Llevábamos 10 años viendo un descenso continuado en los videojuegos del país nipón.
Aunque siempre pensemos en el mercado japonés de videojuegos como en uno de los más importantes del mundo, lo cierto es que en los últimos 10 años éste ha estado muy lejos de hacer gala de una buena salud. Todo lo contrario, durante la última década hemos ido viendo un continuado declive merced a consolas que no siempre han funcionado bien en la zona como PS3, PS4, PS Vita, Wii o Wii U, y a portátiles como 3DS o PSP que no han logrado reducir el creciente interés del nipón por jugar más en móviles y menos en plataformas dedicadas. Ha tenido que llegar Nintendo Switch para que comencemos a ver cómo se revierte la situación.
La firma CESA, Computer Entertainment Supllier’s Association, ha anunciado que en 2017, por primera vez desde hace una década, el mercado de los videojuegos en Japón ha visto un crecimiento respecto al año anterior. Hablamos, concretamente, de un aumento del 22,7% en comparación con 2016 para suponer unos ingresos de algo más de 3.500 millones de dólares. Este incremento, como es lógico pensar, obedece principalmente a Nintendo Switch.
La videoconsola híbrida se ha convertido en uno de los principales agitadores del mercado japonés y, si bien se vende a un ritmo no demasiado alejado al de, por ejemplo, 3DS en su momento; lo cierto es que el precio mayor de su hardware y de su software está dejando mucho mayores ingresos que aquella.