"Una nueva adaptación de videojuego a metraje de acción real." Lees eso y te entra como tembleque, ¿verdad? Dengue, incluso, que diría Alberto Pastor. Es que los aficionados a los videojuegos hemos tenido muy malas experiencias con estas cosas. Y es verdad que la cosa ha cambiado: en los últimos años hemos disfrutado de grandes adaptaciones, como Pokémon Detective Pikachu o Uncharted, que han sabido trasladar bastante de la magia de las producciones originales al cine. El reto, como ya hemos comentado muchas veces, es complicado: hay que contestar a los fans de la franquicia y además atraer a la cantidad suficiente de público general que justifique la inversión millonaria de la producción. Ahora ese reto se le presenta a The Last of Us, la nueva serie de HBO que tiene una importancia enorme para el futuro de los videojuegos en el formato de acción real.
La serie de The Last of Us va a colar en la casa de millones de espectadores, durante más de dos meses, la historia de Joel y Ellie. Un viaje que los aficionados conocemos de sobra y que valoramos como (posiblemente) uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos. Por lo menos, uno de los mejor escritos. Nosotros ya estamos convencidos de la calidad del trabajo de Naughty Dog pero, oye, hay gente ahí fuera, por la calle, sueltos y sin vigilancia, compartiendo espacio vital contigo, compañeros de clase y de trabajo, que no tienen ni idea de qué es eso de The Last of Us. Lo sé, es increíble. Pero existen. Pues bien, HBO y Naughty Dog han apostado muy fuerte a nivel de producción para que esa gente se pegue cada semana a las pantallas para seguir esa historia.
Para el mundo del videojuego la apuesta con The Last of Us es más alta que de costumbre
Puedes pensar que el reto es similar al de otras producciones, pero creo que hay una gran diferencia. Películas como la reciente Mortal Kombat de 2021 sabía muy bien a quien iba dirigida, y no creo que tuviera mayores aspiraciones. La serie de Halo, otro ejemplo, si las tenía erró por completo, ya que ni supo atraer a un público que no fuera ya fan de los juegos, ni fue capaz de satisfacer a estos con un producto final bastante deficiente. Por su lado, Arcane es una maravillosa serie, tremendamente necesaria, pero que por desgracia se ve limitada por su propia naturaleza. Personalmente creo que en realidad es de sus puntos fuertes, pero es una serie de animación. Algo que suele echar para atrás a una gran cantidad de público que automáticamente le coloca la etiqueta de producto infantil. Hay magníficas series y películas que no calan precisamente por eso, como A Scanner Darkly o la fascinante Undone. Además, no se trata de una franquicia que fuera del mundillo tenga el renombre suficiente como para hacer que la gente pique a ver qué se encuentra. Hay mucha gente que no ha jugado en su vida a un Tomb Raider, pero conoce a Lara Croft y está encantada de ver una película protagonizada por ese personaje. Pillaís la idea.
HBO va a hacer lo mismo, sí, pero para el mundo del videojuego la apuesta es más alta que de costumbre. La serie presenta un videojuego poco conocido en formato de acción real, en un formato fragmentado por capítulos, a una sociedad que en su inmensa mayoría es ajena al fenómeno The Last of Us, con zombies y adolescentes. Miradlo con los ojos de quien no sabe de qué va esto. Para que funcione esta producción los responsables se han preparado concienzudamente. Por un lado han contado con un equipo técnico sobresaliente, con los responsables de la magnífica Chernobyl, y han trabajado de la mano con los creadores originales de los juegos. No se trata de "contar con su apoyo o la documentación", se trata de incorporar a Neil Druckmann en el proceso creativo. Luego ha metido dinero a paladas para que el producto quede bien en pantalla, a la altura esperable de HBO. Y como quien espolvorea ya un topping de ilusión y magia en sobre un delicioso pastelito, coloca al frente del reparto un elenco magnífico, un estelar Pedro Pascal en la cima de su popularidad y una Bella Ramsey que puede consagrarse ya con esta serie como uno de los mejores jóvenes talentos del mundo de la interpretación.
Para HBO es un ir a por todas con esta serie. Y mientras llega el momento del estreno, buena parte de la industria de cine (y las series) aguanta el aliento a la espera de hacer sus propias apuestas. Porque es verdad que la reciente película de Uncharted hizo lo mismo, pero su pretensión no iba más allá de ser una película de aventuras que funcionara bien en su estreno. The Last of Us tiene que lograr ser un éxito, semana a semana, durante 10 episodios en el que el drama, como ocurre en el juego, menos tiene que ver con los infectados, los sustos y las carreras que con la soledad, la pérdida y la esperanza. Si The Last of Us funciona en HBO será un importante respaldo para la industria de los videojuegos, que de una manera masiva podrá evidenciar lo que ya todos sabemos: que es un medio serio (o al menos, en el que la diversión se toma en serio) y tan válido como cualquier otro para contar todo tipo de historias, maduras, personales, de peso. Inocular esa idea en millones de hogares es importantísimo si los videojuegos quieren dejar de ser el fenómeno que es hoy en día y naturalizarse como escenario narrativo. Si funciona, vendrán más producciones de este tipo con los videojuegos de protagonista. Ahí es nada,¿eh? Que la Fuerza les acompañe.
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