Su objetivo era realizar un salto espectacular desde lo alto de una torre casi inaccesible.
Aaron Sekela ha estado desde el año 2011 tratando de completar esta extraña misión: llegar a la cumbre de una lejana torre del escenario del Éxodo de Halo: Reach para ejecutar un espectacular salto. Un extraño viaje que Sekela ha resumido en un vídeo conmemorativo.
Puede parecer un reto absurdo, pero este jugador ha dedicado ocho años de su vida a dar con una forma de coronar una torre de Halo Reach. Un desafío autoimpuesto que solo tenía una condición: debía realizarse sin usar el jetpack. Todo lo demás estaba permitido, desde el uso de vehículos a los efectos más imaginativos de las armas del juego. Un largo proceso que como el propio jugador explica a Polygon podía suponer un trabajo de preparación de hasta 8 horas de juego.
Una vez en la cima de la torre, el salto también suponía una gran dificultad, ya que debía ser realizado con una tremenda precisión. Su satisfacción al lograrlo debió ser tan inmensa como la del grupo de jugadores que logró colarse en una zona inaccesible de Halo 3.