La nueva expansión del MMO de Bungie es una colaboración con Lucasfilm que integra muchos elementos inspirados por Star Wars
Esta semana, Bungie ha dado el pistoletazo de salida a una nueva expansión de Destiny 2. Se trata de Renegades (Los Desertores en español), que llega en un momento difícil para el MMO espacial: si has estado atento a la actualidad del juego, sabrás que los norteamericanos llevan meses lidiando con decisiones polémicas que afectaban a la progresión y —parcialmente como consecuencia de esto— con picos de actividad mínimos históricos.
Pero afortunadamente, el nuevo contenido ha tenido una recepción inicial bastante positiva entre los entusiastas: en los foros de Reddit, así como las comunidades de Discord y otras plataformas, aparecen hilos de aficionados que se muestran contentos con el recorrido principal de la campaña. Con su diseño, tono y mecánicas; como también con las nuevas armas y el equipamiento. También hay voces discordantes, claro: en las reseñas de Steam se pueden leer opiniones negativas, pero he decidido omitir aquellas que sencillamente atacan el hecho de que sea un juego de Bungie.
"La calidad de producción de Renegades es notablemente superior a la de Edge of Fate" dice un forero optimista. "La campaña de Renegades es pura diversión, y es bueno tener diversión otra vez" dice otro. El consenso general parece apuntar en esa dirección: no es que sea un lanzamiento perfecto, ni mucho menos, pero sí es uno bastante bueno. Y yo estoy de acuerdo con la idea, vaya.
Aún no he acabado con el recorrido principal de Renegades, porque la vida adulta siempre se interpone en estas cosas, pero lo que he visto de momento me ha gustado. Hay una buena dosis de armas nuevas —nuevas de verdad, no versiones actualizadas de otras más antiguas, con un arsenal de ventajas propio e incluso mecánicas de disparo y recarga únicas. También me han gustado las nuevas habilidades vinculables de tu personaje, aquí prestadas de Helldivers 2, y las misiones de la campaña en sí.
Pero aquí habría que hacer un inciso para hablar de lo que los angloparlantes definirían como "el elefante en la habitación", y es que este DLC es en realidad un ejercicio de colaboración entre Destiny 2 y Star Wars en el que incluso la propia Lucasfilm ha participado aportando consejos o guiando al equipo de desarrollo. El resultado, como decía, es bueno; y como fan de ambas franquicias sé de buena fe que todo lo que se ha hecho aquí está hecho con atención y cariño.
Está bien, pero prefiero un Destiny "puro"
Es solo que me hubiera gustado más ver a Destiny siguiendo su propio camino, y no buscar apoyo en otra franquicia. Especialmente en una que lleva muchos años apoyándose en la nostalgia de viejas glorias. Durante los primeros compases de Renegades, por ejemplo, encontramos referencias a aquel famoso soldado de asalto que se da un cabezazo contra la compuerta; como también tenemos el grito de Wilhelm o aquella escena mítica del compresor de basura, entre otras muchísimas cosas. Todo eso es reconocimiento, y está bien hecho, pero no me da una visión más profunda o atractiva del universo Destiny.
Y por muy mal que le pueda haber ido en los últimos meses, yo compro contenido de Destiny para jugar a Destiny. No es un caso exactamente igual al de Helldivers 2, que de manera puntual colaboró con Halo para darnos un pack de accesorios basado en los ODST: aquí, hablamos de una expansión central que a la larga plantea nuevos pasos narrativos importantes para la historia. Veo en Renegades una colaboración bien hecha, pero pienso en esto y pido "una y no más". Es algo que entiendo dentro de un juego que lleva todo el año experimentando.
Por si no has tenido ocasión de jugarlo aún, esta colaboración de Destiny x Star Wars va de encontrar un punto de convergencia entre ambas franquicias de fantasía y ciencia ficción. Tenemos un nuevo villano en forma de Dredgen Bael haciendo las veces de Kylo Ren, y vemos por primera vez a Aunor de la Orden Práxica de la Vanguardia haciendo las veces de Jedi; mientras que en segundo plano tenemos un equivalente para la Cantina y a la Araña volviendo como Jabba el Hutt.
No es como si todo se resumiese en un "quién es quién", eso sí. La historia empieza y acaba con los Nueve, unas antiguas y misteriosas entidades cósmicas que tomaron el relevo de lo que la propia Bungie define como la segunda saga de Destiny después del arco de Luz y Oscuridad que llevaba diez años en cocción y terminó el año pasado en The Final Shape. Esto no deja de ser una historia troncal para D2, simplemente es una contada desde otro prisma. Y una vez más, lo hace bien. Eso no significa que desee que sea así en el futuro.
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