Una situación que está sacudiendo a desarrolladoras y distribuidoras de todo el mundo.
A pesar de sus circunstancias, el mercado chino del videojuego es el que más ingresos y beneficios genera en todo el planeta. Por ello, cualquier decisión tomada desde el gobierno del país asiático al respecto del sector sacude a toda la industria. Es lo que está sucediendo en la actualidad: según informa Bloomberg, los reguladores chinos habrían congelado la aprobación de licencias para el lanzamiento de videojuegos allí, que ha ido de la mano de la reestructuración de los distintos departamentos tras la llegada del nuevo Secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, Xi Jinping, al poder.
La presente situación afecta a empresas como la gigantesca Tencent, pero también a firmas pequeñas que se están viendo ahogadas por el retraso de las respectivas aprobaciones de lanzamientos de videojuegos. Concreta el medio americano que la Administración Nacional de Radio y Televisión no ha otorgado licencia alguna en los últimos cuatro meses, delegando en el Ministerio de Cultura y Turismo el registro de juegos más estrictos. La medida, lejos de aligerar los complicados trámites para lanzar videojuegos en el gigante asiático, los empeora hasta límites insospechados.
El restrictivo proceso de aprobación de lanzamiento de juegos en China vela por el contenido que brinda a sus ciudadanos, evitando violencia, sexo o cualquier tipo de manifestación política que el régimen pueda considerar "indeseable". La nueva circunstancia está costando millones de dólares en bolsa a todos los gigantes tecnológicos chinos, incluida la propia Tencent, que ha bajado un 2% en su beneficio neto en el segundo trimestre con respecto al mismo periodo en el pasado año, lo que supone la primera bajada trimestral de la empresa tras Riot Games en doce años.
Los reguladores de China han quitado a Tencent la licencia de Monster Hunter World en PC, lo que ha supuesto un duro revés a la firma, pero también a Capcom. El descenso en bolsa de los chinos se ha traducido en unos 13.000 millones de euros de capitalización en la Bolsa de Hong Kong y una bajada del 3,6% en su valor en bolsa (un 10% en Nueva York), y un total del 14% en lo que llevamos de 2018 (que se traduce en un descenso de más de 160.000 millones de dólares en total), algo que está preocupando a los inversores de la firma. No se atisba una solución cercana para el cambio de la estructura en el organismo regulador del gobierno chino, por lo que la caída podría proseguir en las próximas semanas.
De momento, el efecto dominó en la industria no se ha hecho esperar: en cuanto se hizo pública la noticia de Bloomberg sobre las licencias de videojuegos en China, empresas como Nexon, Capcom o Konami ya han notado una bajada del 5.9%, 2.7% y 4.2% en la bolsa de Hong Kong. Netease (que distribuye juegos de Blizzard o EVE Online en China) también ha bajado un 5,8%. La situación es más grave aún si se tiene en cuenta que, a pesar de una solución inmediata, las aprobaciones seguirán demorándose, al menos, entre dos y tres meses, lo que puede traducirse en un 2018 negro para la industria del videojuego china.
El presidente de Tencent, Martin Lau, explicó en una llamada con los accionistas que los principales problemas de la firma pasan por no poder sacar partido a videojuegos como PlayerUnknown's Battlegrounds o Fortnite: Battle Royale en ordenador, algo que sin duda podría ayudar a maquillar los problemas en bolsa dada la cantidad de usuarios potenciales de ambos juegos en China: "En este momento, no tenemos visibilidad sobre cuándo exactamente comenzará la aprobación oficial de nuestros juegos. No se trata de si estos juegos serán aprobados para la monetización, sino de cuándo".
Ninguno de los medios que se ha dirigido al Ministerio de Cultura y Turismo o la Administración Nacional de Radio y Televisión ha recibido respuesta alguna, haciendo mucho más opaca la ya de por sí complicada comunicación en el territorio chino.