La cancelación no tendría "nada que ver" con su naturaleza de aventura para un jugador.
El cierre del estudio Visceral Games ha traído nueva información acerca del proyecto de Star Wars en el que estuvo trabajando el estudio. En palabras recogidas por el portal Kotaku, un empleado anónimo explica que el juego iba a ser una aventura en solitario y en tercera persona que competiría con Uncharted o Tomb Raider, y que se situaría entre los episodios IV y V de las películas. Sin embargo, no siempre fue ese el objetivo.
La producción se planteó originalmente como un 'sandbox' de piratas, aunque la idea cambió cuando EA se hizo con la licencia para desarrollar juegos de Star Wars. Después de la salida de Battlefield: Hardline y sus complementos, el proyecto se retomó con la incorporación de Amy Hennig, guionista de Uncharted. Desde ese momento, y bajo el nombre en clave de 'Project Ragtag', empezó a gestarse como juego de acción, con un grupo de personajes jugables cuyo control se podía alternar y dejar el resto en manos de la IA.
Según comenta esta fuente, internamente los propios empleados de Visceral Games sospechaban esta posible cancelación y era un secreto a voces que estaba ocasionando que muchos de ellos estuvieran intentando irse a otros estudios, pero esto no tenía “nada que ver” con el hecho de que fuera un juego para disfrutar en solitario —modelo de negocio que algunas personas consideraban fuera de lugar para EA, argumentando así el cierre del estudio.
En lugar de eso, fue una mezcla de diversas razones: flaquezas en el estudio a nivel de personal y dirección, problemas con el motor del juego, la presión del distribuidor o el coste de mantener activo un estudio en una ciudad tan cara como San Francisco. Otro empleado anónimo aseguraba que completar el juego habría supuesto 100 millones de dólares y que “era un sinsentido” en términos de ambición y nivel para las condiciones del estudio.
EA Vancouver son los responsables actuales de recrear el proyecto de Star Wars que estaba en manos de Visceral Games, que estaba inicialmente previsto para el año fiscal 2019.