Repasamos los retos más exigentes del tortuoso juego de From Software y damos algunas pistas pasa derrotarles. (SPOILERS)
Dark Souls se ha convertido en uno de los videojuegos más populares e innovadores de los últimos tiempos, dando origen a una franquicia que acumula millones de fans incondicionales. Su exigente fórmula y estética gótica se ha convertido en un modelo a imitar dentro de la industria.
La necesidad de recurrir a 'prueba y error' para poder avanzar y la facilidad con la que los jugadores pueden morder el polvo han hecho que cada intento supongo una valiosa oportunidad. De ahí que los combates contra los jefes del juego, sin duda algunos de los momentos de dificultad más elevada en Dark Souls, se hicieran rápidamente populares. Estas peleas requieren paciencia, reflejos rápidos, estrategia y un poco de suerte. Dado que el próximos lanzamiento de Dark Souls: Remastered revivirá el fuego de las hogueras de los fans, repasamos a diez de los jefes más duros del juego.
Sif - Un lobo llevando una gran espada en la boca puede parecer algo cómico. Pero todos los que han hecho frente a este lobo gris saben que no es asunto de risa. Sif se mueve muy rápido y tiene muchos movimientos de corte amplio que pueden hacer daño en casi todas las direcciones. Afortunadamente, Sif tiene algunas debilidades: es más fácil predecir sus movimientos y una vez le infringes suficiente daño comienza a cojear.
Guardián del Santuario - Este jefe del DLC de Dark Souls resulta más difícil que algunos de los jefes en el juego base. Afortunadamente, hay una hoguera justo antes de su arena, por lo que no se tarda demasiado en volver a intentar acabar con él. La cola del Guardián puede ser cortada, lo que limitará sus capacidades ofensivas y te dará una arma nueva y genial. Tal vez la mejor táctica para derrotarle sea utilizar ataques rápidos y no dejar de moverse ni un instante.
Demonio Salvaje - Si vuelves a la sala donde peleaste contra el primer jefe, el suelo se derrumbará y caerás en una arena con este jefe listo para atacar. Recibes algún daño debido a la caída, por lo que ya comienzas la pelea en desventaja. Se trata de un jefe muy poderoso, así que la estrategia más común para vencer al Demonio Salvaje es equiparse armadura y anillos con una gran defensa mágica para reducir el daño e intentar colocarse a su espalda tan a menudo como sea posible.
Nito el Rey del Cementerio - Esta masa retorcida de huesos es muy difícil de superar, principalmente por el elevado número de enemigos adicionales, incluidos los esqueletos gigantes. La mejor estrategia para vencer a este jefe es tratar de mantenerse cerca de Nito en todo momento y hacer daño lo más rápido y eficientemente posible. Si permites que la pelea se alargue demasiado distrayéndote con los esqueletos, probablemente te quedes sin elementos de curación.
Gwyn Señor de la ceniza - Ya que Gwyn es el jefe final del juego, es natural que sea una de las peleas más duras en Dark Souls. Al igual que Artorias, es capaz de acortar distancias muy rápidamente, y cuenta con un golpe de embestida que puede hacer una cantidad enorme de daño. También es capaz de agarrar al jugador y aturdirlo con patadas, haciéndole vulnerable a nuevos ataques. La mejor manera de vencer a Gwyn es prepararse con alta resistencia al fuego.
Cuatro Reyes - Incluso llegar a este jefe, que vale por cuatro, supone un gran desafío, ya que se encuentra en una de las áreas más difíciles del juego. La acumulación de enemigos a la hora de entablar combate puede resultar letal. Además, esta batalla tiene lugar en una gigantesca arena sin coberturas. Los reyes a menudo se pueden acercar sigilosamente detrás de ti, por lo que la estrategia clave aquí es ser muy consciente de lo que te rodea y tratar de hacer todo el daño posible tan rápido como puedas.
Artorias - El Caballero Artorias es rápido, mortal y altamente impredecible. Mientras que muchos otros jefes en Dark Souls tienen patrones de ataque fáciles de aprender, Artorias ataca tan rápido que puede ser realmente difícil determinar qué ataque va a utilizar en cada momento y responder en consecuencia. Incluso si conoces todos sus movimientos, necesitarás mucha suerte para sobrevivir. Para empeorar las cosas, Artorias es resistente a casi todo. Si quieres vencerlo, el mejor método es la pelea cuerpo a cuerpo.
Kalameet, el Dragón Negro - Kalameet es uno de los jefes más duros en toda la serie de Dark Souls. Inmune a la mayoría de los efectos de estado y altamente resistente a la magia y el fuego, Kalameet es un jefe temible. Sus ataques, muy variados y poderosos, resultan muy difíciles de esquivar. La única forma de vencerle es ser extremadamente rápido y nunca dejar de moverse, eligiendo momentos precisos para atacar u haciendo de las paciencia y la oportunidad las mejores armas.
Manus, Padre del Abismo - Manus es una auténtica pesadilla. Tiene más salud de cualquier otro rival del juego, junto con muchas inmunidades y estadísticas de alta resistencia. A pesar de su tamaño, es sorprendentemente rápido y agresivo. De nuevo, la mejor estrategia es mantenerse relativamente cerca y tratar de esquivar sus combos. Hay momentos muy breves al final de estos ataques en los que es vulnerable a un par de golpes.
Ornstein y Smough - Lo que hace esta pelea un reto tremendamente difícil es que de que tienes que lidiar con dos oponentes muy difíciles a la vez. Incluso cuando logras vencer a uno, el otro absorbe su energía y se vuelve aún más fuerte y recupera toda su salud. Ornstein es excepcionalmente rápido, mientras que Smough es un poco más lento pero muy poderoso. Lo importante es no dejarse acorralar y tratar de acabar primero con Ornstein ya que Smough permite más tiempo para curarse.
