La trilogía de Los Guardianes del Tiempo es fundamental para los amantes de la fantasía
La trilogía de Los Guardianes del Tiempo llegó a mí por casualidad. Un día, una compañera de clase que estaba aburrida con las explicaciones del profesor de turno, me llamó la atención porque estaba leyendo un libro de color azul eléctrico muy evidente. Le pregunté al respecto y me enseñó Los Elegidos, la primera entrega de la saga (que en realidad tiene cuatro libros y no tres). Me contó de que iba y me gustó, así que la chica se ofreció a dejármelo, porque yo también estaba aburrida. Así comencé a leerlo: entre los ratos libres de las clases del instituto y de vez en cuando escondido debajo del pupitre si la trama estaba interesante. Solo necesité cuatro páginas para saber que me iba a encantar y no me equivoqué. A día de hoy sigue siendo mi saga de fantasía preferida y os la quiero recomendar.
Una saga demasiado particular
Cuando comencé a leer esta saga, tenía quince años y la fantasía estaba llena de dark fantasy, vampiros y obras como Crepúsculo. A día de hoy, podría decir lo mismo del romantasy, por ejemplo, pero por aquel entonces Los Elegidos supuso un soplo de aire fresco en mi pasión por la lectura. Marianne Curley nunca ha sido una autora especialmente conocida en España, aunque también tiene El Círculo de Fuego publicado con la editorial Salamandra. Yo nunca había ni siquiera visto algunas de las llamativas portadas que formaban parte de la única edición española, y eso se debe a que no es una saga fácil de encontrar. De hecho, posteriormente, tuve que recurrir a plataformas de segunda mano para hacerme con ella.
Tal ahínco por conseguirla se debe a que me leí los tres libros del tirón. Me los iba trayendo mi compañera según terminaba. La propuesta tan particular que planteaba la obra, muy poco vista en otras obras de referencia, fue clave para que se colara en mi lista de favoritos. Sí, va de viajes en el tiempo, pero Marianne Curley añade muchísimos detalles y mezcla conceptos tan opuestos que, curiosamente, funciona a la perfección.
La historia comienza con Ethan, un joven que presencia la muerte de su hermana con apenas cuatro años de edad a manos de un monstruoso ser. Años más tarde, el recuerdo del suceso parece estar distorsionado en su mente, pero este se dedica a asistir al instituto, mientras en realidad forma parte de La Guardia, una sociedad secreta de seres mágicos que buscan proteger el tiempo. ¿Y por qué tienen que hacerlo? Porque existe La Orden, una entidad contrapuesta que trata de modificar el pasado para hacer un presente en el que la Diosa tenga más poder y pueda hacerse con el control absoluto.
A simple vista, puede parecer una obra más de fantasía adolescente, pero lo que consigue crear una atmósfera única es que la autora no duda en ningún momento en presentar dramas humanos de la forma más adulta posible. De esta forma, encontramos rechazo familiar, asesinatos o problemas de adicción que hacen que el lector tenga la sensación de que los protagonistas no están seguros en ningún momento.
Os aviso ya de que no es una saga predecible. La autora juega mucho con la anticipación del lector y lo que puede parecer obvio, como los romances, no es lo que parece y la trama se transforma y amplía de una forma increíble. Lejos de centrarse en la dupla principal de Ethan e Isabel (su aprendiza), Curley guarda espacio para muchos protagonistas que, poco a poco, se van sumando a la acción y aportan su punto de vista. De esta forma, el lector se encuentra con personajes desarrollados, diferentes y profundos.
Otro de los puntos más interesantes de la obra es la propia magia en sí. Cada guerrero (da igual de que bando) suele tener al menos un par de habilidades mágicas. Por ejemplo, Ethan puede crear ilusiones y usar la telequinesia, pero hay habilidades súper poco comunes, como ser capaz de sentir sensaciones al tocar las cosas o ver en la oscuridad. No es una especie de Harry Potter, sino algo más complejo que presenta sus dificultades y riesgos.
Luego está la construcción del mundo. Aunque los guerreros viven en un pueblo llamado Angels Falls, la autora consigue mezcla la Atlántida, el Imperio Romano, la leyenda de Arturo y muchos más conceptos históricos y mitológicos sin que esto resulte un batiburrillo de conceptos. De la misma manera, los propios personajes, villanos y emplazamientos originales de la obra son únicos.
A lo mejor esto es algo más personal, pero uno de los elementos que más me atrapan de esta ficción es su solemnidad para narrar algunos momentos. "Quiero llevarte a un lugar donde siempre es medianoche y los lirios brillan bajo una luna sangrienta", son solo algunas de las frases más interesantes. También hay una profecía, una que se repetirá a lo largo de las páginas y que el lector, aunque trate de descifrarla, se encontrará revisándola una vez tras otra para tratar de predecir lo que va a pasar sin éxito.
Una sorpresa de última hora
A día de hoy, se suele hablar de trilogía porque los tres primeros libros fueron muy seguidos y también porque parecía que era un final bastante cerrado. Estos son Los Elegidos (2002), La Oscuridad (2003) y La Llave (2005). Sin embargo, en el año 2019, la autora sorprendió al publicar The Shadow, la cuarta entrega que es una continuación directa de donde se quedó la trilogía. Tanto fue mi afán por saber qué ocurría, que incluso me regalaron una copia de la versión en inglés, ya que en español no está disponible.
Sí, es difícil de encontrar, pero no imposible. Os aseguro que merece mucho la pena. Al contrario que algunas obras recientes, como la saga de Ciudad Medialuna o Alchemised, no son libros muy extensos y se leen de forma sencilla. Merece la pena tanto para jóvenes como para adultos, al igual que para aquellos que buscan algo diferente en un momento en el que la fantasía está dominada por dragones, romances y seres oscuros.
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