Todo se ve maravilloso en estas máquinas pero... ¿cuándo veremos juegos 100% next-gen en la nueva generación?
Nada me habría gustado más que regresar a la 3DCasa con una buena noticia, pero me resulta imposible no estar algo decepcionado con los vaivenes de la nueva generación de consolas en general y con los últimos anuncios de PlayStation 5 en particular. Ya me resultó chocante en su día que Halo Infinite, software de 2021, se vea lastrado por ser compatible con un hardware de 2013 y me resulta igual de inquietante que producciones de la categoría de God of War 2, Gran Turismo 7 y Horizon Forbidden West hagan lo propio. ¿Hemos comprado consolas de 500 euros para compartir juegos con máquinas que en dos años cumplen una década?
Me parece surrealista que Sony ridiculizara el modelo transgeneracional para ahora ejecutarlo
¿Sabéis qué me parece maravilloso? Que Microsoft y Sony apuesten por dos líneas de negocio tan absolutamente distintas y que muchos jugadores tengamos el privilegio de ser clientes de sus bondades y defectos. ¿Qué me parece surrealista? Que Sony prácticamente ridiculizase hace unos meses a Microsoft por apostar por el modelo transgeneracional y ahora ejecute una estrategia idéntica pero anunciada por fascículos. No lo digo yo, lo dijo el presidente de Sony Interactive Entertainment, Jim Ryan, hace un año: "Siempre hemos dicho que creemos en las generaciones. Creemos que, si te tomas toda la molestia de crear una consola de nueva generación, esta debería incluir funciones y beneficios que la generación anterior no incluía. Y en esto, desde nuestro punto de vista, la gente debería hacer juegos que saquen el mayor provecho a dichas funciones".
¿Nos tenemos que contentar con Demon’s Souls y el nuevo Ratchet como los dos únicos proyectos a la altura de las declaraciones de Ryan? Se antoja un catálogo de obras con "beneficios que la generación anterior no incluía" algo corto si tenemos en cuenta que no hay ningún otro juego de dichas características a la vista en 2021 y 2022, ¿no? No terminaron ahí el baile de declaraciones veraniegas: uno de los mandamases de marketing, Eric Lempel, también aseguró hace casi un año que "PlayStation 5 es una nueva generación y creemos en el modelo de generaciones (…) no podemos llevarnos a todos con nosotros desde consolas anteriores". Pues resulta que al final sí, y como si de un bar del Tubo de Zaragoza se tratase, los 8 millones de usuarios de PlayStation 5 estamos pagando las últimas tres o cuatro rondas a los 115 millones de jugadores de PlayStation 4.
"Pero Antoniochan, ¿por qué tanto sobresalto? ¿Te molesta que los jugadores de PS4 expandan su catálogo con nuevos juegazos?" ¡No, en absoluto! Pero me preocupan las consecuencias de las presentes decisiones, tomadas, ni lo dudéis, desde que se dio luz verde a los desarrollos mismos en los distintos estudios. La primera es evidente… ¿Acabará siendo una bendición como la retrocompatibilidad un lastre para que veamos juegos verdaderamente de nueva generación? La segunda es más compleja y da para debate: ¿Salimos ganando o perdiendo los jugadores de nueva generación? En mi caso, como orgulloso comprador de ambas plataformas, más allá de las alegrías de Demon's Souls y el Dual Sense, preveo poca sensación next-gen hasta la llegada de lo nuevo de los creadores de Spider-Man. A partir de entonces, erial salvo milagro en el E3.
Hay que acudir de nuevo a las declaraciones de Lempel para entender mi segunda cuestión. En su entrevista con Keighley en julio de 2020 aseguraba sobre Insomniac y un hipotético Ratchet and Clank Una dimensión aparte en PlayStation 4 que "sería una experiencia diferente. Según todo lo que Insomniac nos ha dicho, PlayStation 5 les permite cumplir su visión. No pudieron hacerlo en el pasado y, si lo hicieran, sería distinto. Jugarías otro tipo de juego y otra experiencia". ¿Cuántas ideas irrealizables en PS4 han quedado aparcadas en el imaginario de los artistas y desarrolladores tras God of War Ragnarok, Horizon Forbidden West y Gran Turismo 7? De hecho, ¿cuánto tardaremos en verlas hechas realidad por sus estudios?
¿Os habéis parado a pensar que no vamos a ver a Santa Monica, Polyphony o Guerrilla sacando el máximo rendimiento de PlayStation 5 hasta 2024 o 2025? ¡Y eso siendo muy optimista! Ya sabéis que los desarrollos son cada vez más largos y hablamos de tres franquicias de renombre mayúsculo. Lo entiendo: las nuevas generaciones tardan en despegar y no hay ni una sola empresa que quiera arriesgar sus marcas importantes a un parque de consolas que no debe estar ni cerca de los 20 millones de PS5 y Xbox vendidas aún… Pero por esa regla de tres, ¿qué estudio se va a animar a lanzarse al estreno de juegos en consolas de nueva generación en los próximos años cuando el caramelo de la base instalada de usuarios de consolas de 2013 es tan suculento? ¿Un año? ¿Dos? ¿Tres? ¿Nunca?
Enhorabuena a los jugadores de PS4 y One, los grandes vencedores de la historia
En resumen y volviendo a la otra orilla: ¿Me alegra que los jugadores de Xbox One puedan jugar a Halo Infinite en 2021? Sí, pero no a costa de tener una aventura del Jefe Maestro excepcional en Xbox Series X y S. Os adelanto ya que no me gustaría que el nuevo Perfect Dark o Starfield, por citar dos, fuesen transgeneracionales. ¿Acaso se ve mal Horizon Forbidden West en PS5? ¡Para nada! Pero no saber cuáles son las consecuencias de llevar el juego a PlayStation 4 me inquieta. Enhorabuena a los jugadores de PS4 y One, los grandes vencedores de la presente historia, pero espero que los juegos del presente texto sean las últimas balas exclusivas de ambos sistemas, que han gozado de casi ocho años de grandes videojuegos que han acabado cerrando una generación dorada. Es hora de ver el futuro del videojuego, y ahí, lo siento, no entran ninguna de las máquinas conjugadas en pretérito.
¿Qué prefiero? ¿Una generación que tarda en arrancar o una transgeneracionalidad que garantice un goteo de grandes juegos para dos generaciones pero que lastre a la nueva? No me atrevo a deciros qué prefiero aún, pero sospecho que lo primero. ¿Qué preferís vosotros?