Dicen que todo tiempo pasado fue mejor, pero en realidad se equivocan
Los datos en seguridad, salud, pobreza y educación nos recuerdan que no estamos tan mal
Cuando vienen mal dadas, y parece evidente que estamos en una de esas épocas, es fácil agarrarse al "todo tiempo pasado fue mejor" para desquitarnos. Justo en este momento, esa nostalgia nos ha llevado a celebrar la bonanza de los 90 de una forma en la que no sólo destacamos su auge económico, sino también el panorama social, y hasta las películas y música que se lanzaban entonces.
De hecho, lo hemos convertido en una suerte de mantra al que se ha sumado incluso una Generación Z que, por si a alguien no le salen las cuentas, en realidad ni siquiera vivió esa época. Sin embargo, lamentando muchísimo ser yo el que os saque de dicha ensoñación, la nostalgia de los 90 está mal. Pese a que tengamos muy presente lo bueno, los datos indican que hoy se vive mejor en materias como seguridad, pobreza e incluso salud pública.
Dato fulmina a nostalgia
Tal y como recogía el experto en ciencias políticas Lee Drutman hace tan sólo unos meses, la nostalgia por los 90 es el equivalente a recordar los discos de música de aquella época. Al acordarnos de memoria de nuestro disco favorito, a nuestro cerebro le resulta irresistible acordarse de sus mejores temazos mientras obvia aquellas canciones que nunca terminaron de ganarse nuestra atención. En cambio, el disco de ahora lo estamos escuchando sin poder pasar canciones, lo que amplifica el desagrado de sus peores temas y reduce el impacto de los mejores.
La realidad, en cambio, está en los datos, y es ahí donde no hay hueco para opiniones que nos empujen hacia un lado o el otro. Sabemos a ciencia cierta, por ejemplo, que los delitos violentos de los 90 hacían de Europa un lugar mucho menos seguro que ahora, y que sólo en aquellos casos donde hay una mayor conciencia social y predisposición a denunciar casos de agresión hay repuntes específicos. Pese a que el ruido mediático nos hace pensar en lugares como Inglaterra en zonas hoy mucho más inseguras, de los 19,8 millones de delitos que se vivían en 1995, hoy la cifra está en 4,7 millones.
Algo similar ocurre con la pobreza. A principios de los 90 el número de ciudadanos mundiales en situación de pobreza extrema, con China casi a la cabeza, se situaba alrededor del 40% a nivel global. Hoy en día, en cambio, ese número se ha reducido hasta un 8,5% de toda la población mundial y el PIB per cápita se encuentra muy por encima de lo vivido entonces en gran parte del mundo.
Puede que la pandemia nos haya dejado un regusto amargo sobre nuestra situación actual y el riesgo al que se enfrenta la salud mundial, pero olvidamos con facilidad que, hasta finales de los 90, el VIH se cobraba las vidas de alrededor de dos millones de personas cada año y que, a nivel de mortalidad infantil, la diferencia respecto a aquella época es de un 61% menos.
Sumemos ahí todos los avances en materia de igualdad, conciencia social y hasta educación global que, innegablemente, hemos alcanzado. Puede que estemos a kilómetros de habernos convertido en una sociedad perfecta y, desde luego, cada vez es más evidente que hay mucho por mejorar, pero que la nostalgia por el pasado no se convierta en el árbol que no te deja ver el bosque. Pese a que pueda parecer lo contrario, es evidente que en la mayoría de problemas vamos hacia adelante aunque parezca que vamos hacia atrás.
Imagen | Kasper90210 en Midjourney
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