No aparece mucho, ni él ni el resto de grandes estrellas del reparto, pero desde luego es una de esas rarezas que vale la pena saber que existen
En Netflix existe un wéstern posapocalíptico con caníbales cuyo elenco incluye a Jim Carrey, Keanu Reeves y Jason Momoa. Cuando lo ves y le das al coco, te pones a pensar en qué diantres estaban pensando tales estrellas para aceptar salir en una película tan extraña y de tan bajo presupuesto como la que hoy nos ocupa. Amor carnal (The Bad Batch) es, por tanto, una rareza del cine independiente que casi nadie vio en las salas de cine y a la que cuesta bastante encontrarle grandes motivos para recomendarla, más allá de la curiosidad de que tantos actores queridos por todos se reunieran en ella en papeles peculiares.
Aunque claro, también es cierto que el protagonismo absoluto del filme se lo llevó la menos conocida Suki Waterhouse (Arlen), quizás te suene más por la serie Divergente, que interpreta a una chica solitaria que trata de abrirse paso en un páramo de indeseables, concretamente de caníbales que a las primeras de cambio se darán un festín con ella. Un poco desagradable, pensarás, pero tranquilo: todo está insertado en un contexto algo más desenfadado, sin llegar esto a ser una comedia, obviamente, que hará que intentes verla pese a parecer un muermazo. Si lo haces, te empezarás a encontrar con varios actores conocidos en el metraje.
El que más vemos aparecer es Jason Momoa, que forma una relación inusual con la protagonista con tintes románticos. Pero lo cierto es que las interpretaciones de las estrellas del filme te harán creer más bien en si le debían un favor a la directora que otra cosa, ya que parecen estar para cumplir el trámite y dan vida a personajes secundarios, con muy poca profundidad. Sí, es obvio que es un atractivo del filme, y que claramente eleva su interés encontrarte con Reeves manteniendo un diálogo más o menos profundo con Arlen, pero nada que te haga pensar cómo es que no habías visto esta joya antes si no te pierdes una del prota de John Wick.
Ni Mad Max ni The Road, más bien un aburrimiento
Tampoco te dejes engañar por su fotografía y premisa. Aunque el mensaje de la película es un tanto inquietante, escalofriante, y claramente nadie con un par de neuronas funcionando quiere vivir en el yermo donde se ambienta, esto no es Mad Max ni nada que se le parezca. Tampoco es The Road. Es una película con un mensaje satírico a nivel social que puede que te agrade, pero que no compensa las casi dos horas de visionado extremadamente lentas que exige su directora y guionista, Ana Lily Amirpour, mucho más acertada en otros proyectos más recientes (Mona Lisa y la luna de sangre) y no tan recientes (Una chica vuelve a casa sola de noche). Creo que esto con un poco de más acción y momentos macarras, habría estado mucho mejor.
Aunque Amor carnal (The Bad Batch) tampoco es un desastre. Cerca de la mitad de los críticos de la prensa especializada le dieron su aprobado y, aunque me desdiga un poco con lo dicho antes, sin duda es peculiar encontrarte con tres superestrellas en sus papeles quizás más inusuales, como comentan los amigos de Filmstarts. Momoa interpreta a un caníbal culturista, mientras que Reeves aparece como un líder de culto con gafas de Elvis y bigote. Para terminar, tenemos a Jim Carrey como una especie de ermitaño. Todo, insisto, bastante raruno.
En cines la película pasó completamente desapercibida recaudando apenas algo más de 200.000 dólares tras una inversión modesta de seis millones de dólares, ahora la puedes ver en Netflix. Tú decides hacerlo después de todo lo comentado.
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