En la última década las adaptaciones de personajes de cómics han proliferado como nunca habían llegado a soñar los lectores del medio, pero entre los grandes nombres de universos tan famosos como los de Marvel y DC, destaca también Dredd, una de las más fieles y aclamadas en años recientes. Esta obra, dirigida por Pete Travis, se basa en el icónico cómic Judge Dredd de 2000 AD, creado por John Wagner y Carlos Ezquerra. A pesar de su innegable calidad y su recepción positiva entre los aficionados al género y a la historia del Juez Dredd, la película no alcanzó el éxito comercial esperado por su productora. Y eso que no se podría pedir a un actor protagonista más motivado y comprometido con el papel.
En el corazón de esta producción distópica, encontramos a Karl Urban, el actor encargado de dar vida al legendario Juez Dredd. Urban asumió el desafío de llevar esta adaptación en una dirección diferente a la versión de 1995 protagonizada por Sylvester Stallone. Una de las decisiones más importantes para el equipo de la película fue mantener la fidelidad al cómic original, donde el Juez Dredd nunca muestra su rostro. Esta elección resalta el compromiso de Urban, quien no solo se negó a quitarse el casco en pantalla, sino que extendió esta característica fuera del rodaje, manteniendo el misterio y la esencia del personaje incluso entre tomas.
Mírate en el puño de Dredd
La coherencia de Urban con la visión original del cómic no se detuvo ahí. Durante las escenas de conducción en la película, el actor insistió en asumir el control de la icónica moto Lawmaster de Juez Dredd siempre que fuera posible. Este compromiso no solo elevó la autenticidad de las secuencias, sino que también destacó la dedicación de Urban hacia la representación completa de su personaje, tanto en los momentos cruciales de la trama como en los detalles más sutiles.
La película, estrenada en septiembre de 2012, recibió elogios por sus efectos visuales, el reparto y la acción. Sin embargo, a pesar de la positiva respuesta de la crítica y del público, la taquilla no reflejó completamente su valor. Dredd recaudó alrededor de 28 millones de dólares en mercados internacionales y 13,4 millones en Norteamérica. Karl Urban, en entrevistas posteriores al lanzamiento, expresó su satisfacción por la recepción de la película.
El actor neozelandés, además, defendió la elección de mantener el casco en todo momento, subrayando que era esencial para capturar la esencia del personaje. Urban comparó el tono la versión de 1995 con la suya, destacando las diferencias significativas. Mientras que la interpretación de Stallone optaba por elementos más estilizados y un enfoque diferente, la versión de Urban se centraba en la crudeza, la autenticidad y la dureza del universo del Juez Dredd.
A pesar de la recepción positiva, las esperanzas de una secuela y una serie de televisión protagonizadas por Karl Urban parecen haber quedado en punto muerto. Aunque la película ha ganado estatus de culto desde su lanzamiento, el panorama para futuras producciones del universo de Dredd parece incierto.
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