10 años de desarrollo, más de 10.000 prototipos y hasta 71 patentes registradas
Su creador cree que si las gafas y los relojes pueden ser objetos de lujo, las botellas de agua también
Que a los multimillonarios les sobra el dinero es algo que todos damos por hecho, y que además se lo gastan en los caprichos más inexplicables es una pena a la que ya estamos más que acostumbrados. Sin embargo, pese a que años de derroche nos hagan tener la lección más que aprendida, fenómenos como los de los Labubu de miles de dólares son como devolvernos a la casilla de salida de la incredulidad. Que tarde o temprano llegaría otra tendencia igual de desconcertante era, a todas luces, cuestión de tiempo.
No ha habido que esperar mucho para que eso suceda de la mano de Okapa, la apodada como la botella de agua de lujo que viene a poner su granito de arena en una industria que, sólo durante 2024, elevó el mercado de la hidratación con botellas reutilizables hasta los 9.670 millones de dólares. La botella Okapa, contra todo pronóstico, cree que aún hay hueco para un accesorio premium de 300 dólares en ese ya sobresaturado mercado.
Una botella de agua de 300 dólares
Detrás de la botella Okapa se esconde una historia con 10 años de desarrollo, más de 10.000 prototipos y hasta 71 patentes registradas. El padre de la idea, un creativo suizo con décadas de experiencia en el mercado del lujo de la mano de marcas como Hublot o Swatch, cree que el siguiente paso en el mundo del lujo absurdo para por convertir a la botella de agua en un símbolo de estatus.
Más allá de lo llamativo de su diseño, y la siempre jugosa estrategia de publicitaria de venderla a precio de oro, uno no tarda en cuestionarse por qué una botella de agua puede llegar a costar ese pastizal si lo único que hace es hidratarte. El creativo lo justifica de la mano de su combinación de materiales e ideas apoyadas por sus patentes.
Como si fuese una construcción de Lego que se desmonta paso a paso, al cuerpo de aluminio protector se suma un interior de vidrio de borosilicato que, según el creativo, se suma a una combinación de materiales bien conocida por la industria médica para evitar imperfecciones y posibles contaminaciones derivadas por el paso del tiempo. Frente al uso de botellas reutilizables de metal o plástico, firma que es la forma más segura de beber agua.
Más allá de la resistencia a las roturas, aunque no a las abolladuras, la idea de la higiene y el diseño futurista con boquillas patentadas queda relativamente lejos de convertirse en un caramelo para el resto de mortales. Pero para un mercado del lujo en el que todo puede suponer un símbolo para demostrar cuánto dinero tienes, desde un reloj hasta un monigote colgado del bolso, la botella Okapa es sólo otro ejemplo más que garantiza mirar al resto por encima del hombro.
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