Creo que Taika Waititi no debría acercarse al Juez Dredd ni para saludar, pero duermo tranquilo porque últimamente no logra estrenar ni uno de sus grandes proyectos
Anoche me fui a la cama muy disgustado. Lo confieso. The Hollywood Reporter lanzó una exclusiva que me dejó con el ceño fruncido y el móvil pegado a la cara más tiempo del recomendable: Taika Waititi va a dirigir una nueva película del Juez Dredd. Policía, juez y ejecutor de Mega City-1. Con casco, mandíbula cuadrada y una pistola que obedece órdenes de voz. El plan es convertir la cinta en el arranque de un universo cinematográfico entero de películas y series ambientadas en su universo de cómic. Y qué queréis que os diga… creo que Taika no es el hombre adecuado para este encargo. De ninguna manera. No lo veo. Imposible. Nope. Me fui a la cama cabreado. Pero justo antes de cerrar los ojos, me vino una idea reconfortante: "¡Si no consigue sacar adelante ninguno de sus proyectos últimamente!". Y entonces dormí como un bebé.
El historial reciente de Taika Waititi no pinta bien
Taika Waititi es uno de esos nombres que Hollywood lleva años repitiéndose a sí mismo con entusiasmo, como si bastara con invocarlo para atraer a las musas del éxito. Tras su brillante irrupción con Lo que hacemos en las sombras y el notable éxito de Jojo Rabbit, el director neozelandés parecía tener vía libre para hacer lo que quisiera. Pero los últimos años están llenos de fuegos de artificio que nunca despegaron.
Su agenda ha estado repleta de proyectos de lo más rimbombantes que han quedado en suspenso, estancados o directamente cancelados. Entre ellos, dos destacan por la expectación que generaron… y la decepción posterior.
Akira: una promesa arrasada por el calendario
El sueño de adaptar Akira en acción real ha sido una maldición para Hollywood desde que Warner Bros. se hizo con los derechos allá por 2002. Y aunque muchos intentaron montarse en esa moto futurista, Taika Waititi fue quien más cerca estuvo de arrancarla. En mayo de 2019 se anunció oficialmente que él dirigiría la cinta, con fecha de estreno para mayo de 2021. Incluso prometió respetar la cultura original y eludir el temido "whitewashing" con un reparto asiático. Pero Thor: Love and Thunder se cruzó en el camino, y Akira quedó otra vez aparcada. En diciembre de 2019 desapareció del calendario de Warner. Y finalmente, este pasado mes de junio de 2025, se confirmó lo inevitable: Warner no renovó los derechos y la adaptación volvió a las manos de Kodansha. Dos décadas de desarrollo en vano. La versión de Waititi acabó como tantas otras antes: en el vertedero de Hollywood.
El Incal: un salto místico que nunca se dio
En 2021, Waititi sorprendió anunciando que adaptaría El Incal, la obra de culto creada por Alejandro Jodorowsky y Moebius. El viaje existencial y psicodélico de John Difool prometía encajar perfectamente con el enfoque visual, humorístico y filosófico del director. Contaba incluso con el beneplácito del propio Jodorowsky. Pero, cuatro años después, no hay señales de vida: Ni fecha de rodaje, ni reparto, ni tan siquiera una imagen conceptual. Silencio total. Otro proyecto que apuntaba a revolución y se ha desinflado sin dejar rastro. La ambición es mucha. La agenda, demasiada.
Y la lista sigue…
Por si fuera poco, hay otros proyectos que han seguido caminos parecidos. La adaptación en imagen real de Flash Gordon, la peculiar película animada Bubbles sobre el mono de Michael Jackson, o el misterioso largometraje de Star Wars que nunca termina de despegar. A eso hay que sumar la cancelación de Our Flag Means Death, la pausa indefinida del spin-off de Lo que hacemos en las sombras, y la desaparición de Héroes del tiempo del radar en Apple TV+ para no volver a saber de ella. Con este panorama, es comprensible que muchos nos tomemos con escepticismo cualquier nueva aventura creativa de Waititi. La chispa está, pero falta gasolina.
Un Dredd con historia y cicatrices
Aquí es donde entra Dredd. El personaje más icónico de la revista 2000 AD, creado por John Wagner y Carlos Ezquerra, no es solo un poli con mala leche en un futuro distópico. Es una sátira con mayúsculas del autoritarismo, una inteligente crítica social disfrazada de cómic de acción ultraviolenta, y una pieza clave de la contracultura británica de finales del siglo XX. Tras el primer despropósito cinematográfico, con Stallone como protagonista, fue el tándem formado por Pete Travis (director) y Alex Garland (guionista) en Dredd (2012) quienes lograron una adaptación del personaje digna de aplauso. Una película que, pese a todo, no reventó taquillas, pero capturó como pocas veces el alma de un personaje de cómic.
Una joya maltratada por la taquilla
Dredd fue todo lo que los fans querían: oscura, violenta, sin concesiones y completamente fiel al personaje. Karl Urban se dejó la cara oculta bajo el casco durante toda la película, en un gesto que dijo más que cualquier línea de diálogo. El diseño de producción, el uso del "slo-mo", la atmósfera opresiva… todo brillaba. Pero recaudó apenas 41 millones de dólares frente a los 45 que costó. Y eso, en Hollywood, es sentencia de muerte. La distribución limitada en 3D, la escasa campaña de marketing y la dura competencia en cartelera hicieron que Dredd se estrellara. Urban lo resumió así: "la gente ni siquiera sabía que se estrenaba".
Con el paso del tiempo, Dredd ha ganado estatus de película de culto. Los fans pidieron secuelas. Se habló de una serie titulada Judge Dredd: Mega-City One desde 2017. Incluso se barajó que Urban regresara al papel. Pero nada cuajó. Y ahora, con el anuncio del reinicio liderado por Taika Waititi, parece que esas esperanzas se han esfumado.
¿Dredd necesita humor?
Y aquí está el verdadero dilema: ¿puede el estilo de Waititi casar con el universo de Judge Dredd? ¿Tiene sentido aplicar la fórmula de Thor: Ragnarok a una distopía sobre control estatal y brutalidad policial? ¿Queremos un Juez que se ría de sí mismo, o uno que te meta cinco años por cruzar mal la calle?
Taika Waititi es un director con ideas. Nadie lo niega. y tiene un estilo personal que funciona muy bien. Pero no significa que se deba aplicar a todo tipo de material. Imagino que alguien ha debido pensar que si Taika podía hacer una comedia de éxito sobre las crueldades del nazismo, puedes sacarnos a todos unas carcajadas con el Juez Dredd. En todo caso sul historial reciente demuestra que no siempre logra materializar sus ideas. Y que, incluso cuando lo hace, el resultado puede ser… divisivo. Si quiere conquistar Mega-City One y a los fans de Juez Dredd, tendrá que encontrar un tono muy distinto al que le ha funcionado hasta ahora.
El reinicio de Judge Dredd es una jugada arriesgada. Para Rebellion (propietaria de 2000 AD), es una oportunidad de oro para lanzar una franquicia a lo grande. Para los fans, es un salto de fe. Y para Taika Waititi, puede ser su redención, o su sentencia. Pero si me preguntáis a mí, no estoy nervioso. Porque si algo ha demostrado Taika últimamente, es que sus grandes anuncios se desinflan antes de despegar. Así que, por ahora, me permito el lujo de soñar con que esta nueva película de Judge Dredd nunca se ruede. Y si se rueda, ojalá me calle la boca. Pero mientras tanto… duermo tranquilo.
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