Lo que Disney aprendió dedel cómic español: explorar la condición humana, la corrupción y la desigualdad desde un universo noir adulto y complejo
Me gustan mucho las pelis de Zootrópolis (o Zootopia, como más os guste). Divertida, original, con un universo colorido y lleno de mensajes sobre inclusión y tolerancia, la película de Disney tiene ese encanto innegable. Aunque, bueno, original… No puede decirse que Disney inventara la idea de animales antropomórficos parlanchines, que ya era mérito de fábulas clásicas como las de Esopo o el Panchatantra, y tampoco es novedad hacerlos protagonistas de historias de detectives llenas de emociones, intriga y giros inesperados de guion. En cualquier caso, disfruto de la franquicia, pero quizá sea porque me recuerda a uno de mis cómics favoritos: Blacksad.
Blacksad, obra creada por el guionista Juan Díaz Canales y el dibujante Juanjo Guarnido, es el cómic español con más éxito internacional. Desde su primera edición en el año 2000, la serie ha logrado consolidarse como referente del cómic europeo, traducida a más de veinte idiomas y reconocida con premios tan prestigiosos como los Eisner, Harvey o el Premio Nacional del Cómic. La historia se centra en John Blacksad, un detective privado felino que recorre los Estados Unidos de los años cincuenta, entre el jazz, el whisky y los callejones oscuros de ciudades que huelen (entre otras cosas) a historia y violencia, siempre acompañado de un tono noir que remite directamente a los clásicos de Raymond Chandler o Dashiell Hammett. La conexión con Zootrópolis es evidente, pero también lo es la distancia entre ellas: mientras la película de Disney ofrece optimismo y color, Blacksad se adentra en los recovecos más sombríos de la condición humana.
Animales con carácter
Ambos mundos están poblados por animales que actúan como humanos, con profesiones, emociones y conflictos muy humanos. En Blacksad, cada especie refleja un rol específico: los gatos detectives, los zorros astutos o las ratas criminales. La elección del animal no es casual; es una herramienta narrativa para subrayar la personalidad y la moral de cada personaje. Guarnido, con su experiencia como animador en Disney París, dota a los animales de una expresividad y fluidez que recuerda inevitablemente al cine de animación estadounidense. Esa influencia explica que, visualmente, muchos lectores sientan que Blacksad es un pariente oscuro y más adulto de Zootrópolis.
BLACKSAD INTEGRAL VOLM, 1 AL 5 CASTELLANO
En la película de Disney, esta antropomorfización también está presente, aunque adaptada a un público familiar. Judy Hopps, la conejita policía, y Nick Wilde, el astuto zorro, reflejan roles sociales y estereotipos animales de manera humorística y didáctica. La atención al detalle en el diseño de personajes y escenarios, desde las calles de Tundratown hasta los barrios de Sahara Square, comparte la misma meticulosidad que encontramos en las viñetas de Guarnido pero el enfoque es diferente en la película los entornos se adaptan a las partoculairdades animales elso personajes, convirtiendo el escenario narrativo en un deslumbrante parque temático, mientras que en Blacksad las historias y personajes se ciñen a una representación de la realidad completamente humanizada.. Así, ambos universos utilizan el cuerpo, los gestos y la fisonomía animal para comunicar información narrativa, aunque uno lo haga con luz y color y el otro con sombras y tugurios.
La crítica social a través del género
Si nos fijamos en la narrativa, la relación entre Blacksad y Zootrópolis se hace de nuevo evidente. En el cómic, Díaz Canales no se limita a contar casos de detectives; aprovecha cada historia para abordar problemas sociales y políticos de su tiempo: racismo, corrupción, desigualdad y violencia estructural. Por ejemplo, Artic-Nation trata directamente el racismo norteamericano, con referencias al Ku Klux Klan y al movimiento Black Power, mientras que Alma Roja introduce tensiones de la Guerra Fría y amenazas nucleares como telón de fondo. Cada trama combina la intriga policial con la reflexión social, haciendo que el lector se cuestione la moralidad de los protagonistas y el funcionamiento de la sociedad que los rodea.
Zootrópolis hace algo similar, pero desde un enfoque familiar y optimista. La película transforma las tensiones sociales en lecciones sobre inclusión, tolerancia y convivencia. La investigación de Judy y Nick, que destapa una conspiración en la ciudad, sirve para mostrar cómo los prejuicios y los estereotipos afectan la vida cotidiana, mientras que la ciudad vibrante refleja una sociedad diversa y en movimiento. A pesar del contraste de tono, la esencia es compartida: ambos relatos utilizan animales antropomórficos para explorar conflictos humanos universales.
Hace algún tiempo escribí en 3DJuegos que "si los animalitos de Disney fumaran y bebieran whisky serían los protagonistas de Blacksad… mientras que Zootrópolis nos enseñaba un mundo colorido y lleno de mensajes sobre inclusión". Claro, la comparación no es casual y prácticamente todo lector de Blacksad habrá sabido reconocer en Zootrópolis este paralelismo. La combinación de diseño realista, atención al detalle y carga social convierte a Blacksad en un referente absoluto del cómic contemporáneo, mientras que Zootrópolis toma prestada esa misma idea y la traduce a lenguaje familiar, sin perder profundidad ni relevancia. De ahí que pueda recomendarle ver la película a cualquier persona, y que pueda recomendar la lectura de Blacksad a cualquier persona: son dos aproximaciones diferentes a unas ideas muy parecidas utilizando unas herramientas narrativas prácticamente similares, cada una exprimiendo con tremendo acierto su acierto su formato, ya sean las imágenes en movimiento o los dibujos de las páginas de los cómics.
Animales que hablan de humanidad
Comenzaba este texto hablando de Las fábulas de Esopo, que son son relatos breves donde los animales hablan para enseñar lecciones morales, cuentos en los que lso animales nos enseñan a ser mejores personas. La relación entre Blacksad y Zootrópolis muestra cómo una misma idea (animales antropomórficos para explorar la sociedad humana) puede desarrollarse de maneras radicalmente distintas según el público y el tono deseado, pero la finalidad es la misma: hablarnos de lo que significa ser humano. Llevamos más de 25 siglos en ello. Mientras Blacksad utiliza la sombra, el misterio y la violencia para cuestionar la moral y la justicia, Zootrópolis usa la luz, el humor y la amistad para transmitir mensajes de inclusión y tolerancia. Sin embargo, ambos universos coinciden en algo fundamental: los animales son vehículos de reflexión sobre la condición humana, los prejuicios y la complejidad de la convivencia social.
Si alguna vez te preguntaste por qué un gato negro detective y un conejo policía pueden coexistir en historias que parecen mundos opuestos, la respuesta está en su esencia compartida: ambos nos muestran, con humor, drama y un trazo impecable, que los conflictos, los prejuicios y las emociones humanas no dependen de la especie que habiteel papel o la pantalla. Blacksad y Zootrópolis son dos caras de la misma moneda.
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