Los ladrones de dispositivos móviles están cambiando de preferencia y ahora buscan a usuarios con iPhone en lugar de Android
Los robos de dispositivos móviles siguen siendo un problema cotidiano en muchas grandes ciudades, pero en la capital británica la situación se pasa de frenada. Según los datos, se produce aproximadamente un robo cada 7 u 8 minutos, mientras que The New York Times citó que en 2024, en Londres, se robaron unos 80.000 dispositivos. Sin embargo, un curioso fenómeno apunta a un cambio en las preferencias del mercado negro y, sorprendentemente, convierte a muchos usuarios de Android en objetivos menos atractivos para los delincuentes.
Según un reportaje del medio Londoncentric (vía JeuxVideo), varios londinenses han vivido recientemente situaciones tan tensas como absurdas. Uno de los casos más llamativos es el de Sam, un joven de 32 años que fue rodeado por una banda de ocho personas en el sur de Londres. Tras entregar todas sus pertenencias, uno de los ladrones regresó sobre sus pasos para devolverle el móvil con una frase tan contundente como insólita: "No quiero un Samsung". Una escena digna de un sketch cómico que, sin embargo, refleja una tendencia creciente en la ciudad.
El testimonio de Mark, otro residente de la capital británica, refuerza esta peculiar dinámica. Sentado en un barrio de Hackney, sufrió un robo cuando un ladrón en bicicleta eléctrica le arrebató el móvil de las manos. Aunque inició una persecución casi imposible, la situación dio un giro inesperado cuando el asaltante se detuvo, miró el teléfono y lo arrojó al suelo antes de huir. Mark recuperó el dispositivo sin daños, pero no pudo evitar bromear con que se sintió "rechazado": su smartphone ni siquiera merecía ser robado.
Los ladrones prefieren el icono de la manzanita mordida al del robot
La explicación, según los expertos consultados por el medio anglosajón, tiene poco que ver con la capacidad técnica de los dispositivos y más bien con las preferencias de los ladrones. Jake Moore, especialista en ciberseguridad de ESET, señala que tanto iOS como Android cuentan con sistemas avanzados de bloqueo y rastreo que hacen difícil revender un móvil robado. Por ello, la motivación es puramente económica: los productos de Apple mantienen un valor de reventa mucho más alto en el mercado negro durante años, mientras que gran parte de los modelos Android —más variados y con rangos de precio muy distintos— resultan menos rentables para los delincuentes.
Así, aunque teléfonos como el Samsung Galaxy S25 Ultra pueden alcanzar precios elevados en tiendas de segunda mano, los ladrones parecen preferir el perfil uniforme y el alto valor asegurado de los iPhone recientes, que conservan más fácilmente su demanda en canales ilegales. Este desequilibrio ha generado una especie de, según cita el medio inglés, "dictadura de Apple" en el mercado negro, donde solo los modelos de la marca californiana resultan atractivos para los delincuentes.
Incluso existen casos donde los ladrones abortan intentos de robo al identificar la interfaz de un teléfono Android. Simon, otro residente londinense, evitó un hurto cuando un desconocido intentó convencerlo de desbloquear su móvil bajo el pretexto de mostrarle música en Spotify. El interés del atacante se evaporó en cuanto vio que el dispositivo era un Android. Con todo esto, la conclusión parece tan evidente como inesperada: hoy por hoy, en Londres, la mejor manera de evitar que te roben el móvil podría ser simplemente tener un Android.
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