Las redes sociales se inundan de imágenes del modo foto de los videojuegos más importantes del mercado, y fluye el boca-oreja.
Una de las grandes obsesiones de los estudios, ya sean grandes o pequeños, es la de dar a conocer su producto. Es la gran batalla para los equipos más alternativos en las tiendas digitales como Steam, eShop de Nintendo Switch y tantas otras, donde la avalancha de lanzamientos entierra a menudo propuestas de enorme calidad; y lo es también para las grandes compañías que quieren (necesitan) que el aficionado se haga con sus títulos lo antes posible. Bien es sabido que el primer mes desde la salida del juego suele ser clave en este sentido para decretar si una obra es un éxito o un fracaso.
Hay algo que predomina en las últimas fechas: el modo foto
En este sentido, y cada vez que llega un juego a las tiendas, la maquinaria se pone en marcha. Directos, concursos y auténticas guerras por acaparar espacio en portadas de las plataformas online para "los más pequeños", y el bombardeo habitual de publicidad, contenidos patrocinados, anuncios en la TV y muchas cosas más para las más grandes y poderosas editoras. Sin embargo, hay algo que predomina en las últimas fechas, y es el modo foto.
Las distribuidoras han descubierto que es la mejor forma de "machacar" sistemáticamente al aficionado de una forma mucho más agradable que la publicidad estándar. Todos tenemos en nuestro muro de Facebook, en nuestro Twitter o en Instagram a algún colega compartiendo imágenes sistemáticamente. El último ha sido Ghost of Tsushima, claro, que es especialmente hermoso, muy potente en cuanto a posibilidades y, en definitiva, ideal para esto. Sin embargo, ha habido muchos antes... Y vendrán muchos más después.
Si lo piensas, la ecuación es perfecta para las editoras. Por un lado tienen una presencia constante en redes sociales de una forma menos intrusiva y molesta que cuando patrocinan espacios y, por otra, porque es gratis: los aficionados les hacen el trabajo a los profesionales sin que le cueste un duro. No solo eso, sino que en su empeño por superarse buscan las instantáneas más bonitas y, por ende e involuntariamente, las que mejor pueden funcionar a modo de "boca-oreja" de los aficionados: "¡Vaya pinta tiene esto! Tengo que probarlo"
Una de las mejores herramienta publicitarias, y la única que no salió originalmente de una sala de expertos en marketing.