Han pasado 30 años y todavía no he encontrado un juego que se controle peor que el insufrible The Simpsons: Bart vs. the Space Mutants

Han pasado 30 años y todavía no he encontrado un juego que se controle peor que el insufrible The Simpsons: Bart vs. the Space Mutants

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The Simpsons: Bart vs. the Space Mutants

Corría el año de maricastaña de 1992 cuando, como todo chaval de la época, me encontraba deslumbrado por el graciejo de aquella nueva serie de dibujos animados: Los Simpson. En serio, hubo un momento en la historia de la humanidad en el que Los Simpson eran algo nuevo. Incluso estaban de moda, así que es comprensible que quisiera disfrutar de estos personajes también en los videojuegos además de la tele, y eso, fue una decisión muy mala que todavía a día de hoy me persigue.

Comprar The Simpsons: Bart vs. the Space Mutants fue un error. Bueno, decirle a mis padres que me lo compraran, claro. Y es que, lo diré ya, The Simpsons: Bart vs. the Space Mutants es uno de los videojuegos que más odio. Podría haber elegido cualquier otro juego de los que se lanzaron aquel año, pero no. Tenía una gran ilusión por este título. En mi mente infantil algo que llevara la marca de Los Simpson en la caja no podía ser malo. Y de alguna manera, tenía razón. Porque no era un mal juego, era un juego terrible.

Todavía hoy pienso que este juego es es un auténtico cagarro

Tal vez la culpa fue de haber visto la lujosa máquina de arcade de The Simpson en algún salón recreativo y pensar que sería mínimamente parecido. O tal vez se tratara de una comprensible y sencilla falta de juicio crítico infantil. O que era un niño muy tonto, no sé. El caso es que yo quería este juego y, como suele ocurrir, no paré hasta que mis padres me lo compraron. Como os digo, el juego era malo, pero diré en su defensa que la versión que jugué fue la de Game Gear. De ahí que si disfrutaste de este título en Mega Drive o Master System, o incluso NES, tal vez tu opinión sobre el juego sea bastante mejor que la mía. El caso es que mi experiencia fue traumática. En Game Gear no lograba pasar del primer nivel. Pasé horas, días, semanas tratando de superar la primera pantalla y me era imposible. Lloré. Escondí la terrible decepción a mis padres para que no se enteraran que les había pedido un juego que, todavía hoy, pienso que es un auténtico "cagarro".

The Simpsons: Bart vs. the Space Mutants

¿Nadie probó este juego antes de lanzarlo?

La premisa del juego era sencilla: Bart exploraba el escenario sorteando todo tipo de trampas, obstáculos y alienígenas disfrazados (¡al más puro estilo de "Están Vivos"! Peliculón, por cierto) a la vez que debía recolectar un número concreto de objetos repartidos por el escenario. En el primero de ellos el jugador tenía que ingeniárselas para resolver unos puzzles que consisten en cambiar el color de algunos objetos determinados. Dice la leyenda que en otros niveles había que recolectar otros, sombreros, por ejemplo. Nunca lo supe.

La verdad es que sobre el papel está bastante bien. Hay ideas interesantes, como que Bart tenga que caminar sobre un tendedero con ropa colgada para que esta caiga y tape algunos juguetes repartidos por el jardín; o usar una cabina telefónica para gastar una broma a Moe y que este salga de su bar y poder pintar su delantal utilizando un spray de pintura. El problema no estaba en el ingenio de diseño de niveles, si no en su jugabilidad. Para alcanzar algunas zonas y realizar determinadas acciones Bart tenía que saltar sobre algunas plataformas y, amigo, aquello era un infierno. En comparación, el Robocop de Robocop 3 de de SNES era un prodigio de la agilidad, todo un saltimbanqui. Y estamos hablando de Robocop, imaginad.

The Simpsons: Bart vs. the Space Mutants

Esto no se le hace a los niños

Mientras escribo esto veo que hay diferentes notas y valoraciones del juego. Algunos análisis de la época recuerdan su elevada dificultad, y no son pocos los aficionados que suelen recordar, precisamente, el primer nivel del juego, pero no el resto del mismo. En mi caso, casi siempre mordía el polvo en una parte del escenario en el que Bart avanzaba a gran velocidad esquivando bichos alienígenas al más puro estilo de las motos del legendario Battletoads. En alguna ocasión contada llegué al jefe del final de nivel, pero esquivar sus ataques era una experiencia terriblemente frustrante. En serio, eso no se hace, y menos a los niños. El título fue un éxito para Acclaim, que vendió más de un millón de copias en diferentes plataformas. Pero si la mayoría de los jugadores recuerdan solo el primer nivel es porque no muchos fueron capaces de avanzar más. Yo en realidad recuerdo haber pasado ese primer nivel. Una vez. Una sola vez. Recuerdo haber llegado al centro comercial. Y haber palmado, claro.

Como crío, me sentí estafado. Como jugador, frustrado

Cuando se habla de juegos malos que explotan licencias conocidas este es el primer ejemplo que me viene a la cabeza. Como crío, me sentí estafado. Como jugador, frustrado. Pero no le guardo rencor a su diseñador, Garry Kitchen, que fue responsable de otros juegos como The Simpsons: Bart vs. the World o A Boy and His Blob: Trouble on Blobolonia, que me gustaron mucho. Pero con el tiempo sí que le terminé pillando cierta manía a Acclaim, capaz de lo mejor y de lo mejor de cara a los usuarios. Pero esa, es otra historia. Solo me queda decir, multiplícate por cero, The Simpsons: Bart vs. the Space Mutants.

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