Siempre que he ido a por setas me he guiado por las reglas infalibles de mi suegro. Este año lo he puesto a competir con ChatGPT y Google Gemini

  • Si vas a por setas, deja el móvil en casa y búscate un experto

  • La diferencia entre las tóxicas y las comestibles es difícil de discernir, incluso para la IA

Rubén Márquez

Editor - Trivia

El pasado fin de semana hicimos en familia lo que muchas otras se aventuraron a hacer: acudir al campo a buscar setas aprovechando que las lluvias de estos últimos meses han convertido nuestros bosques en el caldo de cultivo perfecto para estos hongos. Si vivís cerca o podéis acercaros a la zona de Solsona, en Lleida, puedo confirmar que la humedad ha hecho su trabajo porque volvimos con cuatro cestas hasta arriba de setas.

El problema es que, a diferencia de lo de salir a por espárragos, lo de buscar setas es un hobby de riesgo. Y no por las zarzas, los mosquitos o las evidentes marcas de jabalís de las zonas boscosas, sino porque de la alucinante cantidad de setas que puedes llegar a encontrar, la mitad no sólo no son comestibles, sino que resultan lo suficientemente tóxicas como para mandarte al hospital con una intoxicación alimentaria o algo peor. Pese a que muchos desafían ese peligro valiéndose de ChatGPT, Google Gemini o Google Lens, nosotros contamos con mi suegro. De todas ellas, sólo hay una opción correcta. 

Ir a por setas, hobby de riesgo

Sirva de carta de presentación que me considero un manta en esto de ir a por setas, igual o peor que si me llevas en busca de espárragos. Ya no es sólo que sea capaz de pisarlas porque estoy más pendiente de ver qué hacen los niños o el perro mientras van correteando por el campo como pollo sin cabeza, es que soy un completo negado a la hora de entender la lógica detrás de qué seta debe ser recogida y cuál hay que ignorar a toda costa. 

No es culpa mía que de los casi 4 millones de hongos que crecen en el mundo, sólo unos 150.000 produzcan setas y, de todas ellas, sólo unas 2.000 estén reconocidas como comestibles. Menos aún que, dentro de ese grupo, sólo 300 setas tengan cierto valor culinario. Pero lo que realmente me tira para atrás es que, puestos a restar de la ecuación las peligrosas, hay unas 800 especies tóxicas de las cuales, alrededor de 30, son potencialmente mortales para el ser humano. 

A la escapada del pasado fin de semana llegué, pese a ello, con los deberes hechos. Por orden de mi suegro, que es el que lleva toda la vida recogiéndolas, hay que dejar pasar las blancas, las rojas, y atender a la parte inferior de las marrones en busca de un tono tostado. Esas, en teoría, son las buenas. Así que agarrándome a ello como un mantra, nos dividimos para ver qué encontrábamos. 

Recuerda, las blancas no.

Lo de las blancas terminó siendo una decepción porque, al poco de adentrarme en el bosque con los críos y la perra, encontramos una zona que estaba plagada de unas setas enormes. Cuando piensas en setas probablemente te vengan a la cabeza especies más pequeñas como los champiñones y el robellón o níscalo, pero aquello era absolutamente demencial. Enormes OVNIs del tamaño de un plato sopero con un pie aún más largo.

Como eran blancas, nos limitamos a hacernos una foto al lado de tremendos bicharracos y proseguimos nuestro camino. A la vigésimo quinta vez que escuchas un "¿y esta, papa?", ante una que aparentemente tiene la parte baja del sombrero de color tostado, pues terminas diciéndoles que la cojan con cuidado y la guarden en esa cesta vacía que llevan cargando desde hace un rato. Lo que a todo el proceso suma la preocupación de ir controlando que no les dé por meterse la mano en la boca 10 segundos después de recogerla. Ya nos dirá el yayo si esas valen o no. 

La lógica aplastante de la micología

Con las cestas dando más pena que hambre, acudimos al punto de reunión para que mi suegro haga lo suyo y se ponga a descartar las que, según predecía yo, terminarían siendo la mayoría. Esta no, esta tampoco, esta está podrida. "Pero esta tiene la parte esa marrón, como tostada". "Ya, pero no". Ante semejante lección sobre lo aplastante que puede llegar a ser la lógica, pues poco puede hacer uno. Conforme terminaba de vaciarnos la cesta, aparece mi cuñado con dos cestas hasta los topes de algo que inevitablemente me resulta reconocible: los malditos OVNIs gigantes. 

Esas son blancas, esas no valen. "Ya, pero sí". ¿Por qué? Pues un misterio al que puedes seguir dándole vueltas todo el rato que quieras. Así que sabiendo que dentro de la regla inamovible hay una excepción, me dirijo con los críos hasta el lugar en el que habíamos visto una inmensa colección de setas como esa. No sólo llenamos las cestas, es que llevamos esos tremendos cacharros hasta bajo los brazos de todas las que hemos conseguido. 

Inevitable pensar que, mientras lo haces, sabiendo que lo de ir a por setas es una moda casi universal en estas zonas, alguien haya pasado por alto lo que a todas luces era un sitio difícil de obviar. Dudo que haya sido el más rápido de toda Lleida, y también que mi vista de 4 dioptrías de miopía sea mejor que la de cualquier otro experto que acuda en busca de setas a un sitio plagado de gente todos los fines de semana. Y por si quedaba cierto atisbo de duda, entra en escena "la señora". 

Las blancas que sí y las blancas que no. Ahora cuadra todo mucho más.

La señora no forma parte del grupo y no nos ha visto en su vida, pero eso no va a impedirle compartir un mensaje crucial conmigo: "que luego se laven las manos los niños, vaya a ser que se pongan malos". ¿Qué? No creo yo que mi suegro tenga un plan secreto de llevarnos a todos al hoyo para quedarse con la herencia, francamente, pero a estas alturas de la película, y dada la lógica aplastante del mundo de las setas, llegamos al punto de reunión cargados no sólo de setas, también de preocupaciones. 

Frente a la algarabía de la familia por todo lo que habíamos conseguido, no puedo evitar comentar lo que acababa de pasar. "¿Pero seguro que estas son buenas? Que son blancas, que mira lo que me ha dicho una señora". Y a la duda le sigue un "que sí..." que nadie más rechista. Y acto seguido yo replico con un "pues ha sido un gusto conoceros" que sí genera respuesta: "Míralo en el móvil, ya verás".

La estrategia del míralo en el móvil

Uno podría pensar que si hay gente aprobando oposiciones haciendo trampas con ChatGPT, pues la tecnología debe estar lo suficientemente avanzada como para, como mínimo, saber discernir si tengo que hacer testamento o no antes de comerme una seta gigante que parece haber alojado a tres estirpes de pitufos y dos gnomos nómadas en su interior. Siguiendo la idea de mi cuñado, acudo al móvil para ver qué ocurre. 

Por suerte, pese a que nos hemos cansado de ver cómo la IA nos intentan contentar con cada respuesta, aunque en el proceso se esté inventando la mitad de lo que dice, ChatGPT lo tiene muy claro: "Te contesto con total claridad: no es seguro fiarse de mí ni de ninguna IA para identificar setas venenosas o comestibles". No se anda con rodeos, es de agradecer. 

"Puedo ayudarte a reconocer características generales, dar descripciones de especies conocidas o mostrar diferencias típicas entre ciertos grupos, pero muchas setas comestibles tienen "dobles" venenosos muy parecidos, una identificación errónea puede ser letal (ej. Amanita phalloides vs setas blancas comestibles), e incluso los expertos a veces dudan sin ver la seta físicamente, con lupa o microscopio". Y por si no te ha quedado lo suficientemente claro, puntualiza. 

La perra, completamente despreocupada ante la posibilidad de quedarse sin dueño.

"En resumen: puedo orientarte con información y ejemplos para aprender, pero no debes consumir ninguna seta basándote solo en mi respuesta. Lo recomendable siempre es consultar con un micólogo acreditado o una asociación micológica local antes de comer cualquier seta silvestre". Vamos, que lo de mira el móvil no empieza bien. 

A Google Gemini, en cambio, lo de salvarme el culo le interesa un pelín menos: "A juzgar por la imagen, las setas más grandes y vistosas en la cesta de la izquierda parecen ser Parasoles (también conocidos como Apagadores o Macrolepiota procera). Comestibilidad: Generalmente se consideran excelentes comestibles cuando son jóvenes. Son muy apreciadas por su gran tamaño y su sabor delicado". 

Si vas a por setas: ni ChatGPT, ni Google Gemini, ni la cámara del móvil

Delicado me quedo yo cuando, tras esa lógica aplastante, llega la segunda parte del mensaje: "Es crucial tener extrema precaución al consumir setas silvestres: el Parasol (Macrolepiota procera) puede confundirse con especies tóxicas o incluso mortales, como algunas Lepiotas más pequeñas". Vaya por dios.

"Nunca consumas una seta silvestre a menos que estés absolutamente seguro de su identificación por parte de un experto micólogo. La foto no es un método de identificación seguro para el consumo".  No habría estado de más poner eso justo al principio, por aquello de si alguien no llega a leer más de lo que le interesa, pero está claro que tampoco quiere mojarse al 100%. 

Con Google Lens y el sistema de reconocimiento inteligente de Apple en el Iphone, hay menos paños calientes. Clarísimamente es una Macrolepiota procera, dicen. Cero dudas, bro. Pero como yo valoro mucho mi vida y quiero ver a mis hijos correteando por el campo unos cuantos años más, acudo a Google para una segunda opinión. "No confundir con la Lepiota helveola, seta pequeña con sombrero de 2 a 7 cm. Es mortal porque contiene las mismas toxinas que la Amanita phalloides". 

Por la foto de la Lepiota en cuestión, la cosa está complicada, se parecen lo suficiente como para inducir a error ante alguien inexperto. "La regla de oro para evitar este riesgo es: NUNCA COGER LEPIOTAS CON SOMBRERO DE MENOS DE 10 CM DE DIÁMETRO", dice la anotación. 

Pero a ver, digo yo que la Macrolepiota buena, la que es un manjar digno del Celler de Can Roca, en algún momento tendrá un sombrero de menos de 10 centímetros, ¿no? ¿O nace así de grande de forma espontánea? Total, que mi suegra se llevó las setas para freírlas y congelarlas, que aparentemente es una cosa que se hace, y si algún día no aparezco más por aquí, pues ya sabéis por qué es. Si podéis extraer algo de todo esto, cuando vayáis al campo a buscar setas, llevaros un suegro y dejad el móvil en casa. Tendréis más probabilidades de sobrevivir. 

En 3DJuegos | Un profesor ha desvelado cómo les está afectando la llegada de ChatGPT: "El potencial riesgo ya no es el plagio"

En 3DJuegos | Creíamos que la gran preocupación con ChatGPT era su consumo, hasta que se acordó de Despacito

Ver todos los comentarios en https://www.3djuegos.com

VER 2 Comentarios
VÍDEO ESPECIAL

1.735 visualizaciones

Estos han sido los MEJORES JUEGOS del AÑO - RESUMEN de la gala PREMIOS 3DJUEGOS LENOVO 2025

Otro año más 3DJuegos ha celebrado la entrega de premios a los mejores juegos de 2025.Una gala llena de referentes como Sandfall Interactive, las mentes tras Clair Obscure: Expedition 33; la streamer Abby; Christian Gálvez o nuestro premio 3DJuegos Legado, Charles Cecil, desar...