El hardware que impulsará Stadia: la apuesta de Google por los videojuegos

El hardware que impulsará Stadia: la apuesta de Google por los videojuegos
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Profundizaremos en lo que conocemos de las sus especificaciones y la influencia en su uso


El inicio de la fase beta de Stadia es cada vez más próximo y con este el servicio del gigante Google vuelve a estar bajo el foco de las miradas de los miles de jugadores interesados en el devenir de su propuesta.

Stadia, para aquellos menos informados, es la apuesta de la compañía californiana Google para el mundo de los videojuegos. Un servicio de juego bajo demanda a través de internet que elimina la necesidad de usar una consola (u otro sistema) para jugar gracias al streaming de contenidos.

Con ausencia de sistemas de juego se elimina la necesidad de adquirir hardware por parte del usuario. Obviamente, este sigue formando parte integral de la experiencia que pueda ofrecer la plataforma. Sin embargo, la compañía ha sido muy escueta a la hora de desvelar información sobre dicho hardware, lo que nos hace preguntarnos ¿Cuál es el hardware que impulsará a Stadia en su lanzamiento?

Stadia, un hardware potente y expandible

Imagen de Stadia

Antes de continuar hay que comprender que, tal y como hemos indicado, Stadia no es una consola, si no un servicio. Y como tal el hardware interactúa con el usuario de forma diferente. Google ya ha indicado que el hardware empleado en el servicio es modular y evolucionará con el tiempo, una característica que elimina la temporalidad de la que sufren las consolas.

Aunque en lo referente a las especificaciones anunciadas, está bien establecido que la GPU usada por Google estaría basada en la Radeon RX Vega 56. Nos lleva a pensar a ello su ancho de banda de 486 GB/s y los 10.7 TFLOPS de los que hace gala la tarjeta para el público general y que comparte con las especificaciones anunciadas por Google, aunque es muy probable que no se trate de exactamente la misma gráfica. Esto dejaría a Stadia en una posición cómoda en la actual generación, con mucha más potencia bruta que las consolas actuales y PC de gama baja con las que principalmente compite.

La RX Vega 56 es una gráfica con un consumo relativamente alto de serie, pero sigue rindiendo a muy buen nivel con una ligera bajada de frecuencias (Por ende, también de consumo) por lo que es probable lo que veamos cuando usemos el servicio de streaming de Google sea fruto de una de estas tarjetas modificadas si la muchas veces mencionada colaboración entre AMD y Google para esta plataforma no ha dado mayores frutos.

Imagen de Stadia


Imagen de Stadia

Sin embargo, esto dejaría fuera de la ecuación tanto a las nuevas Radeon Navi como a las Vega 20, ambas basadas en una litografía de 7nm y con mejores rendimientos y consumos que la propuesta que intuimos. Asimismo, aunque la RX Vega 56 sea una gráfica muy adecuada para alcanzar la meta de 1080p60 marcada por Google para la versión estándar de su servicio, está lejos de poder ejecutar juegos actuales a alta calidad en 4K y 60 FPS tal y como quiere mostrarnos el gigante de Internet.

Imagen de Stadia

Pero sí que alcanza dichas cotas según las declaraciones de quienes ya han podido probar el servicio, por lo que es muy probable que los módulos (Que son mono-GPU) se apoyen en la potencia sobrante de otros módulos para ejecutar los títulos más exigentes a dicha resolución.

Otra posibilidad es que se optimicen los juegos para la plataforma para poder alcanzar dicho rendimiento. Un nivel de optimización similar al que podríamos ver en consola con el hardware de Stadia podría alcanzar sin problemas las cotas establecidas por Google, pero dada la modularidad y anunciada actualización periódica del hardware de Stadia, esta labor de optimización recaería en Vulkan, de la que ya se ha anunciado compatibilidad para todos los títulos que serán lanzados en la plataforma.

Imagen de Stadia

Mucho menos podemos decir sobre la CPU de la que sólo se sabe oficialmente que está basado en la arquitectura x86 de igual modo que las consolas y PC domésticos actuales y que correrá a 2.7 GHz por defecto.

Lo que sí sabemos es que se tratará de procesadores de servidor, lo que nos lleva a pensar que serán los mismos usados por la compañía para otros de sus servicios en la nube. La mayoría de estos procesadores son Intel Xeon y el que mejor concuerda con las especificaciones mostradas son los Xeon de arquitectura Skylake personalizados que utiliza Google para sus máquinas virtuales en la nube.

Estos procesadores comparten arquitectura con la séptima generación de procesadores Intel Core, por lo que podemos esperar un buen rendimiento en juegos por su parte mientras se reproducen los juegos en nuestra pantalla, vía streaming.

Imagen de Stadia

En cuanto a su memoria, destacamos que se trata de 16 GB de memorias HBM2 compartidas entre CPU-GPU una característica muy poco común en PC domésticos. Las memorias HBM2 tienen un alto ancho de banda y una gran velocidad, por lo que si bien 16 Gb puedan antojarse insuficientes compartidos entre gráfica y procesador, en la práctica no deberíamos notar la falta de esta atendiendo a los requerimientos de la mayoría de títulos actuales.

Con estas especificaciones, Stadia sería una gran máquina para jugar a los videojuegos en local, pero dado que se trata de una plataforma de streaming se le suma un elemento más para tener en cuenta para disfrutar del contenido: la latencia.

La latencia como factor determinante del hardware

Como ya dejamos ver en nuestro artículo sobre los retos que debía superar el juego en bajo demanda, el principal factor limitante del streaming en los videojuegos es la latencia. Por defecto, el hardware y sus interacciones generan una latencia mínima insalvable. Este tema fue tratado con más profundidad en nuestro especial sobre cómo influyen los FPS en nuestro juego, pero como sumario, a mayores cuadros por segundo más reducimos esta latencia mínima.

Stadia, por otro lado, funciona de forma diferente al tener que añadirle la latencia derivada de la propia trasmisión de contenidos desde el servidor a nuestra pantalla y de nuestro controlador de vuelta a servidor.

Digital Foundry ha realizado un gran trabajo midiendo esta latencia añadida en un escenario de pruebas facilitado por la propia Google (Por lo que intuimos que se trataría de un escenario ideal) y que establece esta latencia en 176 ms, alejados de los 240 ms a partir de los cuales ya es perceptible por cualquier individuo la ralentización en nuestros comandos a través del contador y lo mostrado en la pantalla, pero que se alejan mucho de lo que podemos obtener en un equipo local preparado para rendir igual que Stadia.

Imagen de Stadia

Google ya ha anunciado los requerimientos para alcanzar estos resultados en la web oficial de Stadia, donde podremos comprobar nosotros mismos a través de una prueba de velocidad si estamos listos para disfrutar de Stadia. Una vez se lance la versión beta podremos comprobar si los resultados del estudio realizado por DF es real o fruto de un escenario ideal.

Estas son, hasta ahora, nuestras observaciones sobre el hardware que impulsará Stadia. La plataforma evolucionará con el tiempo y con ella, lo hará su hardware, pero por lo que hemos podido saber, Google ha preparado una plataforma lista para afrontar los retos presentes que pueda ofrecerle el mundo de los videojuegos. Ahora, sólo queda ver su recepción y funcionamiento alrededor del mundo.

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