AdHoc Studio se estrena con una de las aventuras más memorables de 2025 y un recuerdo de que hacen falta buenas historias en el videojuego
Cuando repasas mentalmente los grandes videojuegos que has jugado en los últimos años, y más allá del protagonista lo normal es no acordarse de los nombres de ningún personaje secundario, sabes que no se están contando bien las historias. Hay ejemplos contrarios, como bien puede pasar con Baldur's Gate 3 (o con Kojima y sus Deadman, Tarman y compañía), pero es una de las pocas excepciones a la regla. Tristemente, la narrativa, el poder de las historias y los personajes memorables no es el fuerte de este medio.
Quizás es por eso que cuando llega algo tan potente en estas áreas como Dispatch, es normal producir asombro y, quizás lo más relevante para AdHoc Studio, unas geniales ventas de más de un millón de copias en diez días. De hecho, me atrevería a decir que lo que pone sobre la mesa es bastante más interesante que la inmensa mayoría de cosas que las series y películas ambientadas en el mundo superheroico: unos personajes mejor escritos, una trama que puede sonarnos en fondo pero no necesariamente en tono. Invincible, que es lo que más puede resonar en nosotros por el estilo artístico, los temas explícitos que toca, o lo gris de sus personajes, no acaba de presentar la profundidad en sus personajes que sí tiene Dispatch.
Porque la historia de Robert Robertson III es la del clásico superhéroe sin superpoderes, que dentro de su armadura de Mecha-Man merodea los límites entre el justiciero y el vigilante, pero que ha de encontrar significado a su vida fuera de ese rol. Centella le asiste en su momento más bajo y le da una oportunidad, la de ser "despachador", una especie de "hombre en la silla" que asiste a los héroes como decía Ned, el amigo del Spider-Man interpretado por Tom Holland.
Mucho más que un pelijuego
Su misión será la de ser el pegamento que una al Equipo Z, una pandilla de superhumanos que antes cometían fechorías, pero que buscan redimirse haciendo el bien. El mérito de Dispatch, como os digo, no es tanto qué cuenta, sino cómo lo hace. Sus personajes tienen un carisma desbordante, una diferenciación a nivel de personalidad abrumadora y unas dinámicas internas en el grupo, así como con Robert, que se quedarán en tu memoria. Incluso al que da vida jacksepticeye, que apenas tiene un par de frases, se lleva el mejor running gag del videojuego.
Gracias a Bloomberg sabemos que el embrión del proyecto era algo bien distinto, un título de Splinter Cell dentro de Ubisoft. Tras dicho juego convertirse en XDefiant, los fundadores de AdHoc Studio emprendieron su propio camino fuera de la desarrolladora francesa inspirándose en algo muy distinto, unos anuncios del canal deportivo ESPN. Su idea era crear una comedia de situación de superhéroes en una oficina, para lo que intentaron basarse en las piezas de This is SportsCenter, donde estrellas del deporte compartían espacio de trabajo con los narradores y redactores de la cadena, dando pie a situaciones propias de The Office.
En el resultado final tenemos algún ejemplo de esa fase inicial, especialmente en las escenas que transcurren la sala de descanso y con Chapoteín como protagonista. Pero es muy relevante destacar que esa comedia está ahí, y que transita como pocas veces se ha visto en el videojuego lo increíble de la situación con el desasosiego general que suponen los entornos de trabajo modernos. Si queréis ahondar en ese concepto, lo comentaba muy bien mi compañero Alfonso en su texto sobre Dispatch.
Te implicarás en la toma de decisiones
Quizás algunos se queden las opciones de romance, las cuales tienen un papel bastante importante en las decisiones que toma el jugador, y otros con la trama principal sobre el villano que acecha en las sombras de la ciudad de Torrance. Pero el verdadero poder de Dispatch está en que importe ese desastre con patas que es Chapoteín, sufras cuando se te anime a prescindir de alguien del equipo y estés tan convencido de tus decisiones como interés te despiertan los otros caminos que se podrían haber abierto de haber elegido otra cosa.
El cuerpo me dice que ahí ha sido fundamental el rol de Critical Role, esa empresa formada por un grupo de amigos que jugaban al rol, que ha terminado siendo responsable de maravillas como Vox Machina y que tiene a integrantes como Laura Bailey o Matthew Mercer ejerciendo de actores dentro de Dispatch. En todos sus iniciativas han sabido imprimir de veracidad, personalidad y carisma a sus personajes, cosa a lo que seguramente han colaborado con ese rol de co-desarrolladores y consejeros.
Pero esto sigue siendo un videojuego, y lo cierto es que las comparaciones con otros títulos son más que evidentes incluso echando un vistazo a capturas o vídeos. Cosas que parecían propias del pasado de la industria como el modelo episódico, el formato eminentemente narrativo a lo Telltale y los juegos basados en decisiones han vuelto con datos tan potentes como un 99% de críticas positivas en Steam.
Unos personajes que te tocan el corazón
Como todo en la vida, la cosa está en los matices, por grandes que sean. El modelo episódico de Dispatch es uno muy bien pensado, porque cada semana se liberaban dos episodios de en torno a los 50 minutos de duración cada uno y mantenían la sensación de expectación sin hacer sentir al jugador que estaban estirando el chicle con una espera demasiado larga entre los contenidos. Ha sido un punto justo para mantener la conversación como hizo antes Arcane con sus actos de tres episodios.
De igual manera, el formato Telltale de centrarse tanto en la narrativa tuvo un punto y aparte con el cierre del estudio a causa de mala praxis laboral y bajada de rendimiento económico, esto último algo que también comparte la otrora exitosa saga Life is Strange, y por extensión, Dontnod. Dispatch podría parecer eso mismo, e incluso pueden desactivarse los escasos QTEs de los que dispone y parecerse aún más a la experiencia de ver una serie. Sin embargo, su mecánica jugable principal es una que tiene bastante de videojuego y que además colabora mucho a la hora de sumergir en la narrativa al jugador.
Dispatch puede dividirse en momentos de cinemáticas con esos Quick Time Events reservados para momentos de acción, y un juego de gestión/estrategia que guarda muchas similitudes con This is the Police. Frente a un mapa de la ciudad, se irán sucediendo los eventos y emergencias, para los cuales deberemos mandar a uno o varios de nuestros héroes para conseguir salvar la situación.
Muy bien aprovechado su plano jugable
Al más puro juego de rol, las capacidades de nuestra plantilla de héroes se basan en atributos como combate, fuerza o inteligencia. Teniendo en cuenta esto y descripciones someras de las misiones como "Lucha contra la bestia" o "Date prisa para evacuar el edificio", nos haremos una idea de los requisitos de la misión, y decidiremos qué individuos asignar a la misma. Esto, junto a un pequeño sistema de acierto, fracaso y cansancio, así como unas habilidades pasivas propias de cada personaje, arma un minijuego de gestión la mar de apañado.
Eso en la superficie; lo importante está debajo. Porque mientras hacemos misiones, los héroes están conectados por pinganillo y van soltando chascarrillos, comentando la situación y, quizás lo más relevante, haciéndose un hueco en tu mente. Puede que Prisma te ayude mucho, o Flambae sea tremendamente útil, lo que te invitará a tratarles de una forma determinada durante las decisiones que pasemos a tomar en la parte narrativa.
Lo que quiero decir es que Dispatch está en las antípodas de ser un pelijuego completamente pasivo donde apenas pulsamos algún botón cada cierto rato para que prosiga la acción. Su parte jugable es divertida, pero es que además se relaciona con la narrativa de formas tan directas que ya quisiera la inmensa mayoría del catálogo de consolas y PC. Esto no va de pulsaciones por minuto, va de que esas ocasiones en las que tocamos un botón tengan verdadero significado para quien tiene el mando o el ratón en las manos.
Los superhéroes necesitaban esto
Dispatch desmiente muchas cosas que creíamos axiomas dentro de la industria del videojuego. Por un lado le da una bofetada a quienes creen que los superhéroes ya no tenían nada interesante que decir, por otro recupera un formato episódico y narrativo que creíamos pasado de moda en el videojuego, y termina por ofrecer una historia y unos personajes que pocas veces vemos en el medio.
Comprar Dispatch- De las mejores narrativas del año.
- Y muy buen juego gracias a su simulador de "despachador".
- Actuaciones de gran nivel, destacando Aaron Paul como protagonista.
- Las decisiones son importantes para el jugador, aunque quizás no todas ramifican la historia de forma dramática.
- Recordaremos a estos personajes durante mucho tiempo.
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