La religión cristiana estableció el cordero como símbolo de Dios
Luego llegó Narnia y le dio la vuelta por completo a la idea
Tras más de 18 años escribiendo, reconozco que he llegado a meterme en pozos de lo más surrealistas en busca de historias, pero creo que el de la comunidad furry cristiana es el más demencial de todos. Pese a lo irremediablemente contrariados que resultan ambos conceptos, mientras caía en la madriguera del conejo entre foros, comunidades de Discord y animaciones en vídeo en YouTube, puede que lo más extraño no haya sido enfrentarme a la historia y debate interno de estas comunidades sobre los que ahora arrojaremos luz, sino al hecho de ver cómo han convertido la figura de Jesús en un Simba furro al más puro estilo El Rey León.
Resulta irremediablemente difícil acercarse con algo de perspectiva a dos ideologías, la de la religión y la de la comunidad furry, frente a las que nunca he tenido ningún tipo de vínculo. Más aún comprender cómo, haciendo honor a la manida frase hecha, dos polos tan aparentemente opuestos pueden llegar a atraerse. Por poco que hayas pisado tierra y te hayas asomado a los rincones más oscuros de internet, es fácil predecir que son dos ideas completamente incompatibles, al menos hasta que descubres la Comunidad Furry Cristiana y su lucha interna.
De las Tortugas Ninja a los furrys cristianos
Aunque actualmente asociemos la comunidad furry a algo muy propio de internet, en realidad tiene una historia casi tan longeva como la del fandom. De la mano del auge de los dibujos animados y el cómic, la proliferación de personajes antropomórficos (animales con forma humana) que fuesen más allá de los estándares clásicos, especialmente apoyadas en historias más crudas como las de Tortugas Ninja o Usagi Yojimbo, hicieron que las convenciones como la Comic-Con de San Diego empezasen a convertirse en lugar de reunión para los fanáticos de dicho estilo.
Mientras se juntaban para compartir su arte y ver películas que ensalzaban ese antropomorfismo alejado de los estándares Disney como Nimh: El mundo secreto de la señora Brisby, el fenómeno fue creciendo en escala y variedad aportando también la idea del cosplay. Y de aquellos inicios de mediados de los 80, la cultura fue creciendo y transformándose hasta dar sentido a lo furry como una filosofía de vida.
De un tiempo a esta parte, el fandom furry se ha convertido en mucho más que un hobby. Son un apoyo muy destacado de la comunidad LGBTIQ+, uno de los principales impulsores de la sexualidad como algo tan natural como positivo de nuestras vidas y, sobre todo, han adoptado un fuerte sentimiento de identidad propia.
No son pocas razones para creer que, por todo ello, su compatibilidad con la religión cristiana está más que en entredicho y, sin embargo, tras años escondiendo sus dos lados de la moneda a través de chats y foros de internet, los furries cristianos daban forma en 2007 a la la Comunidad Furry Cristiana: "Una hermandad de furries, hecha por y para furries. Buscamos amar a Jesús, a nuestros compañeros peludos, y apoyarnos mutuamente a través de la comunidad".
Frente al rechazo de ambas partes, de lo furry y del cristianismo, en ese choque de realidades defienden que Cristo jamás predicó "no serás furry", y que aunque la comunidad furry defiende otros ideales muy alejados de lo establecido por las reglas del cristianismo, su objetivo no es otro que arrojar luz dentro de dicha comunidad de la mano de símbolos religiosos que inviten a otros a seguir sus pasos. Mientras el cristianismo reniega de ellos hasta el punto de acusarlos de fetichismo y zoofilia, ellos dicen estar en una misión para acercar a Dios desde una perspectiva furry, y como tal, lo visten de león mientras bautiza a hienas y otros animales.
Considerándome poco experto en cuestiones religiosas, no puedo evitar tener la sensación de no haber visto jamás una representación de Jesús como un león en ninguna iglesia. Como mucho, me vienen a la cabeza todas esas estampitas que mi abuela acumulaba en un cajón porque, procedentes de las misas de entierros, le daba mal fario deshacerse de ellas. Si aparecía la figura de Jesús en ellas, lo hacía siempre con un cordero entre sus brazos, y desde luego no recuerdo haberlo visto nunca acompañado de un león.
El león furro contra el cordero de Dios
Sí hice lo justo de religión en el colegio para recordar la idea de Juan Bautista hablando de un "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo", y el Agnus Dei como símbolo de Jesucristo al convertir su sacrificio en el equivalente al del cordero de la Pascua judía. Puestos a buscarle sentido, diremos que lo del cordero le pega bastante más que un león.
Buscando sobre el origen de esa otra referencia, llego hasta la del león de Judá, que hace referencia a cómo Jacob le entregó a su hijo Judá un león, y que por pertenecer a Jerusalén, según los israelitas también se relaciona con el rey David y, por lo tanto, también a la Tribu de Judá. El árbol genealógico es complejo, no nos vamos a engañar, pero por ahora lo que nos interesa es que en base a esa referencia, en el Apocalipsis se menciona la idea del león: "No llores, porque el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos".
El problema es que incluso esa mención termina en un callejón sin salida justo después: "Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado". Una vez más, el cordero por encima del león. Y así sigue durante siglos, con el cordero convirtiéndose en símbolo de Dios para la religión cristiana por su misericordia y sacrificio, y sólo durante la Edad Media estableciéndose un leve vínculo entre el león como rey de las bestias y Jesús como rey de la humanidad de la mano de emblemas como el de la Comunidad de las Bienaventuranzas. Más allá de eso, el cordero gana por goleada hasta que, en 1950, el escritor C.S. Lewis le da un girito al discurso.
Lewis, cristiano hasta la médula, crea para su obra un personaje que se convierte en una representación más que evidente del sacrificio de Jesucristo. De la mano de El león, la bruja y el armario, que luego darían forma a Las Crónicas de Narnia, su historia nos presenta a Aslan, un gran león parlante (aunque no antropomórfico) que es creador y rey de Narnia.
Frente a la traición de uno de los niños protagonistas de la historia, el león se sacrifica voluntariamente por sus pecados y, tras ello, luego resucita para luchar contra el mal. No es que te lo parezca, es que lo es, el propio Lewis reconoció que era su idea de cómo sería Cristo en una historia de fantasía y, de hecho, Aslan significa león en turco para hacer referencia al León de Judá.
Pese a esos tímidos acercamientos hacia la idea del león, la imagen del Jesucristo furro convertido en Simba no viene de El Rey León de Disney de 1994, sino de cómo el impacto de Aslan permeó en el imaginario colectivo con los libros de Lewis de los 50, la casi olvidada versión para televisión de 1988, y la saga de películas que llegó a los cines en 2005, hasta salpicar a la comunidad furry.
De hecho, incluso su propia comunidad lo deja bien claro: "los artistas furry cristianos, como XianJaguar y Holly Ann, representan a Jesús como un león antropomórfico, y algunos furrys cristianos se refieren a él como Aslan". Podría decir que caso cerrado y olvidado, pero mentiría si dijera que voy a olvidar de forma fácil todo lo que he llegado a ver durante este viaje.
Imagen | XianJaguar, FurrsforChrist, OpenAI
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