Los mejores sustos de la franquicia Outlast

Los mejores sustos de la franquicia Outlast
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Seleccionados los momentos que más miedo nos han dado los juegos de Red Barrels (Spoilers).

Red Barrels sorprendió a los jugadores en 2004 con un terrorífico juego que nos lleva a investigar una denuncia anónima en un hospital psiquiátrico: Outlast. ¿Quién le iba a decir al bueno de Miles Upshur que protagonizaría algunos de los mejores sustos que nos ha dejado el mundo del terror en los videojuegos en los últimos años? El terrorífico testigo lo recogería Blacke Langermann en Outlast 2, en esta ocasión para investigar a un grupo de fanáticos religiosos en una recóndita zona montañosa de Arizona.

Además de la mala iluminación, esta segunda parte comparte con el juego original una horripilante facilidad para asustar a los aficionados. Y nos hemos asustado tanto y nos lo hemos pasado tan bien, que no podemos evitar seleccionar nuestros sustos preferidos de la saga Outlast. ¿Son también los mejores sustos para ti?

El interno en silla de ruedas (Outlast) - Los primeros compases del Outlast ya dejan claro al jugador que el juego trata de ir de susto en susto con los dientes apretados. Uno de los primeros, y del que más han disfrutado los fans es el que nos da este personaje en silla de ruedas.
El Dr. Trager (Outlast) - Por si la persecución a la que nos somete el principal villano del primer título no fuera lo suficientemente intensa, el Dr. Tager encima quiere convencernos de que somos “coleguitas del alma”. Y encima, el hombre con el culo al aire.
El patio (Outlast) - Uno de los principales recursos utilizados para meternos el miedo en el cuerpo en este juego es la escasa visibilidad de algunas zonas. El patio es, sin duda, una de las peor eliminadas y el jugador tiene la sensación de que cada paso le acerca un poco más a un peligro terrible.
Las alcantarillas (Outlast) - Otra herramienta a la que el equipo de desarrollo de Outlast sabe sacar todo el partido es el sonido. En las alcantarillas, repletas de ecos y de ruidos extraños, goteos y chapoteos, sin poder ver a dos palmos por delante, el susto está asegurado y es que, os recordamos, no estáis solos...
El mirón (Outlast) - Un susto de manual. Tratas de abrir, sin éxito, una puerta atrancada. levantas la vista, y ahí está. Mirándote desde el otro lado de un cristal, como si fueras un delicioso postre expuesto en el escaparate de una buena pastelería: el mirón.
La lluvia de sangre (Outlast 2) - En Outlast 2 la zona de la escuela es una de las más peligrosas y repletas de sustos. Mientras recorres sus pasillos, esquivando peligros y extrañas visiones, el jugador se dice a sí mismo que, por lo menos, la situación no puede empeoras. Y entonces empieza a caer sangre del techo.
El número marcado no existe o está fuera de cobertura (Outlast 2) - “¡Hombre, un teléfono! Voy a descolgarlo, llamar a las autoridad y esperar tranquilamente a que llegue la ayuda”, te dices. ¿Te esperabas que una enorme, húmeda y cimbreante lengua saliera del auricular?
El encuentro en la escalera (Outlast 2) - Una de las grandes apariciones sorpresas que son marca de estilo de los juegos Outlast. Bajas sigilosa y precavidamente la escalera y ahí está, el siniestro sacerdote esperándote. Como si no fuera suficiente con evitar a la pesada vecina del quinto piso de tu casa.
Marta (Outlast 2) - Muchas de las escenas más intensas del segundo juego de la franquicia cuentan con la inquietante y peligrosa presencia de Marta. Pero la parte en la que tienes que empujar el carro mientras Marta te persigue roza el maltrato mental por parte de Red Barrels.
El generador (Outlast 2) - Tras dar mil y una vueltas y pasar muchas penurias para conseguir llegar hasta el generador de Outlast 2 y arrancarlo, te das tranquilamente la vuelta con la satisfacción del trabajo bien hecho y… Ahí está, una amable a la par que espeluznante señora protagonizando un monólogo sobre los peligros del pecado sobre el alma humana.
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