Todavía tienen mucho que aprender del PC.
Aunque ya os lo sepáis, vamos a ponernos en contexto: Phil Spencer dijo durante la conferencia de prensa de Xbox del E3 que el equipo de desarrollo de Xbox One X ya estaba trabajando en la arquitectura de la próxima generación de consolas Xbox, que, según descubrimos ayer, se llamará Scarlett y aparentemente llegará al mercado en 2020. Ahora bien, en una entrevista realizada ayer para el portal GiantBomb Spencer dio algunos detalles sobre los aspectos en los que más está trabajando el equipo de ingenieros. En Xbox están convencidos de que las consolas podrían mejorar sus tasas de FPS, entre otras cosas.
"Somos muy transparentes con algunos aspectos… Si tenemos en cuenta lo que estamos haciendo con Xbox One ahora mismo, [vemos que] hemos incluido tasas de refresco variables o compatibilidad con mayores tasas de refresco. Creo que en este apartado las consolas pueden hacerlo mejor en general. Si nos fijamos en el equilibrio entre la CPU y la GPU de las consolas actuales, está claro que hay un desfase en comparación con lo que hay en PC".
Como siempre, Phil Spencer ha vuelto a demostrar que no tiene pelos en la lengua. De todos es conocido el hecho de que los procesadores de las consolas actuales son mucho menos potentes de lo que deberían con respecto a los chips gráficos. Tanto PlayStation 4 como Xbox One llevan "Jaguars" de baja potencia, unos APU de AMD que tienen ya cinco años de antigüedad, y está claro que la capacidad de las unidades de proceso restringe las capacidades de los desarrolladores para sacar mejores tasas de refresco. Por eso la mayor parte de los juegos llegan a 30 fps, especialmente ahora que tantos son de mundo abierto. En definitiva, las palabras de Spencer deben tomarse como algo positivo: son grandes noticias para los jugadores.