¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, es el Übermensch, el villano más poderoso de las viñetas, y en su momento se trataba de un personaje tan controvertido que nadie quiso publicarlo. Pero, siendo más rápido que una bala, y más poderoso que una locomotora, nada pudo evitar que Superman se convirtiera en un icono de la cultura popular que cambiaría el mundo, ni siquiera su siniestro origen.
En el vasto universo de los cómics, pocos personajes han dejado una huella tan profunda como Superman. Este inconfundible superhéroe, con su traje azul y rojo, su capa y su rizo de pelo ondeando al viento, ha inspirado a generaciones de lectores y ha encarnado la idea de esperanza y justicia. Pero, ¿sabías que su primera versión era todo lo contrario? Superman nació en un contexto de inmigración y "sueño americano". Sus creadores, Jerry Siegel y Joe Shuster, eran hijos de inmigrantes judíos huídos de Europa en los años precedentes a la Segunda guerra Mundial, lo cual influyó profundamente en el personaje y su historia. En un momento en que el antisemitismo era una triste realidad, Siegel y Shuster utilizaron la figura de Superman como una forma de escapar de la opresión y de representar al "hombre del mañana".
El primer Superman fue un villano encubierto
Antes de emerger como el símbolo de la verdad y la justicia que conocemos en la actualidad, el camino de Superman estuvo plagado de oscuros desafíos. En su primera encarnación Siegel y Shuster imaginaron a Superman como un villano formidable, dotado de la habilidad de controlar las mentes de las personas. Esta visión inicialmente intrigante y única, sin embargo, no logró captar el interés de los editores, lo que obligó a un cambio de rumbo que finalmente permitió que el personaje tuviera la oportunidad de brillar.
"The Reign of the Superman" (1933), por Jerry Siegel y Joe Shuster
El personaje se presentaba en la historia "The Reign of the Superman" de enero de 1933, y narra la historia de un superhombre con habilidades sobrehumanas, cuya llegada al mundo trae consigo un cambio radical. La historieta fue escrita por Jerry Siegel e ilustrada por Joe Shuster, que la firmaron bajo el seudónimo de Herbert S. Fine. Como curiosidad, esta versión del personaje de Superman serviría de inspiración posterior para su mayor villano, Lex Luthor.
La concepción original de Superman como un villano dotado de poderes mentales reflejaba la audacia y la innovación creativa de su creadores. Su intención era desafiar los convencionalismos establecidos en los cómics de la época profundamente anecdóticos en su mayoría, rompiendo con las narrativas tradicionales y explorando nuevas fronteras que invitaran a la reflexión a la vez que entretenían. Sin embargo, esta interpretación singular de Superman no encontró aceptación entre los editores, quienes dudaban de su potencial comercial y de cómo encajaría en el panorama de los cómics dada su "segunda lectura".
El transformador concepto del übermensch
La influencia del concepto del übermensch, propuesto por el filósofo Friedrich Nietzsche, se entrelaza de manera notable con el origen de Superman. Nietzsche postuló la idea de que el hombre común podía trascender sus limitaciones y convertirse en un ser superior, un ser que se eleva por encima de las normas y valores convencionales. Esta noción filosófica resonó en los creadores de Superman, Jerry Siegel y Joe Shuster, quienes tomaron esta idea y la aplicaron al carácter del Hombre de Acero.
La influencia del Übermensch se refleja en los valores y comportamiento de Superman, sin embargo, es importante señalar que la interpretación de Superman como un Übermensch no es una mera adhesión a la filosofía de Nietzsche sino una reflexión sobre otras revisiones sociales y políticas de esas mismas ideas que imperaban en parte de Europa en aquellos años. Siegel y Shuster adaptaron la idea a su propio contexto dotando al personaje de una dimensión filosófica profunda. A través de esta influencia, Superman no solo se convirtió en un personaje físicamente poderoso, sino también en un emblema de trascendencia humana.
Las dificultades para su publicación
Semejantes conceptos supusieron un problema para que Superman llegara por primera vez a las viñetas, ya que establecido como un medio con un público mayoritariamente infantil, ningún editor de cómic quiso apostar inicialmente por esta versión de Superman. Así el camino hacia la publicación de Superman estuvo lleno de obstáculos y rechazos por parte de las editoriales de la época. Si bien la historia de un hombre de acero con poderes sobrehumanos era una idea innovadora y audaz, la vinculación temática de la primera versión de Superman con ciertos ideales y conceptos controvertidos asociados con la Alemania de los años 30 y el régimen político que allí se gestaba resultaba un tema demasiado controvertido.
Aunque la versión original de Superman era la de un villano, una nada sutil crítica encubierta a las políticas y filosofía de los regímenes fascistas europeos, que pretendía reflejar los peligros de un individuo con un poder desmesurado que manipulaba y oprimía a los demás, parece que si algún edito logró crecer entre líneas. A pesar de enfrentar el rechazo inicial, Siegel y Shuster no se dieron por vencidos. Reconocieron el potencial de su idea y la necesidad de adaptar su creación para encontrar un lugar en el mundo del cómic. Fue entonces cuando tomaron la audaz decisión de transformar a Superman de un villano oscuro a un héroe luminoso.
La reinvención de Superman
Superman no encontró su lugar en el mundo de los cómics hasta que Siegel y Shuster modificaron radicalmente al personaje, convirtiéndo en un héroe defensor de la justicia y la verdad dentro de un disfraz inspirado por los forzudos de los circos. Esta transformación no solo alejó a Superman de cualquier asociación política controvertida, o al menos a cualquiera no alineada con la imperante en Estados Unidos, sino que también permitió que el personaje encarnara los valores de libertad, igualdad y esperanza y en aquel momento, el "modo de vida americano".
Si bien es posible que la versión inicial de Superman haya sido una crítica encubierta a las políticas totalitarias de aquel entonces, es importante destacar que este enfoque fue abandonado en favor de un superhéroe que se convirtió en un símbolo de optimismo y esperanza en tiempos difíciles. La idea del Übermensch, aunque todavía presente en el personaje, fue reelaborada para representar la superación de las limitaciones humanas y la utilización de los poderes para el bien común, en lugar de la dominación y opresión.
El origen de Superman es testimonio de la creatividad y la pasión de sus creadores, pero también un reflejo de los desafíos que supone introducir nuevas ideas. A día de hoy es fácil dar por hecho el concepto de Superman, pero en 1938 que un señor con capa y saltara por encima de edificios supuso una idea revolucionaria que cambiaría el mundo de la cultura pop. Su legado como símbolo de esperanza y su capacidad para inspirar a las personas a creer en un mundo mejor perduran hasta el día de hoy. Sigamos siendo inspirados por el Hombre de Acero y recordemos que cada uno de nosotros tiene el poder de hacer del mundo un lugar mejor.
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