El universo DC se tiñe de política: tras la furia por el Batman antifa, el nuevo Superman provoca otra polémica
Para DC Comics, lo que empezó como una reinterpretación artística de Batman se ha convertido en un candente tema político. Absolute Batman ha terminado siendo mucho más que una nueva versión del Caballero Oscuro: se ha transformado en un espejo deformante de las tensiones culturales y sociales de nuestro tiempo. Lo que debía ser un ejercicio creativo sobre una línea alternativa del universo DC, en su Absolute Batman Annual de este 2025, bajo la batuta de Scott Snyder y Daniel Warren Johnson, se ha convertido en un campo de batalla ideológico donde se cruzan discusiones sobre inmigración, brutalidad policial y supremacismo blanco.
Todavía hay muchos lectores encendidos en duros debates en foros y redes sociales. El conflicto empezó con los bocetos que Daniel Warren Johnson compartió durante la pasada New York Comic Con, en los que se veía a Batman enfrentarse a un agente del ICE, la temida policía migratoria estadounidense, en un claro comentario visual sobre el abuso de autoridad y la violencia institucional. Las imágenes se viralizaron rápidamente, acumulando millones de visualizaciones y provocando una tormenta de opiniones que iba desde los que aplaudían su valentía hasta los que lo tachaban de “agenda política disfrazada de arte”. Y ahora, cuando parecía que las aguas empezaban a calmarse, llega Superman a echar más leña al fuego.
Cuando los superhéroes miran a la política de frente
Puede que los héroes de DC no estén tan explícitamente politizados como los de Marvel, pero la editorial también ha sabido, desde siempre, mirar a la actualidad para tomar el pulso social y político del momento. Basta recordar El regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller, publicado en plena era Reagan, donde un Superman convertido en símbolo del poder estatal se enfrentaba a un Batman rebelde, un reflejo de las tensiones entre orden y libertad en la Guerra Fría. O aquel Green Lantern/Green Arrow de Dennis O’Neil y Neal Adams en los 70, que abordaba el racismo, la desigualdad y la drogadicción en Estados Unidos.
Los cómics de superhéroes, más allá del espectáculo, siempre han sido un termómetro moral. Y aunque en los últimos años la tendencia de Marvel hacia el discurso social haya acaparado más titulares, DC parece dispuesta a recuperar ese tono desafiante. Absolute Batman Annual 1, publicado este otoño, es buena prueba de ello. En él, un Bruce Wayne de clase trabajadora, sin fortuna ni mansión, golpea con furia a agentes de policía y a una banda de supremacistas blancos que intenta desatar el caos en Gotham. La escena, con un Batman rompiendo el brazo de uno de ellos, ha sido celebrada por unos y vilipendiada por otros.
Batman contra los extremistas: la viñeta que incendió las redes
El cómic de Daniel Warren Johnson y Scott Snyder no solo ha reavivado viejas tensiones sobre el papel de los superhéroes en el debate político, sino que ha provocado una división generacional dentro del propio fandom. Algunos ven en este Batman una versión honesta y necesaria, un reflejo de un héroe que por fin se enfrenta sin ambigüedades al odio. Otros lo perciben como una traición al personaje, un uso panfletario de un mito que debería permanecer neutral.
La polémica se avivó aún más cuando el veterano guionista Chuck Dixon, conocido por su visión conservadora y por haber co-creado a Bane, respondió publicando su propia versión alternativa: un dibujo en el que Batman aparecía como agente del ICE, arrestando a manifestantes con camisetas de Antifa. La ilustración, obra del artista Sergio Cariello, también se hizo viral y fue interpretada como una reacción frontal a los bocetos de Johnson. La guerra cultural se trasladó así del papel a las redes sociales, con ambos lados utilizando al Caballero Oscuro como arma simbólica.
Para DC, el resultado ha sido incómodo. El debate ha trascendido el ámbito creativo para convertirse en un posicionamiento público de la editorial. El mensaje de Absolute Batman no deja lugar a dudas: este héroe alternativo no teme señalar la violencia estructural ni a los movimientos extremistas que amenazan la convivencia.
Y ahora, Superman entra en escena
Justo cuando la conversación sobre Absolute Batman parecía haber tocado techo, DC decidió lanzar una nueva provocación editorial: El número 13 de la serie Absolute Superman. Según informa SuperHeroHype, el nuevo número de Jason Aaron y Rafa Sandoval promete reavivar la polémica. En esta historia, Superman se enfrenta a un conflicto global que guarda resonancias evidentes con la actualidad, incluyendo paralelismos con los conflictos de Ucrania y Gaza y las movilizaciones militares y las actuaciones policiales en territorio estadounidense.
El cómic sitúa a Clark Kent y a Lois Lane en medio de una crisis humanitaria que pone en cuestión los límites del poder del héroe y su papel como figura moral en un mundo cada vez más dividido. En este contexto, Superman no se enfrenta solo a villanos clásicos, sino también a los dilemas éticos derivados de la intervención en conflictos políticos. En el nuevo cómic aparecen civiles haciendo frente a los cuerpos de autoridad estatales, y SuperHeroHype sugiere que esta nueva entrega podría polarizar todavía más a los lectores, del mismo modo que lo hizo el Annual de Batman, con un héroe que ya no se define solo por la acción, sino por su postura ante el sufrimiento humano y la violencia sistémica.
De Superman contra el Klan a la nueva era del compromiso
No es la primera vez que Superman se enfrenta al odio y al racismo. En 1946, el serial radiofónico Clan of the Fiery Cross retrató a un Hombre de Acero luchando contra una versión ficticia del Ku Klux Klan, y décadas más tarde, Gene Luen Yang y el dúo artístico Gurihiru reinterpretaron aquella historia en la novela gráfica Superman Contra el Klan, publicada por DC en 2019. Esta obra fue celebrada por su capacidad para recuperar el espíritu antifascista original del personaje y actualizarlo para una nueva generación de lectores.
Desde sus orígenes, los superhéroes han tenido una clara vocación política. Durante la Segunda Guerra Mundial, Superman y el Capitán América se enfrentaron abiertamente a los países del Eje, reflejando el espíritu combativo y moral de su tiempo. Aquellas historias, publicadas en los años más oscuros del conflicto, funcionaron tanto como entretenimiento como propaganda de esperanza. Hoy, en un mundo atravesado por discursos de odio y polarización, parece que DC intenta recuperar ese tono de denuncia, aunque el resultado divida al público.
El poder (y el riesgo) de volver a mirar al presente
Con Absolute Batman y Absolute Superman, DC Comics ha vuelto a colocar a sus héroes en el centro del debate social. Ya no se trata solo de salvar ciudades, sino de interpretar el mundo real a través de los mitos contemporáneos. Y eso, en tiempos de redes sociales, puede ser muchísimo más explosivo como un enfrentamiento con el Joker.
Mientras unos celebran la valentía de los autores y otros piden que los cómics vuelvan a ser "solo entretenimiento", lo cierto es que DC ha decidido dejar atrás la neutralidad. Sus personajes ya no son arquetipos intemporales, sino voces que participan del ruido y la furia de nuestro tiempo. Y si con Batman ardió Gotham, todo apunta a que con Superman podría arder el cielo.
En 3DJuegos | A Superman no le gustaría nada cómo DC Comics ha tratado a sus creadores durante casi 90 años
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