Acaba de salir Shadowlands, la nueva gran expansión de World of Warcraft. El MMORPG de Blizzard se renueva con cambios cruciales en la experiencia del jugador.
Cuando llevas tantas horas en un juego que se puede cuantificar como una fracción de toda tu vida, pueden pasar dos cosas: una, que le tengas tanto cariño que no dejes de visitarlo nunca, aunque sea yendo y viniendo según te plazca; y dos, que el nuevo contenido no baste para regresar. Es normal, a todos nos cuesta. Pero con el lanzamiento de World of Warcraft: Shadowlands, hay algo que me retumba dentro del pecho. No se trata solo de la nueva dosis de misiones, áreas y las nuevas curias, ni tampoco de esas cinemáticas tan épicas que se marca Blizzard. Es la experiencia del jugador.
Esta nueva iteración de WoW no tiene nada que ver con lo que has visto hasta ahora
La rutina semanal, el interés por seguir jugando, la creación de personajes con los que te puedas identificar y que cumplan tus fantasías de poder. El equilibrio entre aleatoriedad y toma de decisiones, la elección de jugar como quieras. Esa clase de cosas. Si llevas tiempo en esto, sabes a lo que me refiero. Creo que la nueva expansión tiene una cantidad abrumadora de recursos para garantizar que ese ciclo se mantenga fresco durante mucho tiempo, pero que al mismo tiempo respete a quienes solo quieran pasárselo bien durante ciertas horas.
Definitivamente, Blizzard se ha tomado muy en serio esta idea. Desde pequeñas grandes ideas como la compatibilidad con mandos para jugar desde la comodidad del sofá (sí, has leído bien) hasta la primera mazmorra cambiante del MMORPG más legendario que hay, pasando por nuevas formas de elegir cómo progresar, esta nueva iteración de WoW no tiene nada que ver con lo que has visto hasta ahora. Estos son algunos de sus grandes ases bajo la manga.
Subida de nivel a gusto del consumidor
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Reducir el nivel máximo a 60 puede parecer una maniobra extraña, especialmente porque es la primera vez que ocurre algo así en la historia de World of Warcraft —y vamos camino de dos décadas, que se dice pronto— pero lo mires como lo mires, es una idea fabulosa. Está claro que los primeros jugadores que salgan ganando con esta maniobra serán aquellos que empiecen a jugar por primera vez, pero si lo piensas bien, verás que hay algo para celebrar sin importar cuál sea tu perfil. ¿No me crees? Mira, mira.
- Si eres de esos que llevan años jugando un único personaje, tal vez te animes a probar algo nuevo si tienes la certeza de que vas a subir de nivel mucho más rápido que antes, y de que cada nivel es más emocionante porque los desbloqueos están más próximos entre sí. ¿Llevas tanto sin jugar que has tenido que darle al botón de recuperar contraseña? Bueno, lo tendrás más fácil para ponerte al día.
- La comunidad de WoW tiene fama de ser bastante acogedora: hay muchos jugadores veteranos que se divierten ayudando a los novatos a entender el juego y verles superar desafíos. Conoces Azeroth mejor que tu propia casa a estas alturas, así que tal vez te interese tomar como aprendiz a alguien recién llegado, o puede que te animes a invitar a un amigo que no ha jugado nunca.
- En todo un ataque de nostalgia, podrías crear un nuevo personaje con el propósito único de revivir contenido de tus expansiones favoritas: teniendo en cuenta que probablemente se te haga todo más ligero ahora que han pasado tantos años, no es mala idea. El caso es que hay razones para empezar una nueva aventura.
Tu héroe es más expresivo que nunca
Sí, ya sé que "/bailar" es el mismísimo cénit de la interacción digital, el comodín indiscutible que une las burlas más sarcásticas con la alegría más inocente. Pero por mucho que tu elfo de sangre sea capaz de deleitar a cualquier público con sus gráciles pasos e irresistibles toques de cadera, al final del día el aspecto contribuye mucho a decir quién eres en este mundo de fantasía, cómo te sientan las armaduras y transfiguraciones, qué tal te ves lanzando un hechizo o hablando con un héroe de la Alianza o de la Horda. Si crees que ese peinado emo que llevas se ha quedado un poco 2009, te agradará saber que hay un generoso puñado de nuevas opciones de personalización en el editor de personajes.
Estas posibilidades hacen un personaje más expresivo, creíble y vivo que nunca
Texturas y formas faciales más variadas, creíbles y complejas; nuevos peinados más atrevidos e imaginativos, pieles más complejas o incluso joyas y accesorios más irregulares: no se trata solo de añadir posibilidades, sino de que esas posibilidades contribuyan a un personaje más expresivo, creíble y vivo que nunca. Es una excusa igual de buena que cualquier otra para crear una clase, raza o género que no hayas probado hasta ahora. Pero también harías lo correcto en prestar atención a los resultados con las nuevas animaciones al lanzar hechizos y habilidades especiales, por ejemplo. Pero hagas lo que hagas, nunca dejes de bailar.
Forja legendarios que te enorgullezcan
El equipamiento legendario lleva tiempo siendo poco menos que una obligación para todo aquel que quiera participar en el contenido de mayor nivel en el juego. En Legion (2016) Blizzard dio con la tecla en este sentido, pero en esta ocasión hay menos aleatoriedad implicada que en aquel entonces: si quieres un objeto de la leche, puedes conseguirlo, pero debes tener muy claro qué pieza estás persiguiendo y luchar mucho para hacerte con ella.
¿Cómo funciona? Es más fácil de lo que parece: una vez llegues al nivel máximo y te hayas machacado contrastando opiniones en internet sobre qué armadura te va a venir mejor (debes elegir su tipo, poder legendario y estadísticas secundarias) toca perseguir los "ingredientes" para forjarla por las Tierras Sombrías: necesitas obtener recuerdos y ceniza de alma, entre otras cosas; y para cuando las consigas llevarás unas cuantas bandas a tus espaldas. Ya sabes, un gran poder conlleva una gran… dedicación. Pero sabiendo cómo de representativos de tu personaje pueden ser estos yelmos y pecheras, está claro que vale la pena.
La idea, como te digo, es que el equipamiento legendario está de vuelta por todo lo alto: ofrece metas que perseguir a largo plazo, requiere que completes actividades desafiantes, y son increíblemente poderosos. De hecho, también tienen varios niveles, así que está en tus manos si hacerte con una versión inferior de tal objeto y mejorarlo después, o esperar y conseguir el nivel más alto desde el principio. Oh, hablando del equipamiento: hay nuevas ranuras que puedes conseguir de forma aleatoria, o crearlas tú mismo. Pero solo en algunas piezas muy concretas. Así que, de nuevo, hay que pensar.
La Gran Cámara: recompensas a tu medida
Si eso de hacer mazmorras Míticas+ para desbloquear un cofre aleatorio a la semana y suplicar a RNGesus que te toque algo bueno no es lo tuyo, dos apuntes: uno, no estás solo; y dos, la Gran Cámara es para ti. ¿Que cómo funciona? Simple. Al completar ciertos objetivos semanales, que van desde terminar mazmorras hasta derrotar jefes de incursión o ganar honor en combates PvP, se desbloquean nuevas armas y armaduras aleatorias entre las que puedes elegir cuando llegue el reinicio semanal. Pero solo puedes quedarte con una.
Por supuesto, esto significa que si te da por centrarte única y exclusivamente en el modo competitivo, es muy probable que puedas elegir entre tres recompensas diferentes esa semana. Si juegas mucho y le das a todo, entonces podrás elegir una de nueve posibles piezas de equipamiento. Y si te conformas con la rutina del M+ de siempre, pues también puedes hacer eso y tal vez cambies de opinión más adelante.
Bienvenido a Torghast, la mazmorra infinita
Visitarás Torghast a menudo en tu paso por las Tierras Sombrías
Generación procedural de niveles, en World of Warcraft. Boom. Torghast, la torre de los Condenados, tiene todas las papeletas de convertirse en el lugar que más vas a visitar en tu estancia por las Tierras Sombrías, al menos si quieres exprimir tu personaje al máximo con recompensas temáticas (incluyendo cosméticos) así como logros y similares. Si has jugado algún rogue-like, te haces una idea de lo que te espera: desafíos impredecibles, dificultad creciente y un montón de recompensas. Entre ellas se incluye la ceniza de alma, que mencionamos más arriba. Exacto, es un material para forjar equipamiento legendario.
La fragua donde los fabricas es, de hecho, la misma donde se forjó la espada Agonía de Escarcha o el yelmo de la Dominación. Pero llegar hasta ella no es fácil. El objetivo de cada sala no es luchar contra un reloj, ni tampoco llegar a tal punto. Hay que pensar con cabeza y sobrevivir. A medida que avanzas, tendrás que elegir entre diferentes poderes temporales que te ayuden a seguir superando obstáculos.