El post-apocalipsis de RAGE 2 en PC es más divertido si todo se ve fluido.
Ya está aquí RAGE 2 con su acción rápida y desenfadada ambientada en un post-apocalipsis muy macarra. Aquí mismo podéis consultar nuestro análisis de RAGE 2 recién salido del horno, pero a lo que hemos decidido dedicarle un espacio independiente es al apartado gráfico. Es un juego que se beneficia muchísimo de las altas tasas de fps, y por suerte los requisitos sobre el papel no son demasiado exigentes:
Requisitos mínimos de Rage 2
- Sistema Operativo: Windows 7, 8.1, o 10 (64-Bit)
- Procesador: Intel Core i5-3570 o AMD Ryzen 3 1300X
- Memoria: 8GB RAM
- Gráficos: Nvidia GTX 780 3GB o AMD R9 280 3GB
- Disco duro: 50 GB de espacio libre
Requisitos recomendados de Rage 2
- Sistema Operativo: Windows 7, 8.1, o 10 (64-Bit)
- Procesador: Intel Core i7-4770 o AMD Ryzen 5 1600X
- Memoria: 8GB RAM
- Gráficos: Nvidia GTX 1070 8GB o AMD Vega 56 8GB
- Disco duro: 50 GB de espacio libre
Los nuestros
- Sistema Operativo: Windows 10 (64-Bit)
- Procesador: Intel Core i7-4790K
- Memoria: 16 GB RAM
- Gráficos: Nvidia GTX 1080 8GB
Lo interesante del juego en PC, no obstante, es que tiene unos cuantos ases bajo la manga en cuanto a escalado gráfico. Si bien es cierto que a nuestra disposición tenemos configuraciones para texturas, sombras e iluminación que pueden variar la tasa de fps, lo más interesante es la “Escala de resolución automática”: una opción que permite renderizar la imagen con menos píxeles para obtener un mejor rendimiento. Si os cuesta sacar todos los fotogramas que querríais, os adelantamos que esta es la opción más directa para lograrlo. Evidentemente, se pierde definición en la imagen, pero cuando estamos en pleno combate y todo parece un borrón por la velocidad de la acción, lo que más nos importa es que todo vaya fluido; cuando queramos contemplar el paisaje, ya veremos si queremos definición.
Jugando con el preajuste gráfico “Ultra” a 1440p la media de fps es de 60, con subidas hasta los 75 en entornos menos poblados a nivel de efectos y texturas y con bajadas hasta los 55 fps en algunos puntos muy específicos. Es complicado realizar un análisis consistente por falta de una herramienta comparativa, pero como por lo general no hay mucha variación y la tasa de fotogramas no cae, no la percepción es de fluidez generalizada. Ahora, hay tres situaciones en las que esto puede cambiar: si bajamos las opciones gráficas, activamos la Escala de resolución automática o, en el otro lado del espectro, subimos la resolución (al menos para nuestra GTX 1080).
En los dos primeros casos —bajando las opciones gráficas o activando el escalado automático— podemos sacar hasta 90 fps fácilmente a una resolución de 1440p, pero en el tercero las cosas se ponen complicadas. Como nuestra pantalla de serie es una ultra ancha, es decir, con una resolución de 3440x1440, las cosas pasan de los 60 fps en Ultra a 50-55 fps. En este caso el escalado nos viene de perlas para mantener la fluidez de la imagen, porque por desgracia —y esto afecta a todas las resoluciones— el modificar la calidad de las opciones gráficas comunes (texturas, sombras, iluminación, etc.) no varía especialmente la tasa de fotogramas. Para ser precisos: pasando del preajuste Ultra a Bajo jugando a 3440x1440 solo nos ha premiado con 10 fps. Por eso damos tanto protagonismo al escalado automático…
Cuando cambiamos las texturas, iluminación o sombras la diferencia visual es muy patente, y como podéis ver en las siguientes imágenes que hemos capturado en un bar del asentamiento de Gunbarrel, la configuración más modesta tiene un aspecto más borroso y descuidado por la falta de ciertas sombras de contorno e iluminaciones generales, aparte de algún fallo visual como el que proyecta la luz de abajo a la izquierda.
La configuración en “medio” introduce las sombras y ofrece personajes más definidos. La iluminación ya adquiere un aspecto más consistente, proporcionando una atmósfera más uniforme. También se perciben mejor los detalles del escenario y de muchos objetos, aparte de aparecer otros que se quedaban por el camino para ahorrar memoria de vídeo.
En el caso del preajuste Alto ya hay muchos más puntos en común con el Ultra, como una definición mucho más lograda de la iluminación global y la definición de las fuentes de luz, aparte de los objetos de toda la escena.
Por fin llegamos a los gráficos en ultra, que terminan de definir las texturas e iluminaciones más alejadas de la vista. Es interesante ver lado a lado esta captura y la anterior para ver cómo solo cambian (casi se “completan”) los objetos de la barra y alguno del fondo del bar, así como alguna sombra de contorno que no aparecía. No obstante, el preajuste Alto ya presenta la mayor parte de los avances visuales que Ultra, por lo que no hace falta forzar al máximo las configuraciones en este sentido para que el juego se vea bien.
En el caso del mundo exterior, donde pasamos gran parte de la vida en Rage 2, lo más evidente al bajar las opciones al mínimo es cómo desaparecen rocas, plantas y escombros del escenario, aparte de un clarísimo filtro de iluminación y las sombras de contorno. Aprovechamos estas capturas para valorar cómo el juego pierde mucho más encanto en un entorno más apagado como este, dado que en la anterior tanda de capturas los colores y la iluminación pueden engañar. Es aquí donde las peores texturas y sombras se notan más al reducir la calidad visual.
Usar la herramienta de escalado automático o bajar la resolución manualmente puede otorgarnos unas mejoras de fps rotundas, peor la verdad es que Rage 2 es un juego muy agradable en lo que respecta a lo visual. Podemos disfrutar de la experiencia perfectamente a 60 fps, por lo que a menos que la vida debajo de los 144 fps ya no tenga sentido para vosotros, no vemos la necesidad de volverse locos con este apartado. Por suerte, el juego ahorra memoria de vídeo haciendo desaparecer a los enemigos en lugar de apilar sus cadáveres en el escenario. Puede sacar un poco de la experiencia, pero es una solución efectiva.
Es una pena que la única panacea para extraer el máximo jugo al videojuego sea bajar el número de píxeles en pantalla. Podemos jugar con cualquiera de las opciones visuales, pero la escalabilidad no es la más óptima, y esto es algo que frustra especialmente cuando el cambio de fidelidad visual es tan patente. No obstante, por suerte la acción de Rage 2 puede ser asequible para cualquiera que disfrute de pegar tiros sin mucha complicación a 60 fps.