Seguramente pocas personas habrá que sepan quiénes son las Tortugas Ninja. Ya sea por su inconfundible estética, por los cómics, las películas, o la multitud de productos derivados, estas cuatro criaturas mutantes adolescentes de caparazón verde han sido una parte fundamental de la cultura pop durante más de tres décadas. Aunque tal vez no todo el mundo sea capaz de unir el color del antifaz con el nombre de la tortuga correspondiente, es difícil que alguien haya permanecido a un fenómeno comercial multimillonario como este. Pero a no ser que seas como yo, y que tu madre te hicieron tu propio antifaz de tortuga ninja de pequeño, tal vez no sepas que esta famosa franquicia tiene su origen en un cómic independiente que homenajea las historias de ninjas de Frank Miller para su etapa en Daredevil para Marvel Comics.
El nacimiento de las Tortugas Ninja (mutantes adolescentes)
Para entender el origen de las Tortugas Ninja, debemos retroceder hasta el lejanísimo 1984, cuando Kevin Eastman y Peter Laird, dos jóvenes artistas y escritores, decidieron lanzar su propio cómic. Esta obra no era un producto más en un mercado saturado de cómics de superhéroes; las Tortugas Ninja nacieron de una mezcla de humor y parodia, pero también de una profunda admiración por las historias de Frank Miller en Daredevil y los cómics de artes marciales que dominaban la época y que suponía los últimos coletazos de la moda de las artes marciales que sufrió Estados Unidos desde los años 70 y que tenías a sus mejores valedores en Bruce Lee, la serie Kung-Fu y Carl Douglas.
El cómic original de Teenage Mutant Ninja Turtles es todo un reflejo de esa era en la que el cómic de superhéroes estaba dando giros hacia un tono más oscuro y maduro, sobre todo con la influencia de Miller en Daredevil. Los primeros números de TMNT no eran lo que muchos esperarían de una franquicia que hoy en día está orientada principalmente al público infantil. El cómic original, de hecho, de una factura completa y gloriosamente fanzinera es mucho más sombrío y tiene una atmósfera similar a la de Daredevil, un héroe urbano que lucha en las calles de Nueva York, enfrentándose a todo tipo de amenazas, algunas de ellas de corte ninja, y con una estética muy influenciada por el trabajo de Miller, cuando no directamente caldado, ejem, de sus viñetas.
La conexión con Daredevil y el impacto de Frank Miller
Eastman y Laird crearon a sus tortugas como una especie de homenaje a esta época. La historia, ya sabeís, cuenta cómo un accidente con productos químicos muta a cuatro tortugas en seres antropomórficos, y es que ese mismo accidente químico, en el universo de Daredevil, fue el que cegó a Matt Murdock, el alter ego de Daredevil. Sin embargo, en lugar de un solo héroe, la historia de TMNT incorpora a cuatro tortugas con diferentes personalidades, y un maestro, Astilla, que es el equivalente de Stick (Palo) en Daredevil, otro personaje relacionado con el entrenamiento en artes marciales.
A lo largo de los primeros cómics, las similitudes con Daredevil no dejan lugar a dudas: el grupo de enemigos de Daredevil, conocido como La Mano, tiene su contraparte en el Clan del Pie, el principal enemigo de las Tortugas. Además, el propio entrenamiento de las tortugas se asemeja al de Daredevil, quien es entrenado por Stick, mientras que las Tortugas lo son por Splinter. Este tono serio y de lucha en las calles también es algo que comparte con las aventuras de Daredevil, aunque las tortugas, por supuesto, mantienen el guiño cómico a lo largo de sus historias. Incluso la primera versión en color del antifaz de las cuatro tortugas era rojo, como el pijama superheroico de Daredevil.
Frank Miller fue una figura clave en la transformación de Daredevil durante los años 80. Su enfoque en el personaje introdujo un tono más oscuro, crudo y realista que marcó un antes y un después en los cómics de superhéroes. Daredevil pasó de ser un héroe relativamente poco conocido a convertirse en uno de los cómics más importantes de la época, gracias a las aportaciones de Miller. Es precisamente su influencia lo que se puede rastrear en la creación de las Tortugas Ninja, un homenaje a sus cómics y a la época de renacimiento de los héroes urbanos.
La forma en que Miller abordó las artes marciales, el bushido, la mitología samurái, la lucha entre clanes de ninjas y la vida en las sombras de la ciudad de Nueva York influyó directamente en el estilo narrativo de Eastman y Laird. Sin embargo, su éxito inesperado lo que catapultó a las tortugas a la fama. En 1987, la franquicia dio un giro decisivo (y muy rentable) los creadores de las tortugas llegaron a un acuerdo de explotación con la compañía de juguetes Playmates Toys, que vio el enorme potencial comercial de las Tortugas Ninja. Si alguna vez te has preguntado por qué cada tortuga lleva un color diferente en el antifaz, la respuesta es para vender cuatro figuras diferentes a los niños y, ejem, a los coleccionista.
Para convertir su historia más oscura y adulta en un producto dirigido a un público infantil, se modificó el tono de los cómics y se adaptó a un formato más ligero y accesible. Al mismo tiempo, la productora de televisión Murakami-Wolf-Swenson se encargó de la creación de la serie animada, que se estrenó en 1987, siguiendo el modelo de otras franquicias jugueteras como Masters del Universo o G.I. Joe, que tenían en cada pantalla de televisión un punto de entrada a mercado infantil de juguetes. El resultado fue un fenómeno multimillonario, con la franquicia de las Tortugas Ninja expandiéndose rápidamente a todo tipo de juguetes, ropa, videojuegos y películas, gracias a la visión comercial de Eastman y Laird, que cedieron los derechos a cambio de una participación en las ganancias futuras. Estuvieron listos ahí.
Después de homenaje a la cultura ninja viene la pizza
Lo que comenzó como una parodia de los cómics más populares de la época, acabó convirtiéndose en un fenómeno inesperado. Los primeros cómics de las Tortugas Ninja pronto evolucionaron a una enorme saga que no ha dejado de crecer y evolucionar (y de cambiar de editorial). Las tortugas, cada una con su propia personalidad distintiva y su conexión con las artes marciales, se convirtieron en iconos de la cultura pop. La mezcla de humor, acción y un toque de seriedad les permitió hacerse un lugar propio, no solo en los cómics, sino en una multitud de medios.
Las Tortugas Ninja: El último Ronin (Tercera edición)
Como es habitual en el mundo de los cómics y la cultura pop, las leyendas urbanas son una constante y las Tortugas Ninja no se libraron. Una de las más curiosas que surgió en los años 90 fue la creencia de que el propio Frank Miller había escrito la letra del famoso "Ninja Rap" que Vanilla Ice perpetró en la película Las Tortugas Ninja II: El Secreto de los Mocos Verdes (1991). Esta idea comenzó como una broma entre los fans y en programas de internet como Best of the Worst, en los que el dibujante Freddie Williams III señalaba cómo la influencia de Miller en los cómics de ninjas había sido tan grande que los fans bromeaban diciendo que él también había sido el responsable de esa canción tan emblemática.
Por sugerente que sea la idea, lo cierto es que, esta leyenda es completamente falsa. Vanilla Ice fue quien realmente escribió y cantó el "Ninja Rap", aunque la broma sobre la conexión de Miller perduró en la cultura popular, hasta el punto de aparecer en páginas como Wikipedia, donde se hacía referencia a este mito como si fuera cierto. En cualquier caso, gracias a Miller y sus ninjas no solo disfrutamos de uno de los mejores cómics de Marvel en su etapa de Daredevil, también millones de niños le deben muchas horas felices de juego junto a las Tortugas Ninja. Go ninja, go ninja! Go!
En 3DJuegos | Crítica de Tortugas Ninja: Caos mutante, mi película preferida de Ninja Turtles
Ver 0 comentarios