciano, peludo y gordinflón, vestido originariamente de verde, pero que, según una leyenda urbana, cambió el color de su vestimenta – a rojo – por un refresco; sí, ¡el propio Santa Claus! Sam & Max, en Estación de hielo Santa, deberán irrumpir en el Polo Norte para reducir a un enemigo con muy malas pulgas armado hasta la barba. Participa en esta particular visión del cuento de Navidad de Charles Dickens viajando al pasado, al futuro y al presente, aclara a tiempo este auténtico desaguisado navideño y salva al mundo de unas Navidades truncadas por la desgracia y el caos.
Cuando regresan del Polo Norte se encuentran con que Sybill está siendo perseguida por un misterioso triángulo espacio-temporal. Esta nueva investigación les llevará de vacaciones a la exótica y colorista Isla de Pascua donde deberán detener la erupción de un gigantesco volcán. Bebés bailarines y cabezas parlantes, una auténtica locura en el Océano Pacífico en este segundo capítulo, El blues de los Moai.
La noche de los muertos delirantes es el tercer capítulo de estas aventuras en el que nuestros amigos deberán acabar con una horda de muertos vivientes discotequeros y su cabecilla, Jurgen, un vampiro europeo de lo más fashion, que han invadido las calles de la ciudad de Nueva York. En el cuarto capítulo, llamado Recuerdos mariachis del futuro, Bosco ha desaparecido literalmente de la faz de la Tierra. ¿Estaba Bosco en lo cierto en relación a E-L-L-O-S después de todo? Descúbrelo tú mismo en este futurista capítulo protagonizado por unos auténticos mariachis.
Con el último capítulo del juego, ¿Qué hay de nuevo Belcebú?, Sam & Max tienen que viajar hasta el “infierno” y vérselas con el mismísimo Diablo para recuperar el alma de Bosco, ¿a qué precio?
Una Aventura Gráfica ‘made in LucasArts’
Si estructural y argumentalmente, Sam & Max: Más allá del tiempo y el espacio continúa el mismo patrón establecido por Sam & Max: Salvan el mundo, técnicamente también es así, de modo que no hay mucho que destacar en relación a diferencias con la primera temporada. El título, desarrollado con el mismo motor gráfico que el anterior, cuenta con un modelado tridimensional muy acertado en personajes. Por supuesto, el dúo protagonista se lleva la palma en este sentido. Aun así, otros personajes principales como Bosco y su madre, Stinky, la cabeza parlante de Abraham Lincoln, Sybill, Santa Claus, los Soda Poppers, Jurgen el vampiro, los mariachis, Belcebú, y el resto de personajes del juego, han sido diseñados con un mimo y un cuidado impresionante, todos ellos dotados de una gran personalidad y carisma.
Los escenarios, por su parte, sí están más detallados y cuentan con muchos más objetos con los que interactuar, además de presentar una mayor variedad. Desde el cálido hogar de Santa Claus en el Polo Norte a la exótica y colorista Isla de Pascua, las calles de Nueva York o las oficinas de Belcebú, a pesar de que en muchas ocasiones visitamos los mismos escenarios pero en diferente momento de tiempo. Sin embargo, y como ya sucediese con la primera parte, los tres años que han pasado desde que el juego apareciese en PC están ahí, y podrían haberse trabajado algo más ciertas texturas, demasiado simples, o algunos efectos.
La jugabilidad de Sam & Max: Más allá del tiempo y el espacio se basa en el sistema clásico “Point & Click” de las aventuras gráficas de PC, adaptado, por supuesto, al mando de la consola. De este modo, tanto para mover a nuestros protagonistas como para hablar con otros personajes o interactuar con los objetos de los escenarios, debemos hacer ‘click’ sobre ellos. Durante las conversaciones podremos elegir entre diferentes respuestas, y utilizar un objeto de nuestro inventario – sigue sin poderse mezclar dos objetos del inventario –, colocándolo para ellos sobre otro objeto del escenario y haciendo ‘click’ de nuevo sobre éste. El sistema termina convirtiéndose en un método lento y poco dinámico, y la ausencia de un icono de acción al colocar el curso sobre los objetos hace que muchas veces desconozcamos qué hacer con él. Afortunadamente para los menos hábiles con este género, Telltale Games ha incluido una opción que no estaba presente en Sam & Max: Salvan el mundo, la de marcar si queremos recibir y cada cuánto, pistas sobre lo que debemos hacer a continuación. De estar activada esta opción, Max, después de un tiempo sin avanzar en el juego, nos aconsejará sobre el siguiente paso a seguir.
Probablemente, una de las partes más desaprovechadas de Sam & Max: Salvan el mundo en la que conducíamos nuestro Desoto por las calles de Nueva York, han dado paso a una serie de minijuegos mucho más divertidos y entretenidos como atropellar muñecos de Elmo para desbloquear pegatinas para nuestro coche-patrulla, un combate de boxeo entre Betty, -una especie de muñeca diabólica- y la rata Jimmy Dos Dientes, un sucedáneo de Guitar Hero; o repartir discos de música a diestro y siniestro a unos muertos vivientes.
De nuevo, el juego cuenta con voces en inglés y textos en castellano, volviendo a repetirse el mismo problema a la hora de leer los subtítulos en los diálogos debido a su color, que en algunas ocasiones no consigue destacar sobre el color de fondo de los escenarios. La banda sonora y los efectos de sonido están a la altura del título y no desentonan en ningún momento, compuestas por las clásicas melodías simpáticas a las que nos tiene acostumbrados LucasArts. Así, todos los temas están relacionados con los diferentes lugares que visitamos, desde villancicos navideños en el taller de Santa Claus en el Polo Norte, a notas de color en la Isla de Pascua y temas más terroríficos al visitar al vampiro Jurgen y Belcebú.
Discreto
Sam & Max, el dúo de ‘policías independientes’ más peculiar del mundillo de los videojuegos regresa con cinco nuevos divertidos capítulos que a pesar de ofrecer algunas novedades técnicas y jugables, no consigue dar un significativo salto de calidad a la serie. Una delirante aventura que funciona, pero que debe reinventarse de cara a próximas entregas.
