El compositor explica todo el proceso de creación de la banda sonora y lo que ha supuesto para su carrera.
Uno de los puntos fuertes que confieren a The Last of Us esa identidad oscura, misteriosa e incluso triste es la música que acompaña los solitarios escenarios. Tras la composición se encuentra el argentino Gustavo Santaolalla que está dedicando algunos vídeos de su canal de YouTube a contar cómo fue el proceso de creación y lo que ha supuesto para su carrera participar en el videojuego de Naughty Dog.
Con el inminente lanzamiento de The Last of Us Parte 2, el músico ha revelado las sensaciones que desde el primer momento le transmitió ese aura post-apocalíptica, pero a la vez esperanzadora que domina la historia: “Este juego cambiaba todos los paradigmas hasta el momento y combinaba diversos géneros, desde acción hasta supervivencia, conectado con una historia que desde el comienzo presenta momentos fuertes emocionalmente”.
Gracias a The Last of Us se produjo un cambio generacional entre mi público
Santaolalla ha reconocido que, aunque ha participado en diversas producciones cinematográficas, la oportunidad de poner música a The Last of Us supuso un giro radical en su carrera, pues “no solo le abrió al mundo de manera más inmediata que el cine, si no que se produjo un cambio generacional entre las personas que consumían su arte”.
Los primeros compases del videojuego salieron de un ronroco que, junto con la guitarra, son sus instrumentos favoritos. El compositor ha reconocido que la melodía le salió de primeras y que algo le hizo relacionar el tono del videojuego con el curioso instrumento. Al final, gracias a esta innovación, el sonido casi ahogado y suave de la melodía le debe su identidad.
Te dejamos por aquí el primer capítulo de lo que supuestamente será una serie, Los 1001 Mundos de Gustavo Santaolalla, contando sus anécdotas trabajando para Naughty Dog y respondiendo algunas cuestiones de sus seguidores. Cabe recordar que hace un mes se confirmó su participación en la producción de HBO sobre el videojuego, por lo que tendremos músico para rato.