Half-Life: Alyx es una revolución no solo en el campo de la realidad virtual, sino en el del videojuego en sí mismo. Es una de las obras más innovadoras que he disfrutado en mucho tiempo y no me tiemblan los dedos si escribo que está perfectamente a la altura de los anteriores juegos, con algunos aspectos incluso superiores.
Resident Evil 4 VR no es un sustitutivo del juego original, sino una experiencia nueva que se disfruta tanto si has jugado ya como si es tu primera vez encarnando a Leon S. Kennedy. El título se adapta sorprendentemente bien al entorno virtual, cambiando la perspectiva y sintiendo el poderío de una armas e impactos que ya estaban muy logrados en el original.
Tetris Effect es una experiencia hecha para el deleite de los sentidos. La sincronización audiovisual con los movimientos de las piezas es impecable. Pero más allá de esto, logra desarrollar uno de los Tetris más desafiantes y bien construidos de los últimos años, acompañado por varios modos para expandir su vida jugable. Lástima, sin embargo, de la no inclusión del multijugador.
Puede que sea la tercera vez que Rez llega a nuestras consolas, pero esta vez es la más justificada de todas, pues la realidad virtual es prácticamente el estado natural de la obra. Además, Infinite aporta novedades interesantes que, junto a lo que supone jugar en VR lo catapulta como uno de los títulos más recomendables de su catálogo inicial.
Después de hacernos disfrutar bastante con la experiencia tan atractiva (aunque efímera) que supuso The London Heist, el afamado equipo London Studio nos traslada nuevamente a las calles de la capital inglesa para disfrutar de una especie de sucesor espiritual de dicha obra.
Moss es uno de los mejores juegos de realidad virtual que hemos podido probar, lleno de decisiones correctas tanto en su apartado gráfico, su planteamiento de cámaras, controles tradicionales y por movimiento y mezcla de acción, aventura y puzles. Termina de forma demasiado abrupta, pero aunque le haga perder algo de entereza, no disminuye ni un ápice su brillantez.
Una de las primeras sorpresas para PSVR (y, en un mes, también para el resto de dispositivos de VR) nos transporta a un mundo postapocalíptico dominado por las máquinas que, además de resultar bastante atractivo en lo audiovisual, es muy sugerente en lo jugable.
Medal of Honor: Above and Beyond es un espectáculo de principio a fin, una experiencia que invita a ser experimentada al completo, a fundirse de lleno con ella y las posibilidades que nos ofrece. En definitiva: a ser vivida. Su gran variedad de misiones, con una campaña duradera que invita a revisitar algunos de sus mejores escenarios es su principal baza.
Los usuarios de PSVR pueden adentrarse con The Persistence en un thriller de miedo y ciencia ficción muy bien recreado que, de hecho, se postula como una de las grandes sorpresas para dicho periférico de lo que va de año.
Una de las propuestas más curiosas de las que se han dado para las actuales gafas de realidad virtual. Werewolves Within es un juego único en su género y nos anima a interactuar con otros usuarios para vivir un juego curioso y que funciona realmente bien una vez entendemos sus particulares reglas.
Doom 3: VR Edition es una muy decente adaptación del clásico shooter de id Software, siempre y cuando se busque más la inmersión que produce la realidad virtual, que el desafío y la precisión de la obra original. Aunque utilice una tecnología que ya va necesitando con urgencia ese anunciado relevo, sigue siendo una experiencia divertida e intensa.
Una de las series de terror de culto más queridas de las aparecidas en los últimos años se pasa a la realidad virtual de manera muy acertada, dando forma a una especie de conglomerado que incluye varios de los niveles más famosos de la saga.
Sin protagonizar demasiados titulares, The Wizards: Enhanced Edition se presenta en PSVR como una de las mayores sorpresas que nos ha dejado dicho periférico en lo que va de año. Resulta bastante fácil engancharse al sistema de juego que propone esta producción de Carbon Studio, tan simple y directa como excitante.
Tan breve como cautivadora. Ambos calificativos son los que mejor describen a esta nueva obra de Zoink Games que, dentro de su estilo y teniendo en cuenta sus diversos defectos, es una de esas producciones que bien merecen ser disfrutadas por los usuarios de PSVR.
Subnautica Below Zero está a medio camino entre la expansión y la secuela contenida. Tiene algunas novedades, como la exploración en tierra firme y un par de nuevos y originales vehículos, pero se apoya mucho en la base del primer juego, reduciendo incluso la exigencia de sus mecánicas.
Transference es una idea muy original que no desarrolla todo el potencial que podría alcanzar, con un entorno y unos puzles bastante limitados. Siendo en su estructura la de un walking simulator, parece quedarse en la superficie de lo que el género ofrecía antaño, sin que los elementos jugables logren aportar grandes matices narrativos a la aventura.
Traffic Jams nos ofrece una experiencia de juego muy atractiva y fácil de asimilar, un control muy simple y bastante preciso y, lo más importante, una propuesta muy desenfadada de esas a las que apetece echarse una partida rápida en cualquier momento y bajo la circunstancia que sea.
PS4 recibe otro interesante título para su creciente catálogo de juegos compatibles con PSVR, aunque en este caso se puede jugar sin dicho periférico, algo no muy recomendable porque pierde gran parte de su esencia.
A pesar de la gran calidad global que fue reunida en el título original en todas sus facetas, esta versión de Borderlands 2 destinada a PlayStation VR no ha conseguido aglutinar las cualidades plasmadas en dicha obra primigenia. Sin ser un mal juego en absoluto, claramente se trata de videojuego que palidece en comparación con el original, siendo éste último mucho más recomendable.
Déraciné mezcla una tierna historia de espíritus y amistad con puzles en realidad virtual. El resultado produce sensaciones mixtas, ya que si bien su historia, aunque tarda en arrancar, va resultando cada vez más interesante, sus mecánicas de juego no sacan provecho de las gafas ni ofrecen nada que resalte por su ingenio o por su ejecución.
El equipo Housemarque ha querido pisar sobre seguro en su asalto a PlayStation VR, en exceso quizá. Y es que esta versión del clásico de PS4 es casi una copia de lo que disfrutamos hace más de un año, pero con ciertos "arreglos"… y pérdidas. El cambio más notable es su nuevo modo de juego, Zona de Invasión, que modifica por completo la fórmula de juego, desde su perspectiva a su disposición.
Tan efímera como sugerente. Así es Intruders: Hide and Seek, que es el típico título que es capaz de proporcionar una experiencia de juego de calidad mientras dura pero que, por desgracia, dicho goce no se dilata mucho en el tiempo (aunque es justo señalar que su precio es bastante más bajo de lo habitual).
El superhéroe de DC Comics es el gran protagonista de esta historia en la que debemos exprimir una de las mejores cualidades de este personaje: su capacidad para la investigación y la deducción. La fórmula de juego que plantea Batman: Arkham VR es interesante y convincente, pero su gran problema es que en una hora se acaba.
Una de las aventuras de terror más interesantes de PS4, Until Dawn, cambia de registro en su paso a PSVR con un título de disparos sobre raíles bastante sugerente pero monótono y bastante corto… defectos que, siendo justos, son más achacables al género en sí que a este título en particular. Divierte mientras dura y ofrece momentos de acción muy sugerentes (y algún que otro susto), pero no da mucho de sí.
Ubisoft ofrece a los usuarios de PS4 y PC un shooter en primera persona de orientación multijugador online que presenta una base sólida y diversas cualidades, como su trabajado aspecto audiovisual y su fluida y agradecida jugabilidad.
