La firma nipona facilitó la creación de los primeros cuatro capítulos de la serie de Netflix.
Sam Deats es el director de la reciente serie de Netflix basada en Castlevania. El artista ha hablado con Destructoid sobre los cuatro capítulos y lo que ha supuesto para ellos trabajar en una franquicia que adora y por la que ha luchado mucho para hacer realidad. Explicó que el origen del proyecto comenzó “hace más de 10 años, Kevin Kolde terminó recibiendo los derechos del programa y estaba tratando de hacerlo funcionar. Empezaron a juntar los guiones para encararlo como un lanzamiento directo a DVD. Desafortunadamente, tuvieron que parar el desarrollo durante un buen tiempo, algo que nos vino bien cuando Adi Shankar, el productor, apareció: estaba realmente interesado en la propiedad y su productora, Frederator, logró un trato con Netflix”.
Sobre el trabajo con la editora y dueña de la franquicia, Konami, explicó que acabó siendo un auténtico placer. Deats destacó que “Konami estaba muy relajada mientras hacíamos la serie. Parecía que les gustaba lo que estábamos haciendo. Resultó muy fácil trabajar con ellos”, reconoce, “ocasionalmente tenían notas relativamente menores en diseños de personajes y cosas así. Alguien de Konami debe tener un gran ojo para los errores de continuidad: nos enviaban cosas sobre pequeños cambios a realizar, como el uso del látigo con la mano equivocada del protagonista y cosas así”. Deats habló de la voz de Trevor Belmont, y consideró que tuvieron una “increíble suerte por tener a Richard Armitage como Trevor. Digo suerte porque su incorporación se realizó muy tarde”.
La serie de Castlevania se estrenó a finales de la pasada semana en Netflix. Consta de cuatro capítulos y se basa Castlevania 3: Dracula's Curse, uno de los más célebres capítulos de la serie en NES.