Los datos publicados por time2play recogen las técnicas utilizadas por los jugadores españoles para tener ventaja.
Las trampas son uno de los retos habituales a las que se enfrentan las compañías de videojuegos, especialmente cuando se trata de juegos online donde los hacks pueden llegar a arruinar la experiencia. Recientemente, hemos conocido algunos de los ingeniosos métodos que emplean compañías como Activision para castigar a los tramposos en Call of Duty, llegando a retirarles las armas en el juego.
Pero, ¿cuántos jugadores hacen trampa realmente? Un estudio publicado por Elena Plaza Labrador para time2play arroja luz con algunas interesantes cifras: "hemos preguntado a más de 1.000 españoles por sus hábitos a la hora de jugar". El estudio ha revelado que un 65% de jugadores ha realizado trampas en alguna ocasión, desde las más simples, como mirar el mando del oponente, a las más complejas, como usar hacks y mods.
En cuanto a las plataformas, los resultados señalan a los jugadores de PC como ligeramente más tramposos, con un 67% de jugadores de PC que han confesado no haber jugado limpio en alguna ocasión, frente al 60% en consolas. Entre PlayStation y Xbox los datos son muy parejos, con un 60% de tramposos que prefieren las consolas de Sony frente a un 58% que prefieren las de Microsoft. Los jugadores de smartphones también se sitúan en ese 60%.
Un 65% de jugadores ha realizado trampas en alguna ocasión
En cuanto a las trampas más comunes, el 54% de los encuestados confesó haber empleado trucos para mejorar sus personajes con aumentos de vida, velocidad o ataque, mientras que el segundo tipo de trampas más utilizadas son, en realidad, formas de aprovechar los errores del juego, como saltar sobre objetos para acceder a lugares a los que no debería de poder acceder. El tercer truco más frecuente es el empleado para revivir a nuestros personajes, volverle inmortal o conseguir vidas infinitas.
Los motivos más populares para echar mano de este tipo de trucos en los videojuegos tienen que ver con ayudar a que algunos juegos sean menos frustrantes, conseguir objetos y acceder a niveles que serían inalcanzables, o que requerirían demasiado tiempo y esfuerzo, o simplemente, para enriquecer la experiencia de juego. Los hacks no sólo se han convertido en un problema para las compañías de videojuegos, también han sido un negocio muy lucrativo, aunque en algunos casos, a los vendedores de trucos han tenido que pagar hasta 2.000 dólares por cada usuario que empleó sus hacks.