El nuevo shooter de Saber Interactive se estrena en PC, Xbox Series y PS5 en octubre
Todavía recuerdo lo mucho que me impactó ver en acción el ya clásico Painkiller. Sus gráficos, la música, la ambientación… pero sobre todo, imagino que como a todos, la lanza-estacas con la que podías literalmente empalar a tus enemigos. Era un espectáculo macabro con el que era imposible no pasárselo bien, y que además te sorprendía con unas batallas finales contra monstruos gigantescos; tan grandes que a veces incluso se salían de la pantalla. Una auténtica locura que hoy, algo más de 20 años después, regresa con las mismas ganas de atraparte con su frenética acción masiva. Pero los tiempos cambian, ahora prácticamente todo gira en torno al multijugador, y el nuevo Painkiller se presenta como una experiencia de combate old school pero en cooperativo y con alma roguelike.
He de reconocer que al menos de primeras, a mi me decepcionó, y tras jugar un par de horas aún mantengo mis reservas con el juego. Aunque no estás solo, en esencia sigue siendo Painkiller. Los enemigos atacan en masa, tus armas permiten hacer auténticas canalladas a los demonios, y por supuesto la ambientación es tan lúgubre y sombría como podías imaginar. Pero es un juego cooperativo, todo se ha construido en torno a la idea de ir con amigos, y aunque puedes jugar solo, siempre te van a acompañar dos bots (al menos luchan bien).
"Queríamos crear algo completamente nuevo mezclando el estilo clásico de estos shooters con el cooperativo. Y es un desafío interesante", me dijo el director creativo de este nuevo Painkiller, Damian Wyspiański; dejando claro una vez más que esto no es un remake, sino un nuevo comienzo para el universo Painkiller. Tristemente, al menos por ahora, no es el regreso que esperaba.
Un sangriento regreso al Purgatorio
El equipo de Anshar Studios ha puesto todo su empeño en lograr que aún siendo este un juego cooperativo, sientas que tienes el control de la acción; que no necesitas de nadie más para masacrar a ese gigantesco demonio que tienes ante ti. Y lo consigue, en parte al menos, pues jugando bien puedes derrotar tú solo a cualquier enemigo. Pero como puedes imaginar lo harás mucho más rápido y de una forma más espectacular si cooperas. Cuando aceptas eso y entiendes que este Painkiller no es el Painkiller que recordabas, la experiencia mejora.
Los tiroteos son tan rápidos y viscerales como en el clásico de People Can Fly, con una filosofía de combate que te obliga a estar casi siempre pegado a los monstruos y por supuesto, siempre en movimiento. Las esquivas son más importantes que nunca y se han añadido algunas otras acciones extra, como los empujones, que no hacen sino potenciar esa idea de masacrar demonios mirándoles directamente a los ojos. Y si hablamos de matar, es imposible no mencionar el arsenal del nuevo Painkiller.
Regresan las armas clásicas, y llegan otras nuevas, pero lo fundamental aquí es que vas a tener una enorme libertad de elección para diseñar el arsenal que mejor encaje con tu forma de jugar. Cada arma tiene disparo secundario y hasta seis líneas de mejora distintas que pueden cambiar muchísimo su funcionamiento, lo que nos deja con unos 15 modos de disparo diferentes por cada una de ellas. ¡Es una barbaridad! Y los cambios son notables. Puedes lanzar muchas estacas a la vez o bien disparar una capaz de perforar la armadura de los enemigos más resistentes. Y luego está el daño elemental.
Fuego, hielo y electricidad juegan un papel crucial en los salvajes tiroteos de Painkiller, creando divertidísimas sinergias con las armas de tus aliados o tus propias habilidades. Así que es fácil pasarlo bien luchando sin descanso en este renovado purgatorio que, como apuntaba al inicio, tiene alma de roguelike. Desde tu base de operaciones vas a poder mejorar tu equipo con todo el oro que recojas durante las incursiones; y como en el clásico, también tendrás a tu alcance un curioso sistema de progresión basado en cartas del tarot que vas desbloqueando mediante un juego de 'lotería' en el que, como te puedes imaginar, también debes invertir tus propios recursos. Cada elección definirá tu forma de jugar, pero ya te adelanto que este no es el típico shooter RPG con clases de personaje muy definidas.
Aún hay mucho que demostrar
Los cuatro supervivientes a los que puedes encarnar ofrecen de base diferencias mínimas (más salud, munición, daño, etc.), siendo tú el responsable de convertirlos en las máquinas de matar que mejor encajen con tu forma de jugar. Así que olvídate de una estructura de niveles tradicional; lo que te espera es repetir una y otra vez los mismos escenarios con dificultad creciente mientras aumentas tu poder de cara a luchar contra enemigos aún más peligrosos. El propio diseño de niveles ha cambiado con una estructura dividida en dos partes bien diferenciadas: la exploración, con escenarios relativamente abiertos que ocultan tesoros y otras recompensas, y arenas de combate, en las que debes cumplir ciertas tareas mientras sobrevives a hordas de demonios.
Al menos por ahora, lo que he echado más en falta es una mayor variedad de misiones. O bien consistían en sobrevivir, o bien debías cargar unos depósitos de sangre y moverlos por el escenario. Y claro, hacer lo mismo tantas veces incluso en un mismo escenario…se hace raro. Por mucho que cambien los enemigos, la sensación de repetición llega con demasiada rapidez. Curiosamente, las partes más entretenidas han sido las de exploración, al ocultar sencillos puzles y retos plataformeros que evocan al primer Painkiller.
Visualmente hablando es un juego bastante llamativo. Los escenarios tienen ese punto colosal que tan bien funciona en esta clase de experiencias, con hordas y hordas de enemigos que pueden hacer que incluso te cueste moverte. Hay mucho gore, muchas explosiones de sangre y mucho colorido en contraste con el sombrío diseño de los decorados. Y todo eso está genial. Pero a la hora de la verdad, esta demostración falla en lo más importante. Los tiroteos funcionan a la perfección, y eso es genial; pero el diseño de la acción flaquea. Así que salvo que la cosa cambie mucho no me veo masacrando demonios en el Purgatorio el próximo mes de octubre, cuando Painkiller llegue a PC, Xbox Series y PS5. Y me duele solo de pensarlo.
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