Una de las principales obsesiones de Mark Zuckerberg en particular y de Meta en general es la realidad virtual. A pesar de los intentos tanto del genio tecnológico como de la compañía, el interés de los usuarios aún no está a la altura de la inversión que están realizando. De hecho, ni siquiera la entrada de Apple en el sector ha conseguido reavivar la situación. Y, a la vista de lo que ha sucedido con todo lo relacionado con las Meta Quest 3S, no parece que vaya a cambiar más pronto que tarde.
Como indica el portal Ars Technica en una reciente publicación, este dispositivo se aleja de la visión de bajo coste para la realidad virtual de John Carmack, uno de los pioneros del sector. Así, aunque su precio es relativamente bajo, ya que se coloca cerca de la barrera de los 300 euros, dicho importe no va ligado a aspectos como la calidad o la comodidad. De hecho, estas gafas pesan 514 gramos, más del doble de los 250 gramos que Carmack había establecido como el máximo deseable. Por ello, dicho peso provoca que los usuarios estén incómodos si se lleva a cabo un uso prolongado del dispositivo.
Componentes anticuados y campo de visión reducido
Por desgracia, si atendemos a las características de las Meta Quest 3S, lo cierto es que la situación no mejora, ya que el dispositivo utiliza los mismos paneles LCD y lentes fresnel que el Quest 2. Por ello, su resolución se reduce hasta 1832 x 1920 por ojo, un 20% menos que las Quest 3. Además, el campo de visión es de 97 grados (horizontal), también por debajo de los 110 grados del Quest 3 y esto, a la larga, puede causar una sensación de "visión de túnel" en algunas experiencias VR. Y, de hecho, también utiliza lentes más pesadas y solo tiene tres ajustes de distancia interpupilar, razón por la que puede provocar fatiga ocular en algunos usuarios.
A todo lo ya citado también hay que añadir que el Quest 3S no tiene sensor de profundidad, jack para audífonos ni tampoco detección automática de la cara. Aún así, incluye cámaras de paso a color, mayor velocidad de fotogramas (120 Hz) y un procesador Qualcomm XR Gen 2, pero estas mejoras son menores en comparación con el Quest 3. Aún así, sigue siendo la opción más económica para utilizar la biblioteca de juegos de la compañía, pero la mejora respecto a las Quest 2 es relativamente pequeña. Y, con su lanzamiento, Meta confirma que aún está muy alejado del propósito de John Carmack: una realidad virtual asequible y accesible para todos.
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