Guía de Dragon Quest XI con 11 claves para emprender con éxito tu aventura

Guía de Dragon Quest XI con 11 claves para emprender con éxito tu aventura
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Una guía con todas las claves para triunfar desde el principio hasta el final de DQXI.

A ver, manual del aventurero, página 1… "es peligroso ir solo. Llévate esto". Lo que sigue es ni más ni menos que una guía para iniciar tu viaje en Dragon Quest XI de la mejor manera posible: con consejos para la progresión y gestión de inventario. Útil para las primeras horas, ¿no te parece? Por suerte, nuestro compañero Jesús Bella ha tenido ocasión de enfrentarse a los peligros de este J-RPG para ayudarnos con sus averiguaciones.

Si aún tienes dudas sobre si hacerte con el juego, o ya le has dedicado un tiempo y quieres contrastar opiniones con otros foreros, te recomendamos que eches un ojo al análisis de Dragon Quest XI. No encontrarás ayuda allí, claro, pero al menos tendrás una idea de lo que te espera más adelante.

Las 11 máximas del aventurero
Toma nota, ¡que no se te olviden!

Imagen de Dragon Quest XI

1. Reclama los DLC al principio

A veces, incluso los DLC más tontos requieren algo de explicación. Por ejemplo, llevo casi toda la semana jugando a la nueva expansión de un juego que me gusta, ¡y resulta que no te dan los incentivos hasta terminar la campaña! ¡Y eso que eran cosméticos! Por suerte, en Dragon Quest el proceso es mucho más simple, y además te pueden ayudar en tu aventura desde el primer momento.

Si tienes algún DLC adquirido por incentivo de reserva o por la edición especial de Dragon Quest XI, puedes canjearlo simplemente desde el menú de configuración de sistema y haciendo clic en "reclamar recompensas especiales". Puedes hacerte con semillas de habilidad para comenzar a mejorar tu personaje desde el principio, o equiparte una sanadora que restaura 3 PS cada turno. No te servirá de gran cosa en el futuro, pero es una manera estupenda de asegurar que no te atasques mientras te estás familiarizando con el mundo del juego en las primeras horas. Lo mismo ocurre con el amuleto de suplicante, si prefieres crecer en las doctrinas mágicas.

2. Lee las instrucciones, que para algo están

Imagen de Dragon Quest XI

¿Recuerdas aquella época en la que cada juego venía con manual de instrucciones? Hoy día eso es agua pasada, pero los JRPG tienen la costumbre de mantener esa práctica, aunque sea dentro del propio juego. Esto no es menos cierto con DQ XI, y seguramente te venga muy bien leer al menos parte de las intrucciones tan pronto como empieces tu aventura.

¿Por qué? Bueno, a nada que hayas jugado algún RPG en tu vida sabrás moverte e interactuar con otros personajes desde el principio. Pero el manual también te explica cosas que son importantes, como la utilidad que tiene cada estadística de la hoja de personaje o cómo se puede configurar el movimiento de tus aliados durante el combate. ¿Sabías que puedes poner el juego en primera persona? ¿O que hay un botón para caminar automáticamente? Todas estas cosas y más se recogen directamente en el menú. Invierte unos pocos minutos al principio leyendo el manual, y tal vez lo agradezcas después.

3. Equípate bien al comienzo

Imagen de Dragon Quest XI

Como en todo RPG, comenzarás tu partida en Dragon Quest con un equipamiento paupérrimo, y conseguirás armas y armaduras mejores conforme progresas. En DQ XI, puedes conseguir tu primer escudo directamente en el tutorial, explorando el monte de Peñalabria. Se encuentra detrás del altar que hay justo cuando te topas con el primer grupo de limos.

Lógicamente, el escudo sirve para reducir el daño recibido. Quién lo diría, ¿verdad? El caso es que, como con todas las armas, armaduras y atuendos, debes equiparlo para llevarlo al combate. Es más, puedes cambiar tus atavíos directamente dentro de la partida. El escudo que acabas de conseguir (una tapa de olla, más bien) te puede venir bien al principio, pero pronto tendrás que defenderte de criaturas que hacen daño mágico. Y es posible que te interese cambiar de equipamiento cuando te enfrentas a ellos. Conoce lo que llevas en la bolsa en todo momento, y ten cierto dinamismo para cambiar tus piezas. Simplemente tenlo en cuenta para el futuro.

4. Mantén a salvo tus progresos

Si has jugado a algún juego de la serie Dragon Quest en el pasado, sabrás de sobra que la partida se guarda desde las iglesias. En la onceava entrega numerada también hay un sistema de guardado automático, pero por lo general querrás seguir confesándote regularmente para no perder enormes cantidades de tiempo si simplemente sales sin guardar. En un juego donde debes acumular montones de experiencia, consumibles y materiales, es poco menos que obligatorio.

Si no deseas tener imprevistos en la aventura, guarda de forma regular tu partida. Dispones de un total de 9 ranuras de guardado, así que adminístralas bien. Recuerda que estás ante un RPG muy tradicional, con lo cual se te penaliza al perder la vida: pierdes parte del dinero conseguido hasta ese momento. ¡Consejo! Es importante también meter el dinero en el banco, para evitar sustos mayores. Por último, haz que tu equipo sea el más equilibrado posible: eso también evitará que veas la pantalla de game over antes de tiempo.

5. Tácticas de combate

Imagen de Dragon Quest XI


En todo juego de rol por turnos, vale más maña que fuerza. Hay muchas formas de ganar, y uno de los componentes estratégicos más importantes es la capacidad de predicción y sobrepredicción. Si eres como yo y te gusta tener tus cosas organizadas, en Dragon Quest puedes amoldarte fácilmente al combate si configuras las tácticas.

Pongamos que estás enfrentándote a un jefe que no hace más que matarte hasta que entiendes que debes subir de nivel antes de volverlo a intentar. Seguramente te enfrentes a criaturas muy simples para acumular puntos de experiencia, y te resulte aburrido presionar A o X una y otra vez. Puedes simplemente asignar un comportamiento común a la IA para que ataque con todo durante un rato, y ahorrarás tiempo y clics innecesarios. Pero seguramente quieras volver a seleccionar manualmente cada movimiento cuando estés de vuelta con ese jefe tan duro. La lección ya nos la dio el gran Bruce Lee, "sé como el agua, amigo mío".

6. La lógica rolera

Hay enemigos que tienen tendencia a centrar sus ataques sobre los personajes sanadores de nuestro equipo. No permitas que acaben con ellos. Mantenerlos con vida es vital para progresar en la aventura. ¿Cómo hacerlo? La opción más recomendable es equiparlos lo mejor posible, apostando por armamento defensivo que incremente sus atributos de protección. Si lo haces así, estarás consiguiendo que duren más tiempo en batalla y, al mismo tiempo, puedan curar al resto de aliados.

Conforme eches horas y aprendas a jugar, aprenderás a distribuir mejor el daño. Eso es algo que ya conocerás de sobra si has jugado a Final Fantasy o entregas anteriores de DQ. Por ejemplo, al principio querrás destruir grupos de monstruos de uno en uno, pero tal vez en el futuro prefieras dejar que un personaje absorba más daño si eso significa que puedes salvar a otro que cure al primero. La moraleja, que no truco, es que hacer daño está bien, pero inevitablemente debes tener recursos para sanarte y repartir el daño entre tu equipo. No confíes sólo en objetos o roles específicos. Si una cosa es cierta, es que te llevarás muchos golpes turno tras turno. Sólo debes aprender a asignar un rol específico a cada personaje para aumentar su eficiencia.

7. Para descubrir, primero hay que explorar

Imagen de Dragon Quest XI

El mundo de Dragon Quest XI esconde más secretos de los que podría pensarse en un principio. Por eso os recomendamos perderos por el escenario, porque es muy probable encontrar tesoros y otros secretos. La llegada a las ciudades supone un buen momento para visitar casas y tomar prestados objetos ocultos en jarrones o armarios. Incluso consultar libros puede llevaros a completar alguna que otra misión secundaria. Tampoco os cortéis en hablar con los NPC, porque más de uno posee alguna quest de interés.

Y no sólo de secundarias vive el hombre: también hay coleccionables como medallas que puedes intercambiar por premios, o libros de recetas (11 en total) con esquemas para crear objetos que te hagan falta sobre la marcha. No dejes piedra sin remover, hay un montón de elementos del escenario con los que interactuar, y encontrarás objetos en muchos de ellos.

Realmente, Dragon Quest XI es un videojuego que propone retos que se pueden superar sin necesidad de consejos. Es un título muy llevadero. No obstante, si alguna vez os veis perdidos, nuestro consejo es que os dirijáis al punto rosa que se indica en el mapa, el cual indica el próximo paso a seguir. Si aún así no te aclaras, otras opción es conversar con los miembros de tu grupo, opción a la que puedes acceder desde el menú de comandos del videojuegos. Pero lo dicho… es difícil atascarse.

8. Puertas plateadas y rojas

De vez en cuando, encontrarás en tu aventura algunas partes inaccesibles y ninguna pista acerca de cómo abrirlas. No te preocupes demasiado: no tienes forma de ver lo que hay detrás hasta más o menos la mitad de la historia.

Eventualmente, te darán una llave mágica con la que se pueden abrir las puertas rojas, y después una llave maestra que se usa en las puertas plateadas. Simplemente juega hasta que llegue el momento, no están ocultas en ningún cofre concreto o misión secundaria.

9. Subida de nivel

Imagen de Dragon Quest XI


¿Quieres subir de nivel rápidamente? Más que un truco de Dragon Quest XI, debes saber que existen ciertas zonas del juego en que podrás encontrarte con los limos metálicos, unos enemigos algo resbaladizos (repelen bastante bien los ataques), pero que si son derrotados nos premian con cantidad de puntos de experiencia. Cuando detectes que una zona del mapa posee estos limos, no dudes en practicar más combates de lo habitual, ya que subir de nivel viene bien para no ir justos durante la aventura. Tenlo en cuenta. Dragon Quest XI es un juego en que siempre debes ir por delante de los retos que te encuentres.

10. La forja fantástica

La forja fantástica es una de las mayores incorporaciones que encontraréis en Dragon Quest XI. Usadla a menudo, porque os va a permitir mejorar vuestras armas o forjar otras nuevas. Esto es casi tan importante como subir de nivel, pero claro, hay limitaciones… Principalmente porque necesitaréis materiales, y estos sólo se pueden encontrar perdiéndoos por cada uno de los decorados. Es más: si hay algo que no hayas forjado correctamente, puedes rehacerlo a cambio de perlas de perfeccionista.

Otra opción es la de comprar en tiendas, así como vender las armas que ya no estéis utilizando. Todo depende del dinero que llevéis encima en cada momento.

11. Hay más de un final

Imagen de Dragon Quest XI


No queremos desvelarte toda la historia en una guía sobre consejos iniciales de Dragon Quest XI, pero sí vamos a recomendarte de primeras que no desinstales el juego cuando lo pases, especialmente si te ha gustado.

Cuando termines tu aventura, recarga el juego y verás cómo continúa más allá del jefe final. Y no se trata de una cinemática o jefe extra, sino de una parte bastante larga que expande lo que habías venido aprendiendo de antes. Además, es bastante difícil. Ya sabes que DQ XI no es especialmente duro en ningún momento, pero las partes verdaderamente finales pondrán a prueba hasta el más pintado y requieren que lleves equipamiento muy especial.

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