Sus creadores aseguran que su parecido con Cuphead es pura inspiración
A diferencia de otras copias descaradas, Acecraft sí ha conseguido enganchar a la comunidad
Nunca terminó de quedarme claro en qué punto nos habíamos quedado como comunidad. Desconozco genuinamente qué pasó al final con el debate de las copias entre un juego y otro, y en qué fina línea nos quedamos para saltar de la copia a la inspiración, y de ahí a la evolución, en ejemplos como el de Breath of the Wild y Genshin Impact, la de PUBG y Fortnite, o incluso Dark Souls y Lies of P. Pese a que la conversación era inevitable cuando se presentaron, la idea se ha ido diluyendo con el paso del tiempo hasta dejar a cada uno en su lugar.
No pretendo tampoco hacer de abogado del diablo aquí. Creo sinceramente que Acecraft, el último juego de moda que no hemos visto venir, es una copia descarada de Cuphead a tantos niveles que ni siquiera hay hueco para el debate. Sin embargo, como en aquellos mismos ejemplos, al César lo que es del César, además de llevar hasta los límites de lo aceptable el término inspiración, también es un juegazo al que apenas me ha costado un par de partidas engancharme.
Entre Acecraft y Cuphead no hay debate
Con una de las campañas de publicidad más agresivas de los últimos años, el juego de Vizta Games, una subsidiaria de la Moonton -famosa por haber seguido una estrategia similar al fijarse en League of Legends para su Mobile Legends: Bang Bang-, lleva semanas apareciéndome hasta en la sopa a través de Instagram y Twitter. Y precisamente por parecerme una copia descarada de Cuphead, no le había prestado demasiada atención.
La sensación inicial fue la de muchos otros juegos para móviles que se anuncian en dichas plataformas. No sólo me echaba para atrás la idea de ser una burda copia, sino también el creer que lo que veía en pantalla era simple y llanamente otra de las muchas mentiras que nos intentan colar a diario. Pese a ello, tras verlo crecer entre las tendencias de YouTube, y un comentario sobre el mismo realizado recientemente por los amigos de Chiclana & Friends, me invitó a darle finalmente una oportunidad.
Durante los cuatro días en los que he estado jugando a Acecraft, la idea de la copia de Cuphead no ha reducido su fuerza ni un poquito, pero además de demostrarme que lo que estaba viendo en los anuncios era completamente real, también ha terminado enganchándome por completo.
A pesar de haber pocas dudas sobre las líneas rojas que ha tomado en su particular inspiración, una ferviente devoción por el juego de StudioMDHR que sus desarrolladores no esconden en absoluto, también ha demostrado ser un sustituto formidable para Clash Royale en mis viajes al baño.
Cambiando el boss rush por un shoot'em up a lo roguelike, Acecraft ha demostrado ser un bullet hell fantástico que, más allá de sus cuestionables decisiones de diseño visual, no falla ni un sólo tiro en su diseño jugable, convirtiéndose con ello en una mezcla de lo más adictiva y bien pensada a la que, ni siquiera el hecho de ser un juego de móvil free-to-play, le resta un ápice de logro.
Un fantástico descubrimiento
De la mano de personajes y enemigos inspirados en ese rollete de animación con solera que catapultó a Cuphead hasta la fama, Acecraft nos planta ante fases de vuelo frente a oleadas de enemigos y jefes finales en las que ir esquivando balas mientras vas mejorando las posibilidades de tu nave con nuevos y evolucionados ataques. Jugando con un dedo, moveremos el avión por la pantalla para evitar los ataques enemigos y disparar, mientras que si lo levantamos brevemente haremos una suerte de parry a proyectiles de color rosa para realizar contraataques.
Pese a las diferencias en su planteamiento y control, el citado parry no es lo único que hereda directamente de Cuphead, agarrándose también a diseños de enemigos y patrones de ataque que ya vimos en el éxito de 2017, pero donde no hace un esfuerzo en distanciarse de ese debate, lo compensa añadiendo una generosa variedad de modos de juego y progreso que, en línea con el de otros éxitos como los juegos estilo Archero, se vuelve terriblemente adictivo.
Entre sus niveles clásicos y vertientes infinitas como la de una suerte de Space Invaders, lo que se esconde en realidad es un gacha que, además de nuevos pilotos, aviones y equipamiento, promete contar con colaboraciones del mundo de la animación de la mano de personajes clásicos como Tom y Jerry.
Pudiéndose conseguir a golpe de billetera, pasar olímpicamente de esa posibilidad ya me ha granjeado una buena colección de muñecos sólo a base de jugar, y por ahora tampoco me he cruzado con ningún muro de dificultad artificial que no se pueda sortear a base de habilidad y aprenderse patrones de ataque.
Desconozco si en algún momento jugará esa baza -aunque me aventuro a pensar que tarde o temprano lo hará-, pero hasta que llegue a ese punto, para entonces ya habré disfrutado un buen puñado de horas de un juego que, teniéndolo todo en contra para renegar de él, ha resultado ser todo un descubrimiento la mar de pintón y divertido que ha entrado fresquísimo durante estos últimos días de verano.
Si la controvertida propuesta de Acecraft para iOS y Android conseguirá superar el desafío de su debate para hacer que nos olvidemos de él dentro de unos años como hicieron los ejemplos que mencionábamos arriba es algo que, a base de gameplay y mejores decisiones, está completamente en sus manos.
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